El canciller Héctor Timerman calificó como “altamente productiva” la reunión que mantuvo el jueves pasado en Zurich, Suiza, con su par iraní Ali Akbar Salehi, en el marco del diálogo que ambos países llevan adelante para tratar de esclarecer el atentado a la AMIA, ocurrido en julio de 1994. Según comentaban en el Palacio San Martín, en el encuentro pudieron progresar bastante y ambos cancilleres quedaron en que se reunirán de nuevo a la brevedad.

Del contenido de la reunión, obviamente, no trascendió nada porque de la reserva de lo conversado depende en gran medida el éxito o el fracaso de las negociaciones. Casi como en una película de espías, Timerman llegó solo a Zurich y se tomó el avión de vuelta ese mismo día después del encuentro. Ni siquiera durmió allí, sólo sacó una habitación de hotel para refrescarse antes del inicio del reservado encuentro. No hubo otros participantes además de los cancilleres, quienes bebieron té.

El contacto se hizo en una de las salas de reuniones del Hotel Marriott, ubicado a orillas del río Limago, en el centro de Zurich. “Se avanzó mucho en la causa judicial”, comentaban con entusiasmo en la Cancillería. El ministerio informó ayer la noticia a través de un escueto comunicado. Timerman le comentó las novedades que arrojó el encuentro a la presidenta Cristina Kirchner, quien ayer retomó la actividad oficial luego de unos pocos días de descanso en Santa Cruz.

Las conversaciones con Irán arrancaron en septiembre pasado en Nueva York, luego de que la Presidenta anunciara durante su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que había aceptado la petición de una audiencia de parte del gobierno de Mahmud Ahmadinejad. La primera reunión formal, organizada en reserva, sucedió a fines de octubre en la sede de la ONU en Ginebra. Del lado argentino participaron la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona; el vicecanciller Eduardo Zuain y la directora de Asuntos Legales de la Cancillería, Susana Ruiz Cerutti. Que el jueves pasado hayan decidido que sean de nuevo los cancilleres quienes volvieran a sentarse alrededor de la mesa podría ser otro indicio de los avances alcanzados.

Luego de informado el encuentro, algunas de las autoridades de la AMIA, como su vicepresidente José Scaliter, salieron a mostrar su disconformidad. “La propuesta iraní es una clara maniobra de dilación y de posicionamiento diplomático a nivel internacional, y no debemos ser sus ingenuos cómplices”, afirmó a la Agencia Judía de Noticias. Sin embargo, Timerman se reunió días atrás con la conducción de la DAIA y con familiares de las víctimas del atentado, quienes a la salida dijeron haber quedado muy conformes por las explicaciones que les ofreció el canciller sobre las negociaciones que estaba llevando adelante.