EL PAíS › LA PRESIDENTA CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER VISITO POR PRIMERA VEZ SAN LUIS
Inauguró un complejo de última tecnología para cría de cerdos y, antes de que hablara Hugo Moyano en Plaza de Mayo, hizo una alusión al acto organizado por el dirigente de la CGT: “Esto no es River y Boca. Somos todos argentinos”.
› Por Nicolás Lantos
Desde San Luis
Catorce años pasaron desde que un Presidente pisó tierra puntana: ni siquiera el local Adolfo Rodríguez Saá, durante su breve interinato a fines de 2001, visitó su casa, le recriminan aquí. Néstor Kirchner no vino “ni en campaña” y para Cristina Fernández de Kirchner era, hasta ayer, una deuda. Esta provincia fue el único distrito en el que la mandataria no se impuso en las elecciones de octubre del año pasado. Quizás por eso sorprendió la cálida bienvenida que recibió por parte de un millar de militantes, repartidos entre el aeropuerto de la ciudad de San Luis y el complejo de última tecnología para cría de cerdos que inauguró en las afueras de Juan Llerena, un pueblo de 200 habitantes, a unas dos horas de allí. Lejos de la Capital Federal, envió señales de distensión respecto de lo que sucedía en simultáneo en la Plaza de Mayo: “Esto no es River y Boca. Somos todos argentinos, necesitamos que gane la Argentina y la Argentina es una sola”, sostuvo en el único momento del discurso en el que hizo referencia a la protesta convocada por Hugo Moyano.
“Este es el siglo de los países que puedan proveer más y mejores alimentos, más y mejor energía, más y mejor conocimiento”: la Presidenta realizó un llamado a los distintos sectores que componen la sociedad para que reconozcan algunas de las líneas trazadas en los últimos nueve años como políticas de Estado, haciendo un fuerte respaldo de su modelo de sustitución de importaciones y fortalecimiento del mercado interno, que, aseguró, logrará que el país salga en buenas condiciones de la crisis que atraviesa al mundo. “El eje de todo gobierno y yo creo que el eje de la vida cotidiana de cada persona es fundamentalmente nunca bajar los brazos, nunca darse por vencido, siempre seguir adelante con las convicciones, sabiendo que no todos pensamos igual, pero que también todos necesitamos las mismas cosas”, propuso.
“Es cierto que no pensamos igual en todo, ¿pero acaso no necesitamos las mismas cosas? –preguntó–; ¿no necesitamos los distintos gobiernos, cualquiera sea su partido, su ubicación o su orientación, que su gente tenga trabajo genuino?; ¿no necesitamos que nuestros hijos vayan al colegio y puedan estudiar en un ambiente de paz, de democracia, de libertad, sin que nadie les imponga lo que tengan que pensar o lo que tengan que decir?; ¿no necesitamos acaso todos los argentinos, cualquiera sea el lugar en que estemos ubicados en religión, en ideología, que el país crezca, que agregue valor a sus productos, que conquiste nuevos mercados, que tenga nuevas inversiones?”, insistió, apelando a gremios y empresarios, oficialistas, opositores y dudosos, viejos y jóvenes.
El público, conformado mayormente por funcionarios del gobierno provincial del saaísta Claudio Poggi, aplaudía sin demasiado entusiasmo, aunque el agite llegaba por parte de una veintena de militantes de las juventudes de Kolina y La Cámpora, que habían logrado colarse en la calurosa carpa donde se llevó a cabo el acto en representación de sus cientos de compañeros que aguardaban afuera, al viento (allí había también banderas del Movimiento Evita y de Miles).
La generación de valor agregado como resumen del objetivo de “cambiar de matriz productiva” y “diversificarla” fue un tema que sobrevoló su discurso. “Este campo que adquirió antes estaba dedicado a la producción extensiva y hoy es modelo del feed lot en todas partes del mundo”, se jactó, en referencia al establecimiento que inauguraba. “Además, se le agrega otro de mis ejes, de nuestros ejes, de todos los argentinos, que es la incorporación de la ciencia y la tecnología. Estamos logrando en este modelo que la ciencia básica no sea una cuestión abstracta, encerrada entre las paredes o los claustros universitarios, sino que salga a la calle, a los centros de producción para dar conocimiento, para dar competitividad, para dar productividad a nuestros empresarios, a nuestros productores”, agregó.
Como ejemplo, explicó que “un mix de tonelada de soja y maíz sale a cotización actual a unos tres mil y pico de pesos aproximadamente. Adentro de una tonelada de esos cerdos, que se están criando aquí, se va a más de 8000 pesos la tonelada y además a ese cerdo lo procesamos allá en el frigorífico y hacemos pulpa de jamón, lo llevamos a 21.000 pesos o un poco más, y si además lo hacemos jamón crudo es entonces más de 40.000 pesos la tonelada. Todas esas cifras no son solamente números que van a bolsillos de un empresario, son también trabajos que hay en el medio, en el frigorífico, acá con los trabajadores de Juan Llerena”.
Acompañaron a la Presidenta el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el ministro de Agricultura, Norberto Yauhuar; el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro; el gobernador de Mendoza, Francisco Pérez; Poggi, y el intendente de San Luis, el kirchnerista Enrique Ponce.
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