EL PAíS › CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER EMPREDIO AYER UN VIAJE A MEXICO E ITALIA
La Presidenta firmará en la capital mexicana acuerdos con su par Felipe Calderón. En Roma relanzará junto al primer ministro Silvio Berlusconi la relación bilateral y se reunirá además con el presidente Giorgio Napolitano. También irá a Venecia.
› Por Fernando Cibeira
No serán muchos los viajes al exterior que realizará la presidenta Cristina Kirchner durante este año, con lo que resalta más el que emprendió anoche en una atípica gira que comprenderá México e Italia. A la capital mexicana llegará hoy para cumplir con el compromiso suspendido el mes pasado por prescripción médica luego de que sufriera un cuadro de hipotensión, que incluirá un encuentro y firma de acuerdos con el presidente Felipe Calderón. Desde allí saltará a Roma, donde podrá, al fin, junto al presidente Giorgio Napolitano y al primer ministro Silvio Berlusconi ratificar el relanzamiento de las históricas relaciones entre Argentina e Italia, truncas desde hace una década por el affaire de los bonistas italianos. En el cierre se dará el gusto de inaugurar el pabellón argentino en la Bienal de Venecia, considerada la mostra artística más importante del mundo.
Hay más de una razón para que Cristina Kirchner esquive los aviones. Una es el año electoral, motivo por el que siempre los presidentes –de aquí y de cualquier otro país– privilegian los escenarios domésticos a los de la política exterior. Otra tiene que ver con su estado de ánimo: quienes la rodean aseguran que desde que murió Néstor Kirchner la Presidenta no tiene muchas ganas de emprender largas travesías. Página/12 pudo saber que incluso desechó una buena oportunidad de lucimiento el mes que viene ante la Asamblea de las Naciones Unidas, donde le habían organizado una exposición ante el pleno del organismo para desarrollar un tema a su elección –y son varios los que habitualmente integran el repertorio presidencial que podría plantear allí–, pero prefirió decir que no. Incluso el escenario, la ciudad de Nueva York, fue argumento para el rechazo debido a que es uno de los lugares a los que más viajó con su marido. Tanto así es que no está confirmado que participe en la reunión de la Asamblea General de septiembre, una cita que los Kirchner honran sin falta desde 2003. En el viaje que inició anoche, la Presidenta volverá a estar acompañada por su hija Florencia.
Horas después de su llegada al DF, Cristina Kirchner tendrá su primera actividad cuando se reúna a cenar con el hombre más rico del mundo, Carlos Slim. La cita será en el nuevo y deslumbrante Museo Soumaya, en la Plaza Carso. Luego de recorrer el museo –que el magnate construyó en recuerdo de su esposa Soumaya Sunit, fallecida en 1999–, la presidenta y Slim compartirán una comida. Slim, dueño de las firmas Claro y Telmex, confirmará su decisión de invertir mil millones de dólares en la Argentina repartidos entre este año y el próximo, en el marco de una política de megainversión mundial de más de 8 mil millones de dólares.
El lunes al mediodía, Cristina Kirchner y los integrantes de su comitiva arribarán a la explanada de la residencia oficial Los Pinos, en el selecto barrio de Chapultepec, donde serán recibidos por Calderón y su esposa, Margarita Zavala. Habrá un almuerzo, reunión privada de presidentes y una firma de convenios: algunos de ellos, de cooperación en materia de agricultura y ganadería y un protocolo para la creación de un centro de nanotecnología mexicano-argentino. Luego de eso sólo restará un encuentro con un grupo de académicos mexicanos que apoyan los reclamos argentinos sobre Malvinas. De esta manera, la Presidenta completará el compromiso asumido con Calderón que había quedado trunco el mes pasado y volverá a poner énfasis en el vínculo con México, una relación en alza en los últimos años. Cumplido, volará a Roma para la segunda etapa de la gira.
Por razones históricas y culturales, Argentina e Italia siempre supieron tener una relación bilateral estrecha, como Argentina puede tener en Europa únicamente con España. Pero a raíz de la crisis de los bonistas –Italia figuró al tope de los países defraudados por el default–, ese vínculo quedó freezado. En esta década hubo varios intentos por reencauzarlo, pero las iniciativas quedaron siempre a mitad de camino. La visita que realizó el canciller italiano Franco Frattini a Buenos Aires a comienzos de abril fue la primera en diez años y sirvió para terminar de acordar el viaje presidencial a la Cittá Eterna.
El miércoles 1º, Cristina Kirchner seguirá una agenda endemoniada. Arrancará a las 11 en el Palacio Quirinale con un encuentro con el presidente Giorgio Napolitano y sus ministros. Ex comunista de 85 años y desde 2006 presidente italiano, la figura de Napolitano ha ido ganando prestigio en los últimos tiempos, sobre todo de la mano del descrédito en el que se fue hundiendo el resto de la clase política.
A las 13.15 los espera el primer ministro Silvio Berlusconi para un almuerzo. Acosado por los escándalos y todo, a qué dudarlo, Il Cavaliere sigue siendo la figura central de la política italiana. Juntos, presidenta y primer ministro, oficializarán que los peores momentos de la relación bilateral han quedado atrás y que es momento de mirar para adelante. Si se llegaba a tiempo –cosa que hasta ayer no era segura– firmarían allí el memorando por el cual Italia se compromete a poner a disposición de Argentina todos los archivos que se encuentren en sus embajadas y consulados que tengan información sobre la represión durante la dictadura militar.
Habrá un encuentro con el ya histórico dirigente de la centrosinistra, Massimo D’Alema, y un seminario de negocios entre empresarios argentinos e italianos que la Presidenta irá a cerrar por la tarde en un hotel de la Via Veneto. Según el diario milanés Corriere della Sera, los bonistas italianos se agruparán allí para una marcha de repudio. En el gobierno italiano no tenían información al respecto. El embajador en Roma, Torcuato Di Tella, organizó un cóctel de Cristina Kirchner con los empresarios.
El jueves estará dedicado casi en exclusiva a la participación en los festejos oficiales por los 150 años de la unidad de Italia. Junto a otros jefes de Estado, la Presidenta presenciará el desfile que bordeará el Coliseo y el Foro Imperial. Por la tarde habrá concierto de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia, una de las instituciones musicales más antiguas del mundo, que interpretará a Vivaldi. Los fastos cerrarán con una cena oficial de la que participarán todos los jefes de Estado de visita en el Palacio Quirinale.
Desde allí, la Presidenta irá al aeropuerto para recorrer la hora escasa de vuelo entre Roma y Venecia, última etapa del viaje. Y así como Cristina Kirchner había quedado muy conforme al inaugurar en octubre pasado la Feria del Libro de Frankfurt, esta vez no quiso perderse el lanzamiento del pabellón argentino permanente en la Bienal de Venecia, la mostra donde en 2007 León Ferrari ganó el León de Oro como mejor artista. Será un pabellón de 250 metros cuadrados que se ubicará en las Salas de Armas del Arsenal veneciano, un antiguo edificio en desuso que ahora se reciclará para que las naciones construyan su espacio artístico, Argentina el primero de ellos.
A la Presidenta la acompañarán el canciller Héctor Timerman el ministro de Planificación, Julio De Vido; el de Ciencia, Lino Barañao, y el de Agricultura, Julián Domínguez. Según se informó, no habrá gobernadores formando parte de la comitiva pero sí legisladores, entre ellos el reaparecido José María Díaz Bancalari –durante años una fija de los viajes presidenciales– y una novedad: el candidato a gobernador de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, debutante en estas lides.
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