El diputado Mario Cafiero produjo ayer un pequeño sacudón en el pequeño ARI bonaerense: enojado por diferencias en la integración de las listas, decidió no aceptar la candidatura a gobernador que le había ofrecido Elisa Carrió. Anoche, luego de un largo día de negociaciones, la chaqueña dio el aval a la nueva fórmula: estará encabezada por una dirigente de su máxima confianza, la diputada Graciela Ocaña, que irá acompañada por el ex radical ex frepasista Carlos Raimundi.
Una semana atrás, luego de que la titular de CTERA, Marta Maffei, rechazara las sugerencias para que se convirtiera en la postulante, Carrió le ofreció el lugar a Cafiero, que pidió unas horas para pensarlo y aceptó el desafío. Sin embargo, a lo largo de la semana se multiplicaron los tironeos entre Cafiero, Ocaña y Macaluse, los tres encargados del complejo armado electoral, que incluye la lista de diputados nacionales y la de legisladores provinciales, además de la definición de los candidatos a intendente, concejales y consejeros escolares en unas 120 localidades.
Cerca de Cafiero aseguraban que la decisión fue producto de las “diferencias internas” con la conducción del ARI bonaerense y con la misma Carrió. “Lo ponen como mascarón de proa y pretenden que no tenga ninguna participación. Si hasta le armaron listas en algunos lugares sin que se enterara”, comentaba ayer una fuente cercana al diputado. Y agregaba que el jueves pasado Cafiero había decidido excluirse de la discusión. “Les dijo que, como no lo dejaban participar como quería, se encargaran ellos”, señalaba la fuente.
En el local cercano al Congreso, donde los jefes del ARI trabajaban contra reloj en el cierre de las listas, la perspectiva era otra. “Puso ciertas condiciones para ser candidato, que tienen que ver con el armado territorial. No aceptamos, y Lilita estuvo de acuerdo, así que al final él rechazó la candidatura”, aseguraba uno de ellos.
Carrió se enteró de la decisión de Cafiero en una áspera comunicación telefónica que mantuvieron ayer por la mañana. “Me dan la responsabilidad pero no la autoridad”, justificó el diputado, que se había acercado a la chaqueña a partir de sus investigaciones sobre el origen de la deuda externa y fue uno de los fundadores del ARI. Anoche, sus voceros aseguraban que la decisión no implica abandonar el partido.
Con Cafiero fuera de carrera, la fórmula finalmente estará encabezada por Ocaña. Ex integrante de la Comisión Antilavado, Ocaña fue una de las primeras frepasistas que emigraron al ARI, donde se convirtió en una de las personas de mayor confianza de Carrió. La acompañará Raimundi, un ex militante del radicalismo storanista que pegó el salto al Frepaso hasta que, el año pasado, se integró al ARI junto a un pequeño grupo de diputados cercanos a Chacho Alvarez.
“Yo podría haber integrado la lista de diputados para renovar mi mandato, pero preferí aceptar este desafío. Mi prioridad es seguir trabajando en la fiscalización para garantizar el triunfo de Carrió el 27 de abril. Eso es lo más importante porque es a partir de ese triunfo que vamos a poder cambiar la Argentina”, dijo anoche Ocaña a Página/12.
Más allá de las declaraciones, es innegable que el cambio constituye una nueva complicación para el ARI bonaerense, que tiene por delante una dura pelea con el PJ. Con el cambio a última hora, el partido de Carrió pierde el encanto del apellido Cafiero al frente de la boleta, una de las claves que supuestamente le permitirían atraer votos peronistas.
La fórmula fue inscripta anoche en la Justicia electoral, junto a la lista de diputados nacionales: estará liderada por el dirigente de SUTEBA Eduardo Macaluse, acompañado por la ex frepasista Marcela Bordenave; el asesor de Carrió, Adrián Pérez; la ex frepasista Elsa Quiroz; el titular del PI, Gustavo Cardesa; y la dirigente de Mujeres Agropecuarias en Lucha, Lindian Bothan.