Los restos del ex senador provincial tucumano Damián Octavio Márquez, secuestrado y asesinado durante la última dictadura, fueron inhumados ayer en un cementerio privado de Tucumán. La emotiva ceremonia se realizó en el cementerio San Agustín, donde familiares, amigos y algunos dirigentes peronistas despidieron al ex secretario general de la CGT tucumana y ex senador por el Frejuli, que estuvo desaparecido durante más de 35 años.

Hace nueve días, la Justicia Federal confirmó que el Equipo Argentino de Antropología Forense había identificado, mediante estudios de ADN, los restos de tres personas en una fosa común del ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, que funcionó como centro clandestino de detención y exterminio. Uno de esos cuerpos era el de Márquez, que según la investigación del EAAF fue enterrado y quemado en una fosa junto con otras quince personas. Las otras dos personas identificadas eran los militantes montoneros Pedro Guillermo Corroto Barraza y José Máximo Tapia.

Márquez, de fuerte militancia en el PJ durante la década del ’70, habría sido secuestrado en la noche del 13 de enero de 1977 en la intersección de avenida Colón y calle Las Piedras, en Tucumán. Según declararon sobrevivientes del ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, el legislador estuvo secuestrado en ese campo de concentración. Se especula que fue asesinado en un fusilamiento a fines de marzo o principios de abril de 1977.

Los restos de al menos quince personas enterrados en una fosa común, denominada “cuerpo quemado 4” del ex CCD, se exhumaron entre noviembre y diciembre del año pasado. El 12 de marzo el EAAF recibió el resultado del estudio de compatibilidad genética que certificó que una de las víctimas identificadas era Márquez. En el segundo semestre de este año podría comenzar el juicio oral por los crímenes en el ex Arsenal.