Jue 20.12.2012

EL PAíS  › LA DISCUSIóN DEL TRASPASO DEL SUBTE EN LA LEGISLATURA PORTEñA

Una ley difícil de acordar

El macrismo cedió ante la oposición con la intención de llegar a un acuerdo. Así logró acercar posiciones con el kirchnerismo, pero las negociaciones se trabaron a última hora. Al cierre de esta edición no estaba dicha la última palabra.

› Por Santiago Rodríguez

Los legisladores porteños discutían al cierre de esta edición la ley de traspaso de subte. Sin el número suficiente para imponer su proyecto, el macrismo se vio obligado a ceder ante la oposición y dio marcha atrás con la aplicación de un impuesto a los combustibles. En cambio, no daba el brazo a torcer con su pretensión de establecer que en todo momento los trabajadores están obligados a garantizar el 60 por ciento de los viajes y de incluir la posibilidad de endeudar a la Ciudad para financiar los gastos del subte. El kirchnerismo estaba dispuesto a votar la ley si el PRO bajaba esos dos puntos.

Con la sanción de la ley, el traspaso del subte a la Ciudad se concretaría el próximo 1º de enero. Casi un año habrá pasado entonces de la firma del acta en la que Mauricio Macri se comprometió a hacerse cargo del servicio y no cumplió más que para llevar la tarifa de 1,10 a 2,50 pesos.

La sesión extraordinaria para tratar el traspaso del subte estaba convocada para las once de la mañana. De entrada fue postergada para las cuatro de la tarde y a esa hora se decidió un nuevo aplazo. Pasadas las once de la noche aún no había comenzado y las negociaciones continuaban fuera del recinto.

El PRO decidió ceder posiciones en pos de un acuerdo porque al proyecto que Macri envió a la Legislatura no lo votaban ni siquiera sus habituales propios aliados. Con 26 votos propios, el macrismo llega por lo general a los 31 sumando a los radicales Claudio Presman y Rubén Campos; a Adriana Montes y Juan Pablo Arenaza –el delfín de Patricia Bullrich– y al ex denarvaísta Daniel Amoroso. Ni ellos avalaron esta vez los puntos que los bloques de la oposición advirtieron de entrada que no acompañarían: la aplicación de un impuesto a los combustibles, la declaración de emergencia del servicio con poderes al jefe de Gobierno para la contratación directa de obras millonarias y la limitación del derecho de huelga de los trabajadores.

Los metrodelegados se movilizaron ayer mismo a la Legislatura a la hora en que estaba previsto que comenzara la sesión para rechazar una vez más el proyecto de traspaso de Macri. “Espero que los legisladores, cuando tengan que votar hoy (por ayer) la ley, tengan en cuenta que es una necesidad de la gente que el servicio de subte sea esencial, que por lo tanto funcione especialmente en las horas pico”, pidió una vez más a esa altura el jefe de Gobierno.

Con el correr de la jornada y de las negociaciones la definición de “esencial” mutó en “trascendental” y por último en “estratégico”. “Estratégico no significa nada, quiere decir que es importante; no obliga en nada a los trabajadores”, explicaron desde el interbloque kirchnerista. No les importaba esa definición, pero sí exigían quitar la imposición a los trabajadores de cumplir en todos los casos con el 60 por ciento de los viajes en horas pico para dar su voto.

La bancada macrista priorizó al kirchnerismo para la búsqueda de un consenso que le permitiera la aprobación de la ley. Las conversaciones se sucedieron durante toda la tarde, monitoreadas desde la Jefatura de Gobierno por el ministro de Hacienda, Néstor Grindetti. El último escollo para el acuerdo fue la pretensión del PRO de incluir un artículo que le permitía a Macri endeudarse en trescientos millones de dólares durante los tres años a los que fue acotada la emergencia del subte. Los K pusieron como condición que cualquier deuda sea para obras y que no se puedan pedir prestados más de cien millones de dólares por año. Al cierre de esta edición el tema no estaba saldado.

En lo que sí había acuerdo era en la eliminación del impuesto a los combustibles y su reemplazo por una suba en el impuesto a los sellos que se aplica, entre otras cosas, a la transferencia de terrenos, inmuebles, barcos y jugadores de fútbol. “Es lo mismo. Se cambia un impuesto por otro”, advirtieron desde la Coalición Cívica, que nunca mostró la misma disposición del kirchnerismo para acompañar la iniciativa macrista. Tampoco los bloques de Proyecto Sur y Buenos Aires para Todos. Desde esa fuerza no descartaron que macristas y kirchneristas hayan incluido en sus conversaciones cuestiones como el proyecto del barrio de lujo en la ex Ciudad Deportiva de Boca, la urbanización de los terrenos para el plan Pro.Cre.Ar. y la venta del Edificio del Plata, que figuran en el temario de la sesión de hoy de la Legislatura.

La declaración de la emergencia del subte se mantenía, pero acotada a tres años y sin darle al Ejecutivo la atribución de hacer contrataciones directas, concesionar el servicio sin ningún límite y subir la tarifa sin realizar audiencia pública.

Lo que no cambiaba era el aumento de la patente de los autos de alta gama y el incremento del 10 por ciento en los peajes.

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