EL PAíS › EL ACTO POR EL BICENTENARIO DEL EXODO JUJEñO ENCABEZADO POR BOUDOU, FELLNER Y ALICIA KIRCHNER
Ante una multitud que esperaba a la Presidenta, quien no pudo viajar por un cuadro de lipotimia, el vicepresidente, el gobernador de Jujuy y la ministra de Desarrollo Social reivindicaron la participación popular.
› Por Nicolás Lantos
Desde San Salvador de Jujuy
Sin la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (ausente con aviso a causa de un cuadro de lipotimia), pero con una masiva participación popular, se celebró ayer en San Salvador de Jujuy el bicentenario del llamado Exodo Jujeño, el episodio en el que Manuel Belgrano ordenó a toda la población de esta ciudad abandonarla y prenderle fuego para retrasar el avance del ejército realista, al que finalmente vencería en Salta y Tucumán. Ante la ausencia de la mandataria, el protagonismo recayó, tripartito, en los hombros del gobernador local, Eduardo Fellner; el vicepresidente, Amado Boudou, y la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. Página/12 pudo dialogar con los tres acerca de la importancia de aquella efeméride en el escenario actual.
“El éxodo fue organización popular al servicio de nuestra independencia como país”, lo definió Alicia Kirchner, para quien es necesario mirar esta fecha “desde un punto de vista soberano” y de “relato colectivo sobre los individualismos”. Por su parte, el gobernador Fellner le dijo a este diario que “se vive una reivindicación que se proyecta en la historia y hoy se ve reflejado en todo el pueblo jujeño” al tiempo que destacó “el federalismo que hay en esta etapa, en la que Argentina es un país y no una suma de provincias”.
Mientras tanto, Boudou, que había sido el encargado de recibir en lugar de CFK la bandera por parte del pueblo jujeño como indica la típica ceremonia que se repite todos los 22 de agosto por la noche aquí, destacó la masiva participación popular en la fiesta. “El pueblo jujeño acompaña porque lo que ha hecho Néstor Kirchner y lo que ha profundizado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha traído cambios reales y soluciones a las necesidades de todos ellos”, señaló, aunque destacó que “siempre quedan desafíos” por delante. “El principal es generar más puestos de trabajo para que cada argentino y argentina tengan empleo” ya que ésa es la única fórmula para combinar “crecimiento con inclusión social”.
Un rato antes, al cerrar el acto, el vicepresidente había comparado la gesta de 1812 con los nueve años de kirchnerismo: “La batalla es la misma: contra el colonialismo político y económico”, señaló. Aunque las similitudes no concluían allí. “Hace doscientos años, las potencias centrales estaban en desconcierto y empezaba a derrumbarse el modelo que habían ideado para el mundo. Lo mismo sucede hoy, cuando se derrumba el modelo de especulación”, arengó.
El día acompañaba: miles de personas se acercaron al escenario montado en el acceso sur de la ciudad, detrás del estadio de fútbol, para asistir al acto que sería el punto más fuerte de una semana de celebraciones y festejos, que sólo concluirán hoy. Diversos números populares amenizaron la calurosa tarde a la espera de la llegada de CFK: la noticia de su ausencia comenzó a extenderse entre los asistentes ya entrada la tarde, por lo que no menguó significativamente la asistencia.
Además de Boudou, Alicia Kirchner y Fellner, tenían un lugar de privilegio sobre el escenario los gobernadores de Salta, Juan Manuel Urtubey, y Tucumán, José Alperovich, éste acompañado por su mujer, la presidenta provisional del Senado, Beatriz Rojkés. A un costado completaban el cuadro el ministro de Turismo, Enrique Meyer; el secretario de Cultura, Jorge Coscia, y la titular de Tupac Amaru, Milagro Sala, que en un momento tuvo que interceder ante los militantes de su espacio para que hagan lugar para dejar pasar a las carrozas alegóricas.
Hubo, como siempre, un momento de mención a los militantes, que se identificaban con banderas de diversos colores (La Cámpora, celeste; Kolina, verde; la Tupac Amaru, negro sobre blanco; el Movimiento Evita, rojo sobre negro). “Es muy importante que trabajemos unidos y organizados. Los individualismos no sirven, queremos un pueblo comprometido porque los cambios no vienen de un día para el otro y se necesita muchísima militancia”, había asegurado minutos antes la ministra de Desarrollo Social, quien tuvo a su cargo el discurso más “cristinista”, acaso practicando para una campaña en 2013 que, se especula, podría tenerla de protagonista.
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