EL PAíS
› COMO LES FUE A LOS ENCUESTADORES EN SUS PREVISIONES ELECTORALES
El peor error fue con el bulldog
La mayoría acertó con que el ballottage sería entre Menem y Kirchner, pero acabó sobredimensionando el voto a López Murphy, con extremos como preverlo en el ballottage. La impresión es que Carrió hizo una elección algo mejor de la esperada y que Rodríguez Saá no era para tanto.
› Por Raúl Kollmann
La gran mayoría de los encuestadores se fueron a dormir anoche tranquilos porque habían previsto, en una elección muy difícil, que Carlos Menem y Néstor Kirchner iban a protagonizar el ballottage. También pronosticaron con acierto que Menem iba a ser el que más votos cosechara y que la diferencia sería estrecha. Lo que más se les puede cuestionar a los consultores –y no es poca cosa porque fue un tema central de la campaña– es que hayan vaticinado una elección de mayor envergadura de Ricardo López Murphy. En ese terreno, hubo un encuestador, Ricardo Rouvier, que pronosticó seis puntos de ventaja para el ex ministro radical y otros tres consultores que lo ubicaron incluso levemente por encima de Kirchner, peleando la segunda vuelta. También las encuestas acertaron con los niveles de voto de Elisa Carrió y Adolfo Rodríguez Saá y con la bajísima votación de Leopoldo Moreau.
De los once encuestadores, siete pronosticaron que el ballottage sería entre Menem y Kirchner: Enrique Zuleta Puceiro, Hugo Haime, Graciela Römer, Artemio López, Analía Del Franco, Jorge Giaccobe, Carlos Fara. Dos consultores –Mora y Araujo y Catterberg y asociados– dijeron que Menem entraba seguro, pero que había empate entre Kirchner y López Murphy. Uno -Rouvier– dijo que al ballottage seguro entraba López Murphy y la pelea por el segundo lugar era entre Kirchner y Menem. Si se toman en cuenta estos datos, se puede decir que casi todos acertaron en lo fundamental.
Además, de los once encuestadores nueve dijeron que Carlos Menem iba a ser el candidato que sacaría más votos en la primera vuelta. En este terreno, el que más lejos estuvo es Ricardo Rouvier con su pronóstico de victoria holgada para López Murphy. Artemio López, de Equis, sostuvo que Kirchner le llevaría medio punto a Carlos Menem, aunque adelantó que se trataba de un empate absoluto y que el riojano podría terminar un poco arriba.
Alrededor de López Murphy es que estuvieron los mayores errores. La mayoría de los consultores ubicó al bulldog entre 18 y 20 puntos y en verdad el ex ministro consiguió 17. O sea que los pronósticos entran dentro del error muestral. Sin embargo, lo que transmitieron tuvo un sabor más impactante ya que se habló de la “ola López Murphy” que amenazaba incluso con ganar la elección. Los que hicieron ese pronóstico –y en verdad también los demás– consideran que López Murphy tuvo una trepada fuerte durante la semana anterior a las elecciones, pero hacia al final hubo votantes del bulldog que se terminaron quedando con el voto a Elisa Carrió. Ambos candidatos recogían los apoyos de quienes no querían darle el voto a un peronista, algunos ideológicamente afines al centroderecha y otros afines al centroizquierda. De entrada vieron que López Murphy era el que le podía aguar la fiesta al PJ y se inclinaban a apoyarlo, pero cuando creció mucho y vieron la posibilidad de un ballottage entre LM y Menem, torcieron el rumbo y votaron a Carrió o a Kirchner.
Un párrafo aparte merece el tercer consultor que dijo que el ballottage podría ser entre Menem y López Murphy: Julio Aurelio, titular de Aresco. Públicamente, en una charla en la Universidad Católica, dijo que LM protagonizaba un ascenso fulminante y que podía hasta ganar la elección, incluso en primera vuelta. Luego, el encuestador afirmó que fue malinterpretado y que lo que quiso decir es que LM podía entrar al ballottage.
En cuanto al nivel de votación de Elisa Carrió y Adolfo Rodríguez Saá debe señalarse que todos ubicaron a la candidata del ARI entre los 11 y los 14 puntos y efectivamente terminó sacando este último porcentaje. Sí hubo una falla con Rodríguez Saá, al que todos ubicaban por encima de Carrió, aunque en niveles que iban del 13 al 16 por ciento: terminóconsiguiendo el 14. Da la impresión de que Lilita hizo una elección mejor de la que se esperaba.
En cuanto al voto radical, también la mayoría de los consultores percibió la hecatombe. Leopoldo Moreau terminó con el 2,5 de los votos, un porcentaje que se parece mucho al que le diagnosticaron en los sondeos preelectorales.
Por último, también hubo bastante precisión en la casi inexistencia del voto en blanco y la inexistencia del ausentismo electoral como forma de protesta. La cantidad de gente que no concurrió a votar fue la considerada normal en las elecciones presidenciales, cerca del 20 por ciento, ya que ese porcentaje fue, por ejemplo, el de 1999. Se trata de gente que vive a mucha distancia del lugar en el que vota, personas que se fueron al exterior, enfermos o ciudadanos fallecidos.
En cuanto a las encuestas en boca de urna, tal como anticipó este diario, cuatro canales de televisión abierta –América, Canal 9, Telefé y Canal 13– lanzaron a las 18 su diagnóstico de que Carlos Menem había ganado la elección y que Kirchner sería su adversario en el ballottage. En verdad, buena parte de los datos surgieron de un trabajo telefónico de Julio Aurelio –cuyos datos más precisos no se conocieron– y especialmente de la única boca de urna que fue la realizada por OPSM, la consultora que encabeza Enrique Zuleta Puceiro. Ese sondeo le adjudicó a Menem dos puntos de ventaja sobre Kirchner y ubicó en el tercer puesto a López Murphy a cinco puntos. Esta vez no hubo blooper.
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