“Lo más importante es que se investigue la conexión local, pero más allá de esto, apoyamos el acuerdo con Irán porque abre una posibilidad de que se descongele la causa. Lo peor que se puede hacer es no hacer nada”, apuntó ayer Daniel Silber desde la Federación de Entidades Culturales Judías, que dio su respaldo al memorando firmado entre los gobiernos argentino e iraní y que ahora se debate en el Congreso. La entidad, más conocida por su sigla, ICUF, sostuvo a través de una declaración firmada por sus autoridades que el hecho de que se firme un tratado con Irán no implica un alineamiento con ese país.

La federación agrupa a clubes, centros culturales y escuelas judías, como el teatro IFT, de la ciudad de Buenos Aires, o la Asociación Cultural Israelita, en Córdoba. Es decir que es una organización de carácter laico, que a su vez se asume como “representación política de una parte de la colectividad judeoargentina”. En ese marco, sentó postura con un documento que lleva la firma de Silber y de Marcelo Horestein, autoridades de la entidad.

“El Tratado de Entendimiento es un paso que se da en búsqueda de la verdad y de la justicia. Si hasta el día de hoy el gobierno iraní se negaba a cualquier tipo de actuación, ¿qué se pierde con lo acordado? Se abre una luz de esperanza, en pos de llegar a la verdad, y con ella a la justicia. Más que una resignación de la soberanía, resulta una ampliación, una proyección en tanto serán indagados una serie de sospechosos por magistrados argentinos”, indicó el texto en uno de sus párrafos de introducción.

Para Silber, las razones de que el acuerdo haya generado tanta resistencia son de dos órdenes. “En un plano internacional, hay presiones de Estados Unidos y del Estado de Israel con la intención de demonizar absolutamente a Irán, ubicándolo como centro del eje del mal. Por otra parte, en lo interno, creo que la oposición rechaza el acuerdo porque impugna cualquier medida del gobierno nacional. Y dentro de la colectividad, el rechazo tiene que ver, como cuestión muy fuerte, con el negacionismo (del Holocausto, sostenido por el gobierno iraní) y con su no reconocimiento del Estado de Israel. Nosotros tampoco tenemos ninguna simpatía hacia estas posturas y tenemos pocas expectativas con respecto a cuánto puede servir el acuerdo, pero lo que creemos es que el acuerdo puede descongelar la causa. Si no se gana nada, tampoco se pierde.”

La declaración de ICUF incluyó una serie de puntos sobre estas cuestiones. “El hecho de que se firme un tratado con Irán no significa un alineamiento con este país”, sostienen las entidades culturales judías en el texto. Luego agregan: “Sabemos a ciencia cierta quién gobierna Irán; rechazamos y repudiamos el negacionismo del genocidio del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial que se desarrolla desde sus máximas autoridades, así como las expresiones sobre la eliminación del Estado de Israel”.

Finalmente, el texto recuerda que “luego de producirse el atentado de 1994, se tejieron una serie de relaciones peligrosas entre el máximo referente de la comunidad de entonces (Rubén Beraja), el embajador de Israel de aquellos días (Itzhak Aviran) y el gobernante de turno (Carlos Menem), relaciones que sin duda aportaron al encubrimiento y traba del desarrollo de la investigación del atentado y juicio a sus responsables”.

Por otra parte, el dirigente de la ICUF puso el acento en la necesidad de investigar la conexión local. “Es imprescindible hacerlo, porque ése es el principal modo de evitar que la historia se repita. Hay que investigar mucho más la trama del atentado en sí y también el encubrimiento de parte de la Justicia, de la Policía Federal y la Bonaerense, de los servicios de Inteligencia y, por supuesto, de los actores políticos. Para nosotros, el centro no pasa por la pista iraní ni por la pista siria, sino por la conexión local.”