Lun 07.01.2013

EL PAíS  › OPINIóN

Profundizar el modelo sin dejarse encandilar por las fotos

› Por Julio De Vido *

Luego del contundente 54 por ciento de los votos con que fue ratificada en las últimas elecciones, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, continuó la profundización del rumbo iniciado por Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003 con medidas trascendentales como la recuperación del 51 por ciento de las acciones de YPF, la reforma del sistema financiero o la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central, por citar algunos ejemplos.

Esta continuidad del rumbo con decisiones estratégicas y superadoras, a la vez que no hay enfrente ningún dirigente o fuerza política capaz de unificar una propuesta alternativa, hace que se pronuncie cada día la preocupación de los sectores minoritarios que perdieron privilegios por encontrar un candidato que termine con este modelo de crecimiento, inclusión social y pleno empleo, para llevar adelante una agenda de defensa de los intereses más concentrados.

En esa línea se inscribe una columna publicada ayer por Sergio Crivelli en el diario La Prensa, que plantea que “Scioli y Macri están en primera fila como alternativa al estilo ‘K’” y resalta la reunión que ambos mantuvieron la semana pasada por su vocación para “luchar por el poder cooperando y sin agresiones”. Es curioso que un encuentro del que luego debe admitir que tuvo resultados ‘modestos’ (sic), por no decir que no sirvió para nada, sea considerado como el prólogo de una nueva etapa que tendría como virtud una menor confrontación.

Este entusiasmo por un gesto tan nimio deja al desnudo la nostalgia por la época donde se hacía política para las fotos y algunos pocos se enriquecían a costa del desempleo, el trabajo en negro y la exclusión del resto. La Presidenta, como bien dice la nota, sigue teniendo la iniciativa porque las políticas implementadas desde 2003 permitieron una sustancial mejora en la calidad de vida de los argentinos y eso es lo que explica que la continuidad de este proyecto haya sido respaldada en dos ocasiones por la mayoría. A menos que se tenga una idea reaccionaria y restrictiva de la democracia que llevara a pensar que la gente no vota a quien cree que defiende mejor sus intereses.

En el fondo, lo que no pueden tolerar es que este modelo económico no tiene marcha atrás porque los argentinos no quieren volver al 25 por ciento de desocupados, a las fábricas cerradas, a los centros turísticos vacíos porque nadie puede irse de vacaciones. Y la única que garantiza la continuidad de estas políticas es la presidenta de la Nación. Lo saben y por eso están atentos al más mínimo gesto que les devuelva la esperanza de retornar al país donde no se discutía la distribución del ingreso, la concentración en los medios de comunicación o la Asignación Universal por Hijo. Olvidan que esa Argentina colapsó en diciembre de 2001.

Además, es sorprendente que nadie se pregunte por qué ese gesto de un supuesto mayor diálogo no incluye a los intendentes de los municipios involucrados, donde continúa enterrándose la basura como si fuera el patio trasero, que además no fueron consultados porque conocían de antemano su negativa y la de sus comunidades. Es una forma muy particular de consenso, por lo que sería bueno preguntarles a los comentaristas del diario La Prensa cómo imaginan un eventual gobierno de ese supuesto nuevo estilo racional y sin crispación, que lo único que tiene de concreto para mostrar es una foto donde ni siquiera están todos los actores.

No es que estos sectores no tengan planes sino que son inconfensables. No pueden presentarlos a la sociedad y lograr el acompañamiento electoral porque ya vivimos sus nefastas consecuencias y por eso están a la búsqueda de dirigentes que se pongan al frente. Son los mismos para los que todo lo inconstitucional es legal y republicano mientras sea para defender sus intereses, como sucede con las medidas cautelares que impiden la plena vigencia de la ley de medios o la anulación de la vil entrega del predio de Palermo a la Sociedad Rural Argentina.

En ese sentido, no es casual que el diario califique como “confiscación” la decisión soberana del Estado Nacional de recuperar el 51 por ciento de las acciones de YPF. Lo hace porque sin duda constituyó un paso fundamental en la consolidación de este modelo que quieren detener y no encuentran vías legítimas para hacerlo. Sería bueno que no se preocuparan tanto por Repsol y tuvieran en cuenta que los mecanismos promocionales no son eternos, tienen vigencia en tanto sirven a los objetivos de cada etapa y luego deben ser revisados y modificados si no se cumplen. No es cierto que de haber obtenido una mejora en los precios la gestión de Repsol en YPF hubiera revertido la caída de la producción, ya que contó con otros incentivos y no quiso aprovecharlos.

En definitiva, mientras ellos se siguen encandilando con los flashes mediáticos de la década del noventa, la Presidenta se concentra en gestionar para incluir cada día a más argentinos porque ya vimos la película y sabemos cómo termina.

* Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios.

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