Eduardo Buzzi fue reelecto como presidente de Federación Agraria por duodécima vez consecutiva. Ayer ganó las elecciones internas durante un congreso realizado en Rosario, donde convocó a sus seguidores a participar de la marcha organizada por Pablo Micheli (CTA disidente) y Hugo Moyano para el próximo 10 de octubre. Moyano convocó a la marcha como líder del gremio de camioneros y no como titular de la CGT. Los vicepresidentes electos fueron Julio Currás, un hombre del radicalismo que transitará su tercer período consecutivo, y Ariel Toselli. Este último reemplazó a Guillermo Giannasi, quien fue duramente criticado por su gestión como director en el ex Renatre.

En doce años de gestión, Buzzi supo armar una ingeniería electoral dentro de la FAA. En los congresos, primero se eligen directores y entre los que resultan electos surgen las autoridades máximas. Tienen posibilidad de votar todos los representantes de las distintas filiales de la entidad, así como también los centros juveniles y organizaciones de mujeres. Una filial, para votar, tiene que tener pagas 20 cuotas de 400 pesos cada una. Es decir un total de 8000 pesos, como mínimo. En cambio, los centros juveniles necesitan 800 pesos. “A Buzzi lo votaron los jóvenes y los grupos de mujeres. El tipo armó centros juveniles por todos lados. Además, su otra base de sustentación son los integrantes más reaccionarios de la FAA”, indicó a Página/12 un federado que logró renovar su cargo de director.

La oposición a Buzzi recayó en la Unidad Federada, un nucleamiento variopinto integrado por Alfredo De Angeli por un lado, y Pedro Peretti, Mariana Speroni y Esteban Motta, por el otro. Estos últimos pertenecen a dos líneas internas. El año pasado, Motta renunció a su cargo de director de la juventud, junto a Juan Manuel Rossi. En una carta pública, ambos dirigentes cuestionaron el estilo “autoritario de Buzzi” para conducir la entidad.

“La conducción de la FAA carece de pluralismo, tiene un pensamiento monolítico y no sostiene los reclamos históricos de la entidad”, habían manifestado al momento de su renuncia. En estos últimos dos días de congreso se escucharon las mismas críticas hacia Buzzi de algunos sectores de Federación Agraria. Sin embargo, el federado consiguió los números necesarios para su duodécima elección. Según dijo, el 70 por ciento lo apoyó, aunque esta cifra es difícil de precisar porque la oposición se retiró al comprobar que no tenía los directores suficientes para imponerse.

El que quedó afuera de la vicepresidencia fue Giannasi, aunque sí pudo ser reelegido como director. Según datos del Renatea, el bonaerense había cobrado en 2011 como director del ex Renatre 420.505 pesos en concepto de remuneraciones brutas (antes del pago de Ganancias), y viáticos. Este fue uno de los principales disparadores para su rechazo.

Giannasi era el representante de los tamberos dentro de la entidad. Sin embargo, en los últimos “conflictos” había perdido terreno frente a Daniel Oggero, el titular de la Comisión de Lechería. Lo curioso es que Oggero resultó nuevamente electo al frente de esa comisión pero decidió renunciar luego de algunos desmanejos de la conducción. “Decidieron desconocer el mandato de la asamblea y quisieron cambiar a mi suplente, que había sido votado en el distrito”, sostuvo Oggero. Su suplente era Motta.

Desde el conflicto de la resolución 125 a esta fecha, Buzzi supo balancearse entre los reclamos históricos de la entidad –como una ley de arrendamientos o la segmentación para pequeños productores– y su alianza con la Sociedad Rural. Hoy apuesta a renovar su vínculo con Eduardo Duhalde, Hugo Moyano y Gerónimo “Momo” Venegas. En 2011, Duhalde le había ofrecido ser su candidato en Santa Fe, pero no aceptó.

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