EL PAíS › DETECTAN LLAMADOS DE UN JUEZ CON LOS IMPUTADOS POR COIMAS EN EL CASO FERREYRA
Según un informe de llamados que tiene el juzgado, el juez de Casación Eduardo Riggi mantuvo comunicaciones con tres de los implicados en una supuesta maniobra para intentar torcer el rumbo de la investigación por el asesinato de Mariano Ferreyra con coimas.
› Por Irina Hauser
El juez de la Cámara de Casación Penal Eduardo Riggi mantuvo conversaciones telefónicas con tres de los imputados en la causa donde se investiga un presunto intento de soborno dirigido a ese tribunal para conseguir la libertad de los detenidos por el asesinato de Mariano Ferreyra y beneficiar al titular de la Unión Ferroviaria (UF), José Pedraza. Según surge del análisis de los llamados, Riggi habló con el ex juez subrogante Octavio Aráoz de Lamadrid, con el secretario que hacía los sorteos para asignar expedientes dentro de Casación, Luis Ameghino Escobar (hijo), y con el agente de la Secretaría de Inteligencia (SI) Juan José Riquelme. Los tres, junto con Pedraza y el contador del gremio, Angel Stafforini, están citados a indagatoria para diciembre porque se sospecha que participaron en una maniobra que pretendía torcer el rumbo del expediente del homicidio. El juzgado aún no resolvió si Riggi correrá la misma suerte.
La trama quedó al descubierto durante la investigación del asesinato de Ferreyra, cuando la jueza Wilma López comenzó a hacer escuchas a las líneas de Pedraza ante la sospecha sobre su participación. Para su sorpresa, se topó con que estaban tejiendo un plan para conseguir la libertad de los integrantes de la patota y así resguardar también al líder gremial. Riquelme, en un papel de lobbista (al parecer para provecho personal), iba poniendo a Pedraza al tanto de las tratativas, según revelaron las grabaciones. ¿En qué consistían? Los pedidos de excarcelación de los matones, presos desde octubre y noviembre, llegarían a la Cámara de Casación en enero. Según explicó la Fiscalía, querían lograr que ese tribunal no tratara los pedidos de libertad durante la feria de verano, sino que esperara a febrero, cuando sería sorteada la sala donde recaería definitivamente el expediente. El objetivo era que le tocara a la Sala III, que hasta un tiempo antes presidía Riggi.
En las transcripciones de las escuchas que integran esta investigación, Riquelme –un hombre que hace años es conocido en Casación, de lazos con la Iglesia– habla de que se va a encontrar por este asunto con “el Dr. Eduardo”, que sería Riggi, y hasta dice de que va a su casa y que le tiene que llevar las apelaciones para que las vea antes de irse de vacaciones. También menciona supuestos contactos con Gustavo Mitchell, quien renunció días atrás, y Mariano González Palazzo, quien dejó hace una semana subrogancia en Casación. Aráoz de Lamadrid (ex secretario de Casación, ex juez subrogante y ex defensor de un acusado de la patota de la UF) aparece como otro intermediario, que se contacta con Ameghino y con Stafforini. Con Ameghino, a quien por su función llaman “el señor de las teclas”, intercambia unos seis mensajes de texto el día que hace el sorteo informático que logra que la causa sea asignada a la Sala III, la de Riggi. Unos días después, Stafforini –a quien los investigadores estaban siguiendo– lleva al estudio de Aráoz un sobre con 50.000 dólares. La policía llega un rato después y lo secuestra.
El juez Rodríguez había ordenado un análisis de los llamados telefónicos de todas las personas investigadas, jueces incluidos, que abarcara entre el 20 de octubre del año pasado, el día en que fue asesinado Mariano, y febrero de este año inclusive. Los intercambios entre Riquelme, Pedraza, Aráoz, Ameghino y Stafforini ya se conocían por las escuchas. Ellos serán indagados en diciembre. La novedad es que aparecieron llamadas de Riggi con tres de ellos en el período analizado, lo que no está claro es si le traerán algún problema en la causa. Con Aráoz de Lamadrid tiene un llamado, con Ameghino otro y con Riquelme tiene cuatro, dos serían de noviembre y diciembre, otros dos de febrero, uno de ellos de la noche en que la policía incauta los 50.000 dólares, según confirmaron a Página/12 allegados a la causa. Ahora la Justicia investiga la ubicación del celular del juez en días y horas en que Riquelme dice reunirse con él. En uno de los casos, el agente habría estado en la zona de la casa del magistrado. Los otros dos jueces investigados, Mitchell y González Palazzo, no tienen llamados con los imputados.
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