El hombre quiso ser el primero en la lista. Se sabía con pocas chances pero igual hizo el intento y para eso recurrió a una vieja estrategia: deslizar el tema en los oídos de algún periodista. Pero chocó con la dura realidad que dice que quien tiene la lapicera con la que se escribe la lista de diputados nacionales por el PJ bonaerense no es él ni ningún otro, sólo es Eduardo Duhalde. Así fue que de un autoimpuesto primer lugar, el actual canciller, Carlos Ruckauf, pasó al cuarto o quinto puesto en la grilla de legisladores, sin haber logrado desplazar al ultraduhaldista Eduardo Camaño, quien podrá encabezar la boleta en caso de que Hilda “Chiche” Duhalde decida una vez más negarse a competir de las elecciones.
El rumor sobre la intención de Ruckauf de encabezar la nómina de diputados nacionales comenzó a rodar unos días atrás. La especie decía además que el actual canciller pretendía ese lugar para luego aspirar a convertirse en el futuro presidente de la Cámara baja en un probable gobierno justicialista. Todo se asentaba en el compromiso asumido por el propio Duhalde de destinarle un lugar en la boleta a todo aquel que participó de su gobierno. Pero claro, primero hay que pagar las lealtades y en ese terreno hay varios que le sacan varios cuerpos a quien fuera gobernador de Buenos Aires y que renunció poco después de la caída de Fernando de la Rúa.
Hoy por hoy, el armado de esta dichosa lista está únicamente en la cabeza de Duhalde. El Presidente jura a sus colaboradores que hay espacio para todos porque “el PJ bonaerense tendrá 20 diputados nuevos en diciembre”. Más allá del optimismo presidencial, lo cierto es que la última vez que el PJ logró incorporar 20 legisladores fue en 1995, después fueron disminuyendo: 16 en 1997 y 10 en los comicios de 2001. Igual hay más aspirantes y compromisos por cumplir que escaños disponibles.
Si Chiche le da el sí a su esposo, el primer lugar es para ella. Prácticamente sin discusión, el segundo puesto es para Camaño. El actual presidente de la Cámara baja es un incondicional del Presidente y fue su sostén en el Congreso, donde no sólo le garantizó las leyes que requería el Ejecutivo, sino que además trabajó para garantizar la impunidad de los ministros de Corte Suprema cuando el juicio político a los supremos. Tal vez consciente de estos “méritos” es que Ruckauf habló con Camaño el viernes último para explicarle que “nunca había intentado desplazarlo”.
El tercer puesto está también asegurado y es para otro Camaño, pero mujer. Se trata de la ministra de Trabajo, Graciela Camaño. Recién el cuarto puesto estaría destinado para el canciller, pero antes debe superar a varios inscriptos que juran cumplir mejor con los requisitos de lealtad duhaldista. Acá se inscriben los ministros, Nélida “Chichi” Doga y Juan José Alvarez, el secretario general de la Presidencia, José Pampuro, el jefe de Gabinete Alfredo Atanasof y hasta el secretario de Obras Públicas, Hugo Toledo. También dicen contar con mayores condiciones los diputados José María Díaz Bancalari y María del Carmen Falbo. Así las cosas, es posible que el canciller pueda retroceder algún casillero.
El que todavía no recibió ningún ofrecimiento es el ministro de Salud. Ginés González García. Pero tampoco es para desesperarse, el funcionario ya tiene la palabra de Duhalde y Néstor Kirchner de que continuará en el puesto si el santacruceño triunfa en abril próximo.
Claro está que si bien éstos están medianamente tranquilos, hay varios de los 16 diputados que finalizan su mandato en diciembre que saben que corren el riesgo de quedarse afuera. Uno de ellos es el histórico Lorenzo Pepe, otro es el ex titular de UIA, Osvaldo Rial. Si éstos están mal, peor está Felipe Solá, que quiso colar algún nombre pero chocó con la negativa de Duhalde.
Claro está que esta lista, que cierra el próximo viernes, puede volverse volátil si los comicios presidenciales los ganan CarlosMenem o Adolfo Rodríguez Saá, ya que seguramente habrá más de una lista compitiendo por el PJ bonaerense.
La puja está a la orden del día y los codazos para obtener los mejores puestos no cesan en el entorno del duhaldismo.