Vie 28.09.2012

EL PAíS  › LA PRESIDENTA RESPONDIO EN HARVARD SOBRE LA POSIBILIDAD DE UNA REFORMA DE LA CONSTITUCION

“No se trata de lo que yo quiera”

Cristina Fernández de Kirchner explicó la política oficial con el dólar, defendió la necesidad de la plena vigencia de la ley de medios y resaltó que “nunca hubo tanta libertad de expresión en Argentina”. La mayoría de los que preguntaron eran argentinos.

En el marco de una conferencia realizada en la Universidad de Harvard, la presidenta Cristina Fernández aseguró ayer que no depende de su voluntad la modificación de la Constitución Nacional; criticó al Grupo Clarín por su resistencia a someterse a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual; defendió la “total libertad de expresión” en Argentina y fundamentó las decisiones de política económica que restringen el acceso a moneda extranjera. “No se trata de lo que yo quiero, sino de lo que puedo o debo. Es una cuestión abstracta. Hoy la Constitución no permite un tercer mandato. En mi país se discuten muchas cosas, no depende de mí una reforma constitucional, ni tampoco de un solo partido”, respondió la Presidenta ante una consulta de un estudiante argentino.

Luego de su paso por la Asamblea General de Naciones Unidas y por una conferencia similar en la Universidad de Georgetown, la titular del Poder Ejecutivo enfrentó una serie de preguntas de los integrantes del Instituto de Política de Harvard, en su mayoría vinculadas con la situación política y económica de la Argentina. Previamente, en su exposición había repasado los logros económicos y sociales de su gestión, producto de la política de desendeudamiento, de aumento del consumo interno y de un rol activo del Estado en la economía (ver aparte).

Por primera vez se refirió a la cuestión de la reforma de la Constitución, impulsada por algunos sectores del kirchnerismo y rechazada por el conjunto de la oposición. “Se discuten muchas cosas, si tiene que haber un sistema presidencialista o parlamentarista, si hay que legalizar el aborto, si tienen que votar o no los jóvenes de 16 años”, señaló la mandataria, enmarcando la trascendencia del debate sobre un eventual tercer mandato. Aunque no se pronunció personalmente a favor ni en contra, recordó que la reforma no depende de un solo partido político, ya que en el ’94 fue producto de un acuerdo previo entre el peronismo y el radicalismo. Además, recordó que se necesitan mayorías agravadas para modificar la Carta Magna. “Se quiere instalar una discusión que puede existir en determinados sectores de la sociedad, pero que no es competencia de esta Presidenta”, completó.

En el mismo sentido, otro estudiante le preguntó por sus planes para después de abandonar el cargo en 2015 y ella le replicó que, a partir de la inesperada muerte de su marido, Néstor Kirchner, había dejado de hacer planes a largo plazo.

Varios estudiantes leyeron sus preguntas, cuya redacción la Presidenta ironizó que había sido coordinada con periodistas de medios opositores que se encontraban en otra sala. Los alumnos preguntaron por el llamado “cepo cambiario” y las estadísticas oficiales del Indec. “El cepo es un título mediático. No hay cepo cambiario”, aseguró CFK y defendió los cambios implementados para la compra de divisas. La Presidenta relató que entre agosto y octubre del año pasado, “producto de rumores intencionados” de una supuesta devaluación, se compraron 4700 millones de dólares destinados a atesoramiento y que, si no se hubieran comprado, con 900 millones más hubiera alcanzado para el pago de los vencimientos de deuda de este año. En esta línea, aclaró que sí está permitida la compra de dólares pero no para “especulación” o atesoramiento y contrastó con el caso de Brasil, donde no se puede abrir una cuenta bancaria en dólares. “Yo quiero darles los dólares a los importadores para que traigan medicamentos y los insumos básicos para la producción”, sostuvo.

“Me siento un privilegiado por ser uno de los pocos argentinos en poder hacerle preguntas...”, arrancó otro estudiante, el segundo en hacer una alusión indirecta a la consigna “queremos preguntar”, impulsada por un grupo de periodistas en la Argentina.

“No se lo contesté a tu anterior compañero... yo hablo con millones de argentinos en los 20 mil actos a los que voy”, dijo la Presidenta, saliendo al cruce de la ironía y metiéndose en la cuestión de los medios de comunicación. La titular del Poder Ejecutivo consideró que su “obligación” es gobernar y no “estar dando conferencias todos los días”, situación que sí enfrentan otros miembros del gabinete nacional, explicó. “Llega un momento en que uno dice una cosa y publican otra”, dijo y citó el ejemplo del diario La Nación, que tituló sobre un supuesto “giro” del Gobierno al aceptar el diálogo con Irán, porque el día anterior habían publicado que la Argentina no iba a sentarse a conversar con ese país sobre el esclarecimiento de la causa AMIA.

La cuestión de la “falta de libertad de expresión” y el “ataque a periodistas e intelectuales” ocuparon también un párrafo especial. “Tanta libertad hay que existe un monopolio que no acepta la ley que votó el Congreso, por amplia mayoría, y que ratificó la Corte Suprema”, afirmó CFK, quien reiteró que el 7 de diciembre comienza a efectivizarse la desinversión establecida en la norma. Sin alusiones personales, cuestionó la “autorreferencialidad” del periodismo argentino y subrayó que “connotados periodistas” y agentes de inteligencia fueron procesados por la Justicia argentina por interceptar mails y conversaciones telefónicas de políticos y empresarios. Sobre este tema, recordó, además, que durante su presidencia envió al Congreso el proyecto de ley que despenalizó las calumnias e injurias. “Nunca hubo tanta libertad de expresión como ahora en Argentina”, aseguró.

Le preguntaron también sobre un supuesto aumento patrimonial desproporcionado durante el ejercicio de la Presidencia, a lo que replicó que su situación económica responde al ejercicio previo de su profesión de abogada y que se ha sometido a la Justicia cuando dirigentes de la oposición presentaron denuncias en su contra. “Puedo dar cuenta de todos y cada uno de mis bienes”, afirmó que la justicia ya lo había tratado, de acuerdo “a la inversión de la carga de la prueba” que rige en la Argentina y le pidió a la estudiante que revise los números que había mencionado porque no eran “correctos”.

En una de las últimas preguntas, que ella promovió aún cuando los organizadores habían propuesto concluir las intervenciones, otro estudiante recogió la versión periodística de los índices del Indec, según la que se necesitarían 6 pesos por día para comer. CFK aclaró que se trató de una tergiversación y que la pregunta ya había sido extensamente aclarada por la titular de ese organismo. Antes de que concluyera la respuesta, el estudiante le pidió modificarla y le preguntó por el “miedo” que deberían tenerle los argentinos. Una vez más, aclaró que sus palabras fueron manipuladas, que el diario Clarín recortó esa frase, donde hacía referencia exclusivamente a los funcionarios que habían sido designados por ella y no a la sociedad en general.

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