Dom 06.05.2012

EL PAíS  › RAMON RIOSECO SE REFIRIO A LA RECUPERACION DE YPF

“Es una reparación histórica”

Es el intendente de Cutral-Có, de quien la Presidenta recordó que fue uno de los líderes de los piquetes que en los ’90 surgieron en esa ciudad neuquina contra la privatización de la petrolera. En diálogo con Página/12 repasó aquellos días, contó del impacto devastador de la entrega de YPF y habló de las expectativas que surgen a partir de su renacionalización.

› Por Carlos Rodríguez

“Para nosotros, la recuperación de YPF para todos los argentinos es una reparación histórica.” El intendente de Cutral-Có, Ramón Rioseco, en diálogo con Página/12 recuerda que en junio de 1996, cuando era concejal por el Frente Grande y se sumó al histórico piquete protagonizado por el pueblo de esa ciudad neuquina, lo hizo porque “era una situación extrema, porque sabíamos que ese proceso privatizador llevaba a la entrega del país y en particular de YPF. No había otro lugar, había que estar en la ruta”. Rioseco, que al frente de una fuerza local ganó la primera elección en 2007 y desde abril de 2011 está en su segundo mandato, subraya que “el costo de la privatización fue muy alto para nosotros” porque “hubo 5600 trabajadores de YPF despedidos, familias disgregadas, dos generaciones de jóvenes sin futuro, una tasa de mortalidad infantil de 10 a 15 niños fallecidos por año” como consecuencia de “la pobreza y la marginalidad” porque “la degradación golpeó en todos los frentes”. Rioseco sostiene que haber sido piquetero en aquellos años fue “lo correcto”, aunque aclara que “siempre es necesario tener objetivos y pensar que la política se puede hacer en forma digna”.

Cuando ganó por primera vez la intendencia –poniendo fin a la hegemonía del Movimiento Popular Neuquino de los Sapag–, Rioseco obtuvo el 50 por ciento de los votos y el año pasado, en la reelección, se impuso “con el 80 por ciento”, destaca el intendente. Luego de recibir los elogios públicos de parte de la presidenta Cristina Fernández, el mandatario de Cutral-Có insiste en que para crecer en la política “hay que ser coherente y hay que tener en cuenta que es fácil tirar piedras, pero es un poco más difícil llegar a las soluciones cuando se está tras un escritorio, pero se puede”.

Ramón Rioseco nació en Cutral-Có hace 50 años. Tiene dos hijos, de 21 y 4 años. Desde 1992, cuando el gobierno de Carlos Menem dispuso la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la ciudad comenzó a acunar la figura del “piquete”, pero recién fue en junio de 1996 cuando la protesta creció hasta movilizar a una buena parte de los más de 70 mil pobladores del conglomerado urbano que conforman las ciudades de Plaza Huincul y Cutral-Có, a cien kilómetros de Neuquén capital.

En junio de 1996, cuando se produjo el primero de los cortes de la Ruta Nacional 22, que tuvo repercusión nacional y dio lugar al nacimiento de los piquetes en el país, Rioseco era señalado por los medios de prensa como “docente-concejal-piquetero”. En los primeros tiempos, el heterogéneo movimiento surgido en Cutral-Có era señalado como un grupo surgido de una ruptura dentro del Movimiento Popular Neuquino (MPN) al que habían adherido sectores “marginales”, aunque el núcleo central estaba compuesto por trabajadores de YPF despedidos por efecto de la privatización.

Rioseco, concejal por el Frente Grande desde hacía tres meses, hizo un pronóstico rotundo al calor de las gomas ardientes del piquete: “Este es el principio del fin del neoliberalismo menemista”. Tiempo después redondeó el concepto señalando que “aquel fue el principio, y el final fue en 2001, con la caída del gobierno de Fernando de la Rúa”.

–¿Por qué razones se sumó al piquete?

–Yo era concejal y no podía quedarme al margen de una explosión popular de esa naturaleza. Desde dos meses antes ya venía preanunciándose el estallido. Era una situación muy compleja y muy extrema. La gente tuvo que salir a la calle porque ese proceso llevaba a la entrega del país y en particular de YPF. No había otro lugar, había que estar en la ruta, formando parte del piquete.

–La privatización y su secuela de despidos fue, entonces, lo que desencadenó el corte de la ruta 22.

–Para Cutral-Có y Plaza Huincul era el impacto más negativo que pueda haber, porque era una consecuencia directa e inmediata, mientras que para el país fue un proceso progresivo de deterioro. Para nosotros fue un contexto de muertos (en una protesta realizada en abril de 1997 fue asesinada por la policía neuquina Teresa Rodríguez), heridos, desocupación, hambre, pobreza, marginalidad, porque la presencia de YPF es indivisible para nuestro crecimiento. Somos una sola cosa, para bien o para mal. Estamos pegados al mismo destino.

–¿Cuál fue ese impacto inmediato para las dos ciudades?

–Fue un proceso muy largo y muy doloroso, que en el caso de Cutral-Có siempre tuvo a todo el pueblo en contra. La privatización de YPF produjo 5600 desocupados entre las dos ciudades. Todas las familias dependíamos de YPF. Estaban los que trabajaban allí por varias generaciones y los que, sin ser empleados de la empresa, vivían de lo que la actividad petrolera y gasífera significaba. En este proceso perdimos, laboralmente hablando, a dos generaciones y tuvimos que soportar la existencia de un ejército de desocupados. Recién ahora estamos saliendo. Estamos empezando a lograr algunas cosas. Podría decirse que estamos en una buena situación, pero costó mucho esfuerzo y sacrificio afrontar el problema.

–¿Cómo se logró iniciar la recuperación?

–Primero hubo que cambiar el régimen (se refiere por un lado al recambio del entonces gobernador Felipe Sapag y al proceso de renovación que terminó con el poder excluyente del Movimiento Popular Neuquino), a partir de dos grandes puebladas (las de 1996 y 1997), más todos los cortes posteriores, más la recuperación de un yacimiento gasífero chiquito y de plantas industriales que fueron mejorando la situación, generando empleos y recursos. De a poco fue volviendo el petróleo a la actividad privada y en Cutral-Có, comparado con otros lugares, estamos bastante bien. El crecimiento nos ha permitido planificar y además pusimos el énfasis en la capacitación rigurosa de nuestros trabajadores. Fue fundamental para eso la instalación en la ciudad de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y la Universidad del Comahue.

–¿Qué significa para ustedes la decisión de expropiar YPF para regresarla al Estado nacional?

–Para nosotros significa, por un lado, poder seguir adelante, y lo que es más importante, poder decir que la historia nos dio la razón. Para nosotros esta decisión del gobierno nacional es una reparación histórica. El costo de la privatización fue muy alto para nosotros. Las familias se disgregaron, la desocupación llevó a la pobreza, a la marginalidad, llegamos a tener una tasa de 10 a 15 niños fallecidos por año por efecto de la pobreza. La degradación golpeó en todos los frentes. Hoy, por suerte, hemos mejorado mucho en lo que respecta al nivel de desocupación, que está dentro de la tasa nacional, el 6, el 8, el 7 por ciento.

–¿Qué les pedirían hoy a los responsables de la reestatización de YPF?

–Lo primero que habría que encarar, en este proceso tan importante, es la reinstalación de las principales bases de YPF, en Cutral-Có y en toda la provincia. Hoy nosotros no tenemos una sola base. Sería necesario también que la administración de YPF se instale acá, que se instale la destilería, cuatro o cinco áreas petroleras. Esto va a generar mucho empleo. Hace mucho que no se invierte en exploración y explotación.

Cuando se lo consulta sobre el porqué de su doble victoria electoral, en 2007 y en 2011, como candidato del Frente y la Participación Neuquina, Rioseco entiende que han logrado “un modelo de gestión y un modelo de pensamiento que entendemos que ha sido coherente a lo largo de veinte años y ahora la historia nos está dando la razón. Noso-tros hemos logrado superar el estigma de ser piqueteros. Noso-tros éramos los revoltosos, los locos, los que cortábamos la ruta porque no nos gustaba trabajar”.

–¿Qué fue de toda aquella gente que, con o sin banderías políticas, participó en las puebladas?

–La mayoría sigue militando, algunos son funcionarios, otros han ingresado a la actividad petrolera, a la actividad privada. Me parece que lo importante es que en el pueblo de Cutral-Có existe una unificación de pensamiento, una conciencia colectiva que ha sabido acunar un proyecto de sociedad, cada uno en su actividad, siguiendo el mismo rumbo. Por eso hemos recibido un apoyo abrumador en las urnas.

–¿Cómo definiría ese concepto de sociedad del que habla?

–Nosotros pensamos que la educación es el eje de la transformación. Apuntamos muy fuerte a la universidad, a que la universidad llegue a todas las familias. El segundo aspecto importante es la transformación económica a través de un proyecto de desarrollo. Y el tercer aspecto, como resultado de ese desarrollo, es la inclusión social. Que todos tengan educación, salud, agua potable, cloacas, vivienda. Si nosotros logramos generar todo esto, la gente es la que va a sustentar nuestro modelo.

–¿Cómo recibió el elogio que hizo de usted la presidenta Cristina Kirchner?

–Es una satisfacción, sin duda, pero lo más importante es la existencia de un proyecto político nacional que se está profundizando. Estamos pensando en la estatización de Aerolíneas, en las AFJP, en la Asignación Universal por Hijo. Ese es nuestro proyecto, el mismo que señala la Presidenta. En el caso nuestro, el proyecto está en manos de los cutralquenses. Nosotros decidimos qué es lo que queremos. Es lo mismo que se dice a nivel nacional. Cuando se llega a esa convicción y detrás está el apoyo del pueblo, no hay quien pueda pararlo. Nosotros estamos convencidos de que eso es así. Nuestro proyecto es a nivel cultural, es un proyecto histórico que tiene que trascender. Noso-tros creemos que la coherencia nos ha llevado a esta instancia, aunque alguna vez nos miraron como loquitos, como personas que estábamos fuera de foco porque cortábamos una ruta. Yo creo que el proyecto actual, a nivel de Cutral-Có y a nivel nacional, tiene apoyo popular, como lamentablemente lo tuvo también, en su momento, el proceso neoliberal.

–Entonces, no se arrepiente de haber sido piquetero.

–No, en absoluto. Pero lo importante, cuando se produce un conflicto tan grave como el que vivimos, es tener objetivos. También es necesario tener en cuenta que la política se puede hacer en forma digna y que los proyectos comunes pueden y deben socializarse. Hay que impulsar una sociedad ascendente, un proceso de transformación a través de la política. Hay que ser coherentes. Y también tener en cuenta que es fácil tirar piedras, pero es un poco más difícil llegar a las soluciones cuando se está tras un escritorio, pero se puede.

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