EL PAíS › DOS OPINIONES SOBRE LA PROPUESTA DE REALIZAR UN JUICIO EN LA EX ESMA
La magnitud del desafío
Por Beinusz Szmukler *
Ante la polémica desatada frente a la iniciativa de realizar en el edificio del Centro Internacional de Derechos Humanos de la Unesco, ubicado en el Espacio para la Memoria y la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex ESMA), el megajuicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada, considero necesario –a título personal– aclarar que:
1 A la luz de su infraestructura actual, no hay en el Poder Judicial de la Nación ningún local apto para llevar a cabo tamaño juicio, con 61 procesados, más de 120 defensores, jueces, fiscales, querellantes, funcionarios, empleados –un universo de alrededor de 300 personas–, y más de 700 testigos, con las instalaciones y mobiliario indispensables. Los locales más grandes existentes obligarían a dividir la causa en no menos de tres sucesivas, contra el principio reclamado por querellantes y la Unidad Fiscal de concentración por centro clandestino, con la paralización por dos años de las otras causas del mismo carácter, que quedarían sin sede.
2Una de las reivindicaciones fundamentales del movimiento de derechos humanos y una preocupación reiteradamente expresada por la Presidenta de la República ha sido la necesidad de acelerar el trámite de los juicios, especialmente para evitar la impunidad de sus responsables, que van falleciendo sin condena.
3Nos pareció que difícilmente se lograría ubicar un local igual o mejor que el que sugerimos. Por ello, comenzamos los contactos con el Tribunal de la causa y las instancias correspondientes del Poder Judicial y hace unos días se organizó una visita de dichas autoridades al espacio propuesto, el cual, en principio, les pareció muy adecuado, aunque sin pronunciarse expresamente al respecto.
4Evitar la revictimización de los testigos ha sido nuestra preocupación constante y para ello hemos emitido pronunciamientos y formulado propuestas a todos los jueces que deben intervenir en las causas por crímenes de lesa humanidad.
5Por tanto no se nos escapaba que entre los testigos-víctimas habría diferentes reacciones, todas ellas respetables. Una parte consideraría un hecho simbólico de fuerte impacto social aquí y en el mundo entero el juzgamiento dentro del contorno del lugar físico en que los crímenes se cometieron y el contraste de su transformación en un espacio de memoria y verdad, en cuyas 17 hectáreas gran parte de los 35 edificios que lo componían ahora son sede de numerosos organismos de derechos humanos nacionales e internacionales, del Canal Encuentro, y en breve del Museo Malvinas. La realización del megajuicio lo convertiría entonces, además, en espacio de justicia. En cambio, otros no estarían de acuerdo con testimoniar allí, pero ese obstáculo resulta fácilmente subsanable porque podrían hacerlo a través de videoconferencias, desde otros ámbitos, tal como se ha realizado en otras causas, contando con los servicios e infraestructura de la que dispone el Poder Judicial.
La magnitud del desafío requiere el esfuerzo de amplitud y respeto, evitando descalificaciones, entre quienes siempre hemos militado por los derechos humanos, para contribuir a que las instancias judiciales correspondientes adopten las decisiones que permitan la más pronta iniciación del juicio en las condiciones adecuadas y alcanzar el objetivo de memoria, verdad y justicia.
* Programa Verdad y Justicia.
Tal vez para conjurar emociones e ideas que nos atraviesan ante la posibilidad de que las audiencias del próximo juicio a los criminales que actuaron en la ESMA sean precisamente ahí, sólo podemos expresar rechazo, sorpresa y tantas otras sensaciones tirando al aire preguntas amasadas con ironía. ¿Cómo no se le ocurrió a nadie hacer el Juicio de Nuremberg en alguna de las cámaras de gas que los nazis multiplicaron en Europa? ¿Por qué el tribunal que condenó a Priebke no sesionó en las Fosas Ardeatinas? ¿Y si en vez de explicar ante los jueces lo vivido y muerto en la ESMA, los sobrevivientes lo representamos? Total, ya que estamos ahí... y como también estarán los represores...
No pretendemos dudar de las buenas intenciones de quienes ofrecen dependencias del predio de Avenida del Libertador al 8200 para que sesione el tribunal. Pero eso no impide que nuestra reacción ante semejante ¿solución? sea la que anotamos más arriba...
Y para que no nos tachen de negativos, que digan que nada nos viene bien, ni nos aleguen que como no hay lugar el juicio no va a empezar nunca, o que entonces hay que fragmentarlo porque no hay donde meter a tantos reos, etc., etc., y ya sin ironía, apuntamos algunas sugerencias para los estamentos estatales que deben resolver la logística de este y otros procesos (Poder Judicial, Consejo de la Magistratura et al.) y para quienes los invitaron a ver la ESMA como una posible “locación”. Simplemente, que tomen nota de cómo se vienen resolviendo estas dificultades en otros lugares del país. Se alquilan teatros o clubes, por ejemplo, sin que la seguridad de los intervinientes se vea vulnerada ni la majestad de la Justicia menoscabada. Más bien todo lo contrario. En Tandil y San Rafael (Mendoza) los juicios culminaron en sentencia; en Bahía Blanca y en San Juan siguen su curso desde el año pasado, todos en instalaciones de las universidades locales. ¿No podría hacer un aporte similar la UBA? Además de resolver un problema logístico, así puede expresarse, también, el compromiso de otras instituciones con esta histórica y siempre vigente exigencia del pueblo argentino: juicio y castigo a todos los culpables, por los crímenes cometidos contra todos los compañeros.
* Sobrevivientes de la ESMA.
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