Sáb 27.08.2011

EL PAíS  › PROFESORES DE TODAS LAS FACULTADES FUERON RECONOCIDOS CON EL PREMIO GRAN MAESTRO

“El alma fundamental de la universidad”

Los decanos de las facultades asumieron la entrega del premio a sus colegas y docentes. “Es como tocar el cielo con las manos. Ya tengo ochenta y cuatro años y realmente esto es una culminación de toda mi vida”, dijo Osvaldo Bayer.

“Qué mejor, en estos 190 años, que reconocer a aquellos profesores que son el alma fundamental de esta universidad –dijo el rector Ruben Hallu–. Porque ellos trabajaron aún en las condiciones más adversas. Y aún así, la calidad de nuestros docentes es de excelencia. La tarea que han hecho ustedes hace grande a esta universidad. La UBA es lo que es gracias a ustedes”, completó. Se dirigía a los docentes que fueron homenajeados y reconocidos ayer con el premio Gran Maestro y que ocupaban las primeras filas del aula magna del Colegio Nacional de Buenos Aires.

Tras el acto inaugural del 190 aniversario de la Universidad de Buenos Aires, desarrollado en la iglesia San Ignacio de Loyola, y mientras seguían las actividades en toda la Manzana de las Luces, por la tarde, en el aula magna del Colegio Nacional de Buenos Aires se llevó a cabo la entrega del premio Gran Maestro, con el que la UBA distinguió a sus profesores e investigadores más destacados. Alrededor de cinco profesores de cada facultad, y del Ciclo Básico Común, fueron premiados. Al acto concurrieron decenas de personas, entre familiares, amigos, alumnos y discípulos de los maestros homenajeados. Los decanos de las facultades asumieron la entrega del premio a sus propios colegas y docentes.

La fila para ingresar al aula magna del Colegio Nacional de Buenos Aires recorría todo el largo pasillo del primer piso. Pasaba, por lo tanto, por la biblioteca, y por eso muchas personas dejaban sus lugares para asomarse allí. La biblioteca tiene cuatro pisos y más de 115 mil ejemplares, entre los que se encuentran incunables del siglo XVI. Con la apertura de la puerta del aula, el público comenzó a ingresar. El rector de la UBA, Ruben Hallu, abrió el acto. Fueron premiados, entre otros, por Agronomía, el ingeniero Julián Cámara Hernández, Juan José Valla; por Ciencias Económicas, Aldo Ferrer, Julio Olivera; por Ciencias Sociales, Alicia Entel, Carlos Tomada; por Filosofía y Letras, Adriana Puiggrós, Noé Jitrik, Osvaldo Bayer; por Veterinaria Juan Carr, Eduardo Moras; por Arquitectura, Juan Manuel Borthagaray; por Medicina, Patricio Garrahan, Roberto Sica; por Psicología, Diana Rabinovich; por Farmacia y Bioquímica, Regina Wikinsky; por Exactas, Hugo Scolnik, Alberto Kornblitt; nombrados por el Ciclo Básico Común, Torcuato Di Tella, así como también Hilda Cohan. Entre tantos otros destacados profesores e investigadores.

Minutos antes de comenzar el acto, ya adentro del aula magna y junto a decenas de personas que iban y venían en busca de un asiento, Página/12 habló con Osvaldo Bayer. Luego de la charla, al comenzar la entrega y encontrarse con su premio de manos del decano de Filosofía y Letras, Hugo Trinchero, Osvaldo Bayer recibiría el mayor y más vivo aplauso del día.

¿Qué destaca de su paso por la UBA?

–Hemos sido elegidos cinco profesores titulares de la Facultad de Filosofía y Letras para recibir este premio de Gran Maestro, y esto sinceramente es algo que me emociona. En esta facultad nosotros hicimos la primera cátedra de Derechos Humanos de toda la Argentina. Yo fui el titular, y este período que tuve de docente fue realmente una experiencia magnífica.

–Y desde aquel momento hasta ahora, ¿cree que se ha avanzado en las políticas de derechos humanos?

–Hemos logrado muchos triunfos. Para empezar, por la importancia de juzgar a los criminales de la desaparición de personas. Es un paso adelante que nos costó muchísimo. Principalmente en la década del noventa, donde de eso no se hablaba. Después, las leyes de obediencia debida y punto final, pero igual la Facultad de Filosofía, en ese sentido, fue una verdadera trinchera de derechos humanos, le dimos prioridad justamente al caso de los desaparecidos. Me acuerdo que hicimos poner en el aula magna los nombres de todos los estudiantes desaparecidos de la Facultad de Filosofía. En la inauguración de esas listas vinieron todos los padres y fue un acto realmente emocionante.

–¿Qué significa para usted este premio?

–Sinceramente es una cosa que me emociona, es lo mejor que me puede pasar. Para mí esto es como tocar el cielo con las manos. Ya tengo ochenta y cuatro años y realmente esto es una culminación de toda mi vida. Sinceramente me gustaría dedicarle este premio a tres de mis amigos que desaparecieron. Ellos son David Viñas, Haroldo Conti y Paco Urondo.

Informe: Agustín Saavedra.

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