Alelados luego de un resultado previsible, pero no por eso menos catastrófico, los radicales debatieron qué hacer con los pocos votos que obtuvieron el domingo, que increíblemente fueron 50 mil menos que en la interna. Al final, se decidieron por una fórmula tibia –dar “libertad de acción” a sus adherentes y al mismo tiempo “rechazar categóricamente” a Carlos Menem–, que de todos modos no logró disipar la feroz crisis interna que atraviesa el partido.
Luego del 2,34 por ciento, los radicales se reunieron el miércoles en la sede del Comité Nacional para discutir el futuro de su, largamente, centenario partido. Las definiciones a las que apelaron para no admitir de modo frontal que votarán a Kirchner dan cuenta de la confusión que atraviesa el partido.
“Ha quedado claro que hay un rechazo categórico a Menem, aunque tampoco hay una decisión de acompañar institucionalmente a Kirchner”, sostuvo el titular de la UCR, Angel Rozas. “Voy a usar la libertad de acción para votar contra Menem”, señaló Leopoldo Moreau. “Ahora no van a elegir al que más les guste, ya que al que más les gustaba ya lo votaron. Hay que elegir entre candidatos que seguramente no fueron los de sus preferencias”, explicó el gobernador de Mendoza, Roberto Iglesias. “Cuando entre al cuarto oscuro, voy a poner una boleta con el símbolo del radicalismo”, se entusiasmó el tucumano Alfredo Neme Scheij.
Las declaraciones de los dirigentes, sintetizadas finalmente en la idea de dar libertad de acción cuestionando a Menem, incluyeron todo tipo de menciones a la necesidad de encarar una fuerte renovación. El problema, claro, es que todos creen que los renovables son los otros.
- El gobernador de Catamarca, Oscar Castillo, propuso un “paso al costado” de Leopoldo Moreau y Raúl Alfonsín, a los que responsabilizó por la derrota, en una movida a la que se sumarían otros referentes, como el gobernador mendocino Roberto Iglesias.
- En su explicación de la derrota, Moreau sólo aludió a la fallida gestión de la Alianza y señaló a los caciques distritales que no se jugaron por su candidatura, como Castillo e Iglesias, a los que acusa por lo bajo de apoyar a Ricardo López Murphy. “Muchos de los responsables de que el gobierno de la Alianza fracasara están hoy en Recrear, el partido de López Murphy, y fueron los que provocaron un colapso descomunal. El radicalismo debe aprovechar este cimbronazo para sacarse de encima a los que tienen un pensamiento de derecha”, señaló Moreau. Algo, sin embargo, tuvo que reconocer. “No tuvimos éxito en la estrategia para ser la cabeza de la polarización”, admitió.
- El titular del partido, Angel Rozas, es señalado como otro de los responsables de la derrota por muchos radicales, que recuerdan la energía con la que defendió en la interna la postulación de Moreau contra la de Rodolfo Terragno. El chaqueño se defiende con matemáticas. “Si todos hubieran hecho la elección que hicimos en Chaco, estaríamos en el ballottage”, dice, en referencia a los casi 20 puntos que obtuvo la UCR en su provincia, donde multiplicó por diez el promedio nacional. “El radicalismo va a volver a retomar su rol fuertemente opositor, vamos a dar libertad de acción a los afiliados y desde luego no vamos a hacer ningún acuerdo preelectoral”, aseguró Angel Rozas.
- Los dirigentes Federico Storani, Jesús Rodríguez y Cristian Caram proponen con una “renovación en serio”, que incluya la renuncia de la cúpula del Comité Nacional. Desde Londres, donde gusta pasar algunas temporadas, Rodolfo Terragno se mantiene en contacto con ellos. Promete un “comunicado durísimo” para su vuelta. Como perdió la interna denunciando fraude, el eje Capital-Buenos Aires cree que ha llegado la hora de copar la conducción partidaria.
- Raúl Alfonsín es el único que en otros tiempos podía poner orden a semejante situación. Pero fue el principal impulsor del apoyo de la UCR al Gobierno y defendió hasta último momento la candidatura de Moreau. Su liderazgo no es el de antes: el ex presidente, por ahora, se mantiene en silencio.