”Viene la etapa de la profundización, y la Presidenta determinó que las señales sean bien claras. Esa es la razón de las políticas de subsidios, para que paguen los que tienen más”, dijo a los gritos el secretario general de La Cámpora, Andrés Larroque, en el acto en que conmemoraron el Día de la Militancia. El microestadio de Ferro estuvo colmado por jóvenes de todo el país para resaltar a la militancia política como eje de “la construcción de un país mejor”. En ese marco reivindicaron el trabajo “militante” de Mariano Recalde en la defensa de Aerolíneas Argentinas.

“Recordaba a los compañeros que fueron a recibir al general Juan Domingo Perón: nada los pudo parar para ir a recibirlo después de 17 años de proscripción. Y entre esos compañeros estaba Néstor Kirchner”, rememoró Larroque al iniciar su discurso, y agregó que “también estaba Cristina, a pesar de que no se conocían todavía”. Los jóvenes que lo escuchaban apenas habían parado de cantar para dejar hablar a su dirigente y estallaron nuevamente al unísono: “¡Néstor no se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo, la puta madre que lo parió!”.

El acto estuvo cargado de mística y liturgia peronista, pero también fue un hecho político. La doble fila de dirigentes y militantes sub-30 (alguno que otro apenas pasados los 30) que obtuvieron representación legislativa o comunal mostró en concreto aquello del “puente generacional” que planteó Fernández de Kirchner en sus discursos. “No son concejales, comuneros, legisladores o intendentes porque sí. Llegaron ahí con militancia política”, destacó el diputado electo. En el costado derecho del escenario, una estatua réplica en tamaño natural del “Nestornauta” con el brazo izquierdo extendido y los dedos en “V” presidía el acto y se llevaba parte de la atención y los flashes.

El sector de invitados tenía a buena parte del gabinete nacional. El ministro de Educación, Alberto Sileoni, andaba por ahí desde temprano sin saco y con ganas de descamisarse por el calor. El secretario de Inteligencia, Héctor Icazuriaga, batía las palmas y despuntaba algún paso de baile cuando Cumbia K hacía sonar la Marcha peronista en ritmo de bailanta. Apenas llegado de Río Gallegos, el secretario de Comunicación, Juan Manuel Abal Medina, se saludaba con el vicegobernador electo bonaerense, Gabriel Mariotto. Dos Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora también observaban sentadas a un lado.

Los contingentes de países de Latinoamérica llenaron una tribuna. Banderas de Uruguay, Venezuela, Bolivia, entre otras, se movían al compás de los bombos y las trompetas, e incluso se pudo ver a algunos militantes siguiendo las estrofas de la Marcha peronista. A un lado, las trompetas marcaban el ritmo de los militantes que, extasiados, cantaban y se echaban agua para mitigar el calor. “Llora, llora, llora la derecha, porque los pibes estamos de fiesta. Les vamos a demostrar que Néstor no se fue, volvimos a ganar, gorila no volvés más”, cantaban junto a los dirigentes que en el escenario bailaban haciendo un trencito y agitaban las manos.

También fueron oradores dos exponentes de la renovación que plantea el kirchnerismo, quienes tuvieron duros enfrentamientos con los aparatos del Partido Justicialista locales. La diputada electa María Luz Alonso destacó que “la Presidenta tomó la decisión política” de sostener su candidatura contra la posición de “un sector del justicialismo”, que generó la renuncia del candidato a gobernador Carlos Verna. “Vamos a estar donde nos necesite. Vamos a ser los guardianes de este proyecto”, bramó Alonso, renovando su lealtad a la Presidenta. A su turno, el ex candidato a intendente de Mercedes –perdió por muy pocos votos–, Juan Ignacio Ustarroz, destacó “la esencia del kirchnerismo, que ante la adversidad se fortalece con unidad ideológica y construcción colectiva”.