José Mujica está acostumbrado a dar que hablar con sus declaraciones. “A veces hay que tragarse sapos”, dijo esta vez acerca de la relación de Uruguay con la Argentina, aunque aclaró que eso es lo mejor para el país que gobierna y que tampoco significa que sea un “alcahuete” del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El presidente uruguayo también salió al cruce de quienes lo cuestionan por no enfrentar con mayor firmeza ciertos planteos de Brasil y Argentina en el Mercosur. “Es lo que hay y hay que adaptarse”, afirmó, además de señalar que, haga lo que haga, no va a “cambiar ni la política argentina ni la política brasileña”.

Las declaraciones de Mujica apuntaron al frente interno uruguayo. Una de las últimas críticas de sus opositores surgieron luego de que el presidente francés Nicolas Sarkozy, en la reunión del G-20, incluyera a Uruguay entre los paraísos fiscales. Entonces le recriminaron que no se quejara del silencio de argentinos y brasileños ante esa afirmación.

“Nosotros no nos movimos en el contexto de América latina”, aclaró Mujica en un reportaje en el diario El Observador de Montevideo, en el que le preguntaron también por los cuestionamientos que le hacen por su relación con el kirchnerismo. “Cometen un error brutal, un error de liviandad”, analizó, y añadió que “el justicialismo vive en el conflicto, no se achica, por el contrario, se multiplica”.

“¿Qué quieren? ¿Que la táctica para lograr acuerdos con Argentina es escupir un ojo, romper relaciones, insultarlos y que con eso se consigue algo?”, se preguntó Mujica al respecto y a continuación ofreció su propia respuesta: “Yo soy lo suficientemente viejo para recordar que con Perón estuvimos seis años sin que viniera ni una mosca a este país. ¿Quieren esa táctica? ¿Del conflicto del puente no aprendimos nada, no nos enseñó nada? ¿Qué se creen? ¿Qué yo soy un alcahuete? No, llevo la táctica que entiendo que conviene más para conseguir cosas en una situación difícil a mi sociedad. Eso es lo que tengo que lograr”, aseveró.

Mujica también tildó de “poco inteligente” que la oposición cuestione el vínculo con Argentina justo “en el momento en que está arrancando un año de turismo. ¿Quieren que venga el turismo o no?”, planteó, y en ese contexto dijo: “Uno a veces tiene que tragar sapos, porque eso le conviene al país”. También declaró que trata de “ser amigo de todo lo que hay en Argentina”. “Cuando voy –contó– lo saludo a (Mauricio) Macri y trato de respetar a todas las autoridades porque me parece que es lo que más le conviene a Uruguay”, detalló. Piedad uruguaya. “Se equivoca muy feo la oposición. Se cree que porque yo soy medio paisano o desaliñado, soy medio abombado. No estoy para hacer carrera política gritando o insultando a Argentina y jodiendo a la gente que tiene que trabajar. Tampoco me trago la pastilla.”