El PRO logró aprobar anoche la ampliación del Presupuesto porteño en 3500 millones de pesos y en la misma ley se facultó al jefe de Gobierno, Mauricio Macri, a efectuar “las readecuaciones crediticias que resulten necesarias”, es decir, a tomar deuda pública. Con el acompañamiento de la UCR, los dos legisladores que responden a Patricia Bullrich, el sindicalista Alejandro Amor y el denarvaísta Daniel Amoroso, el macrismo consiguió 32 votos para realizar las modificaciones en el Presupuesto, entre las que se encuentra también un bono de 220 millones de pesos que Macri negoció con Hugo Moyano a modo de indemnización para recolectores de basura. Desde la oposición denunciaron una “maniobra extorsiva” del PRO al atar los aumentos salariales con el endeudamiento y criticaron el “tratamiento express”. “Con la excusa del aumento de la pauta salarial el PRO aprobó un endeudamiento escandaloso e injustificadas transferencias de recursos al sector privado”, denunció el bloque del Frente para la Victoria, que se abstuvo igual que la Coalición Cívica, Proyecto Sur, Nuevo Encuentro y el Frente Progresista y Popular.

Según los fundamentos del proyecto, las modificaciones surgen de la necesidad de atender obligaciones de las convenciones paritarias, el aumento de precios de los insumos y el incremento de las tarifas correspondientes a los servicios básicos que ya no están subsidiados por el gobierno nacional. Además, se plasman en el Presupuesto obras de infraestructura planificadas por el macrismo correspondientes a la ampliación del Metrobus, el bicing y “la mejora de la conectividad vial”.

Como titular de la Comisión de Presupuesto, el macrista Rogelio Frigerio sostuvo que por la “continua caída de la tasa de aceleración desde 2011, sumada a un 24 por ciento de inflación según la medición del Congreso nacional”, el monto del Presupuesto 2012 debía ser “ajustado a la realidad imperante”. En este sentido, aclaró que casi el 50 por ciento del incremento será dedicado a los aumentos de salarios.

Desde la oposición avalaron la ampliación para incrementos salariales, pero cuestionaron duramente la previsión de endeudamiento por más de 600 millones y la falta de estudio para su tratamiento en el recinto de la Legislatura.

En un comunicado, el bloque del FpV denunció que el macrismo “convocó a los gremios para extorsionar a los legisladores opositores a fin de conseguir los votos necesarios para la aprobación del proyecto”. Entre las ocho firmas del texto se encuentra la del sindicalista de los empleados municipales, Alejandro Amor, que terminó votando con el PRO. El legislador kirchnerista, Francisco “Tito” Nenna, denunció que el macrismo “justifica el incremento en la necesidad de afrontar las subas salariales, pero pacta indemnizaciones insólitas en el negocio de la basura, transfiere partidas subejecutadas y preanuncia endeudamientos para hacer bicisendas”.

“Macri endeuda a los porteños no para hacer obras de infraestructura, sino para hacer bicisendas y aumentar los contratos de las empresas de basura”, coincidió Aníbal Ibarra, quien consideró que se trata de un presupuesto “dibujado para hacer caja”. En la misma línea, Rafael Gentili, de Proyecto Sur, acusó al macrismo de ponerlos “en la disyuntiva de no poder separar el pago de salarios de la solicitud de endeudamiento para obras que no se van a hacer, sino que sólo se hacen para garantizarse 390 millones de pesos en un año electoral”.

Sólo cinco legisladores votaron en contra. Se trató de Alejandro Bodart, del MST, María Rachid del FpV, y el bloque de Buenos Aires para Todos, con la excepción de María América González, que se ausentó al momento de la votación: “Estamos acá sin saber dónde se originaron los acuerdos; súbitamente se votó en comisión y en un día, sin información, sin debate y sin la posibilidad de invitar a los ministros y funcionarios de las áreas. En estos términos, votamos contra la ampliación”, explicó el titular de esa bancada, Fabio Basteiro.

El pago de la indemnización a los recolectores de residuos deberá tratarse en agosto en la Legislatura, por lo que volverá a ponerse en discusión el vínculo político de Macri con Moyano, flamante opositor a la Casa Rosada.