EL PAíS › DIFICULTADES DE UN CAMBIO
› Por Raúl Kollmann
Los jueces electorales consideran imposible instrumentar el sistema de boleta única para las elecciones de octubre, aunque la Cámara Nacional Electoral (CNE) ya hizo pública su postura de que el sistema electoral argentino se tiene que amoldar a los nuevos tiempos. Los jueces sostienen que debe tenerse en cuenta que ya al final de la próxima semana, todos los partidos deberán oficializar sus candidatos –faltarán 50 días para la elección– y, tal como se lo señaló un magistrado a este diario, “un cambio como el establecimiento de la boleta única requiere de una largo y profundo proceso de educación y explicación al ciudadano”.
Las dos experiencias recientes, Santa Fe y Córdoba, demuestran que cambiar el sistema electoral no es fácil. Por ejemplo, en Santa Fe hubo que computar 151.527 votos en blanco, el 8,13 por ciento, porque la gente no marcó candidatos en distintas categorías. Además, hubo 148.320 votos nulos, correspondientes a ciudadanos que marcaron más de un candidato por categoría. En total, entonces, hubo casi 17 por ciento de votos equivocados con el nuevo sistema.
En Córdoba ocurrió lo mismo. Se computaron 18,67 por ciento de votos en blanco, producto de que los ciudadanos no marcaron su voto a diputados, a lo que se sumó un dos por ciento de voto nulo, un porcentaje ya más habitual. Lo cierto es que 337.000 votantes cordobeses se equivocaron.
“Piense usted que en esos dos distritos hubo un largo proceso de explicación –insistió ante este diario un juez electoral–. Cuando se establezca la boleta única en todo el país, significa que habrá que explicarlo no sólo en las grandes ciudades sino en los montes y en el interior profundo. Indudablemente eso no se puede hacer este año. Al mismo tiempo, hay que establecer un sistema distinto del actual, porque no podemos seguir imprimiendo y distribuyendo millones de boletas.”
El ministro Randazzo y el secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, ya hicieron públicas sus dudas respecto del sistema de boleta única. Por un lado, creen que la tarea militante-partidaria de distribuir boletas, de convencer al vecino con la boleta en la mano, constituye una movilización positiva. Pero, además, el sistema ha planteado problemas de gobernabilidad por la facilidad que brinda para hacer lo equivalente a un corte de boleta. Eso es lo que ocurrió en Santa Fe, donde el gobernador electo, el socialista Antonio Bonfatti, tendrá que gobernar su provincia con las dos Cámaras legislativas con mayoría del Frente para la Victoria que, con María Eugenia Bielsa a la cabeza, ganó en esa categoría.
Otra objeción no menor es que los partidos seguirán necesitando de fiscales y tal vez más que ahora. Si un ciudadano marca un candidato, resulta muy fácil anular su voto, marcándole en la boleta a otro candidato más. De manera que el ciudadano aparece votando a dos candidatos distintos y el voto, por lo tanto, es nulo.
En el mundo, el voto electrónico está retrocediendo, por las pocas garantías de control para los ciudadanos. Por ejemplo, la Corte Suprema de Alemania declaró inconstitucional el voto electrónico. Lo que sigue primando es el mecanismo de la boleta y en ese terreno hay naciones en las que rige la boleta única y en otras como Francia, España, Uruguay, Israel se utiliza el mismo que en la Argentina. El argumento de que roban las boletas ha perdido bastante peso, aunque se lo siga exhibiendo mediáticamente: ni en 2007 ni en 2011 se presentó una sola denuncia por robo o falta de boletas. La CNE proveyó este año, a cada escuela, de una bolsa de boletas adicionales de todos los partidos.
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