EL PAíS › MAS DE UNA HORA EXPLICANDO EL PLAN DE YPF A LA EXXON
El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales se reunió con el de Exxon junto con la responsable del accionista mayoritario de la sociedad, la Presidenta. Interés por el gas no convencional.
› Por Martín Granovsky
Desde Nueva York
El presidente de YPF Miguel Galuccio demostró que es rápido para equivocarse. Salió tan apurado del encuentro en el Hotel Mandarin con la Presidenta y el director de Exxon que subió a una camioneta equivocada. También demostró que puede corregirse igual de rápido: se bajó en segundos y se zambulló en otra igual. Estos días en Nueva York hay tantas camionetas negras para ejecutivos, funcionarios y miembros del servicio secreto como puestos para comprar falafel.
El Gobierno calló tras la reunión.
Galuccio calló.
Rex Tillerson, el presidente ejecutivo de Exxon, también calló. Subió a su auto –eso sí, de una y al correcto– y luego el vocero de la empresa dijo que Exxon no emitiría ningún comunicado.
Solo una hora después, Yacimientos Petrolíferos Fiscales difundió su visión oficial sobre el encuentro.
El título se llama “Positiva reunión entre Exxon e YPF, junto a la Presidenta de la Nación”. Y el texto va más lejos, porque dice “muy positiva”. Sobre el contenido, informó YPF que “se analizó la posibilidad de acelerar el desarrollo de recursos no convencionales en la Argentina entre ambas compañías”.
“En la reunión, que duró más de una hora, se acordó un plan para realizar próximos encuentros técnico-comerciales de modo de evaluar las condiciones para un desarrollo conjunto” en explotaciones no convencionales.
Dice el documento que “la reunión se produjo en el marco del non deal road show que el presidente de YPF está realizando por Europa y Estados Unidos, y tras la presentación de su plan de negocios para la compañía por los próximos cinco años”.
De la reunión participaron dos de los tres miembros de la comitiva que llegó a Nueva York el domingo a la mañana con la Presidenta, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scocimarro. El tercer integrante, Héctor Timerman, dejó el hotel Mandarin, que tiene el lobby en el piso 35, con la misma velocidad de Galuccio y Tillerson, pero antes de la reunión y en dirección de la ONU. Como se informa aparte, a la misma hora mantuvo el primer contacto y la primera negociación para fijar agenda futura con su par iraní Akí Akbar Salehi.
Galuccio participará hoy de una reunión cerrada del Council of Americas, que dirige Susan Segal, un organismo privado que agrupa a empresarios, ex funcionarios norteamericanos del área regional y lobbistas. También allí hará su exposición.
La Exxon es la empresa que continuó a la Standard Oil combatida por Enrique Mosconi, el primer presidente de YPF, y volvió a tener fuertes intereses en la Argentina alentada por la existencia de yacimientos llamados de shale gas. Son justamente esos yacimientos los que menciona el comunicado de YPF cuando refiere al interés común por los recursos energéticos no convencionales.
Según señaló en este diario el especialista Víctor Bronstein, del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad, el 30 por ciento del gas que se consume en los Estados Unidos es de origen no convencional. La Argentina integra con los estadounidenses y los chinos el terceto de países con mayores reservas, con una estimación de 774 billones de pies cúbicos de gas.
Las dos mayores reservas están en Neuquén. A mayor profundidad, Los Molles. A menor, Vaca Muerta.
Galuccio acaba de exponer su plan en Londres, precisamente donde residía como directivo en ramas de provisión para la industria del petróleo cuando fue convocado por Cristina Fernández de Kirchner para encabezar la nueva YPF con control mayoritario de las acciones por parte del Estado, gracias a la aprobación parlamentaria de un punto final al dominio de la española Repsol.
El plan “non deal” significa, en la jerga de los negocios internacionales, que la etapa actual es de información del plan de desarrollo de YPF y no de firma de acuerdos. La conducción de YPF, que por ley debe ser profesional y garantizar rentabilidad a los accionistas pero también debe converger con la política económica, aspira a destilar ideas en el exterior y a contar con un panorama general antes de nuevos acuerdos.
Los petroleros discuten también qué pasaría con el precio del barril en caso de un conflicto abierto contra Irán. Todavía no hay respuestas contundentes, pero ninguna de las publicaciones específicas de energía o de política internacional habla de un barril por debajo de los 140 dólares, e incluso algunos llevan la hipótesis a los 200 dólares.
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