EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER SE REUNIO CON SEBASTIAN PIÑERA Y DESTACO EL RESPALDO DE CHILE EN EL CONFLICTO CON EL REINO UNIDO
El encuentro entre los presidentes en el Palacio de La Moneda duró más de dos horas y media. En los discursos, resaltaron la idea de integración. “Queremos derrumbar todas las fronteras”, sostuvo Piñera.
Página/12 En Chile
Desde Santiago
“Cada vez más nos miramos entre nosotros como verdaderos compatriotas de esta patria grande. Los acuerdos firmados son parte de una larga marcha que vamos construyendo muy minuciosamente en todos los caminos de la integración”, aseguró ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al cerrar su visita a Chile, la primera de su segundo mandato asumido el 10 de diciembre pasado. En un encuentro bilateral en el que se resaltó la idea de integración y hermandad entre los dos países, después de mantener una reunión de trabajo privada que duró más de dos horas y media los presidentes brindaron una conferencia en el salón Las Camelias del Palacio de La Moneda donde se firmaron seis acuerdos de cooperación en salud, infraestructura y seguridad. “Gracias a todos los chilenos que me gritaron que las Malvinas son argentinas”, dijo la Presidenta al finalizar su discurso en consonancia con la ratificación del apoyo que Piñera realizó el jueves en el inicio de la gira.
“Muchas veces se cree que si alguien piensa diferente a otro en determinadas cuestiones, es imposible que puedan llevar adelante cosas. Pero cuando tiene que ver con las necesidades de nuestros pueblos en materia de geografía, en materia de energía, en materia de conectividad, no conocen de diferencia de ideas. Simplemente es poner manos a la tarea, trabajar mancomunadamente y lograr acuerdos que sirvan a ambas partes”, destacó la Presidenta sentada en el estrado al final de la alfombra roja, poniendo el ojo en las diferencias ideológicas que portan los dos gobiernos, pero que sin embargo miran hacia América del Sur. “Creo que lo que hicieron San Martín y Bernardo de O’Higgins en épocas mucho más difíciles y con maneras un poco más fuertes de las que estamos haciendo hoy, nos compromete a nosotros en el esfuerzo de llevar adelante todos estos proyectos”, agregó CFK. Piñera asentía a su lado.
El presidente chileno también había destacado la integración como punto principal del encuentro, en un esfuerzo por demostrar un cambio en la relación política que había sido difícil no hace tantos años atrás. “La cordillera de los Andes muchos creen que nos separa, pero nosotros podemos transformarla en un punto de unidad. A eso apuntan los proyectos de integración física y de integración comercial”, señaló Piñera intentado apaciguar en parte los reclamos por las trabas comerciales que realiza el empresariado de su país. “Hemos dado un paso hacia algo más profundo. Lo que queremos hacer es derrumbar todas las fronteras que Dios y los hombres hemos interpuesto entre nuestros países”, sostuvo en la misma línea.
“Gracias a todos los chilenos que me gritan que las Malvinas son argentinas”, señaló Fernández de Kirchner recordando las palabras que algunos ciudadanos de Santiago le dedicaron mientras colocaba las ofrendas a los próceres en la Plaza de Armas. Si bien el tema Malvinas no se tocó en forma oficial ayer, los funcionarios argentinos se encontraban exultantes por la enfática ratificación que había realizado Piñera el día anterior. “Quiero reiterar, una vez más, el más firme respaldo de nuestro país en la disputa por la soberanía en las Malvinas y espacios marítimos circundantes”, poniendo el acento en la mención a la zona marítima. “Chile es uno de nuestros principales aliados en este tema. La Presidenta le comentó la carta que tenemos de San Martín de 1816 en la que pide traslado de personal de las islas para cruzar la cordillera”, indicó el canciller Héctor Timerman en las escalinatas del patio de la embajada, apurado por no perder el vuelo para una reunión de la Unasur.
El jueves por la noche, el titular de la pinochetista Unión Demócrata Independiente (UDI), el senador José Luis Coloma, logró hacer llegar a la delegación argentina una carta dirigida a la Presidenta en la que le solicitaba que se revea la situación de Galvarino Apablaza, el dirigente comunista refugiado en Argentina. El acercamiento del legislador no pudo haber sido posible más que por la gestión del propio presidente chileno, a pesar de que CFK ya había decidido no conceder una audiencia a familiares del senador Jaime Guzmán, asesinado en 1991 y por el que se acusa a Apablaza de ser el autor intelectual. El canciller chileno Alfredo Moreno ratificó que la posición de la UDI era la del gobierno cuando, al destacar que “Chile hizo todas las gestiones en su momento, actualmente tenemos un juicio en Argentina para que la medida del refugio sea revertida, así que naturalmente es el país, y no sólo la UDI y la familia, que cree que la decisión debió ser distinta”, en referencia al otorgamiento de la condición de refugiado a pesar de haber sido habilitada su extradición.
El día había comenzado a media mañana con las ofrendas florales que se colocaron al pie de las estatuas de Bernardo de O’Hi-ggins y José de San Martín, en la Plaza de Armas frente al Palacio de La Moneda. Un grupo de alumnos de la Escuela Técnica República Argentina saludó luego a los presidentes apenas antes de ingresar al Palacio de La Moneda, sede del gobierno chileno. Fernández de Kirchner no tuvo inconvenientes en sacarse fotos con los niños, para luego entonar ambos himnos. En el Patio de los Cañones de la Casa de Gobierno chilena los mandatarios saludaron a los ministros y gobernadores locales. El cuerpo de Carabineros realizó la tradicional guarda de la bayoneta de sus fusiles para saludar marcialmente a la Presidenta que, vestida de riguroso negro, se acomodaba el pelo que le volaba la incipiente brisa de la mañana santiaguina.
En la residencia del embajador argentino, Ginés González García, se realizó un cóctel en honor a Cristina Kirchner que incluyó el descubrimiento de una placa y la piedra fundamental del Centro Cultural Mercedes Sosa. El hijo de la cantante, Fabián Mathus, y su hija Araceli formaron parte de la inauguración. La residencia que habita García tiene en su pasillo la figura casi en tamaño natural de una Eva Perón con un micrófono, que recrea la imagen del renunciamiento histórico que hiciera en el Cabildo Abierto en la avenida 9 de Julio. A unos metros, un Carlos Gardel con su típica sonrisa porteña espera parado con su sombrero. Antes de emprender la retirada, la Presidenta mantuvo reuniones con empresarios locales y con la Asociación de Chilenos Amigos de Malvinas. Afuera, Santiago muestra su polución en una capa turbia de smog mientras el tránsito en hora pico hace acordar a Buenos Aires.
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