El futuro de la CGT se encamina hacia una ruptura. El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló, ratificó su candidatura para encabezar la central obrera, aseguró ayer que “se va a buscar la unidad, pero si no se logra con una sola lista, iremos con dos”, cambiando su postura inicial en la que no quería enfrentamientos. Del otro lado, el moyanismo mantuvo una reunión “para evaluar la estrategia electoral” de cara a las elecciones del 12 de julio en las que el camionero buscará un tercer mandato al frente de la CGT. Todo pasa por la negociación entre ambas partes para ponerse de acuerdo en la cantidad de delegados que tiene cada gremio.

“Queremos una CGT unificada, pero si tenemos que competir vamos a competir”, señaló el dirigente metalúrgico dejando atrás la idea de no confrontar que había esgrimido en las últimas semanas apenas se supo de su posible candidatura. Caló fue el primero de los antimoyanistas en hacer saber su postulación para comenzar a cosechar adhesiones. El espacio político que lo apoya dice tener más candidatos, como el estatal Andrés Rodríguez, pero Caló es el dirigente que más apoyos reúne, además de tener el plus de la buena llegada con la Casa Rosada. La contracara es Moyano, que cada vez está más lejos del gobierno nacional en una relación que ya no tiene retorno.

La disputa entre los dos espacios políticos gremiales se encuentra en la discusión de la cantidad de delegados que representarán a los gremios en el congreso nacional de la CGT que celebrarán en el microestadio de Ferro el 12 de julio. La disputa se centra en los sindicatos nuevos que se afiliaron a la CGT, así como el aumento sostenido de afiliados en los últimos años atado al proceso de crecimiento del país. Desde el inicio los antimoyanistas aseguran que cuentan con cerca de 1200 de los 2000 delegados propios para el día de la elección, y los seguidores del líder cegetista se muestran serenos y apelan a sus propios números.

“Se viene conversando para lograr un acuerdo con el número de congresales que participarán en el congreso. Si llegamos a acordar, lo más probable es que se presenten dos listas”, confió a Página/12 un dirigente que responde a los “independientes” –UPCN, Uocra y Obras Sanitarias– que optaron por la idea de una CGT sin Moyano sin dejar de mantener una relación con el camionero. “La discusión pasa por si se utiliza el padrón del último congreso (cuando Moyano fue electo por segunda vez) o si se toma en cuenta a los afiliados de los últimos tiempos, que es lo que quiere el moyanismo y generaría impugnaciones por todos lados”, destacó el sindicalista apuntando a la posible ilegalidad de las afiliaciones nuevas que se presenten.

“Creo que lo más saludable es que se haga una elección democrática y libre. El que gane conducirá y el que pierda acompañará”, sostuvo Caló mientras se encontraba al frente de un reclamo gremial de la UOM en San Nicolás. La idea de competir por la CGT había sido desechada por el antimoyanismo mientras desplegaba la estrategia de un acercamiento hacia el camionero para “intentar convencerlo” de que decline su postulación.

Con la rotunda negativa de Moyano a esa posibilidad –desafió a la Presidenta a que le pida públicamente que se vaya de la CGT–, Caló y sus seguidores optaron por cambiar de plan. “Si tenemos que competir, los compañeros dirán si le toca a Caló o si le toca a otro compañero y Caló va a apoyar al compañero que sea elegido”, señaló el dirigente metalúrgico casi en una regla de tres simple.

La campaña de ambos sectores por reunir la mayor cantidad de gremios de cara al congreso de julio se acentúa. Ayer el moyanismo reunió a un puñado de dirigentes de sindicatos chicos para garantizar sus votos en la elección. Por su parte, los antimoyanistas –entre los que se encuentran los sindicatos con mayor caudal electoral como los “Gordos”, y los no alineados como la UOM y los mecánicos, además de los independientes– se encontrarán el lunes para continuar delineando su estrategia política y terminar con el liderazgo de Moyano en la CGT.