EL PAíS › LA ESTRATEGIA ARGENTINA ANTE EL PEDIDO DE LA CAMARA DE APELACIONES DE NUEVA YORK EN EL JUICIO DE LOS FONDOS BUITRE
El vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, y el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, detallaron la posición del Gobierno ante jueces y fondos buitre. La propuesta del canje 2013 y los reiterados errores de economistas del establishment.
› Por Tomás Lukin
y David Cufré
La fórmula que ofrecerá la Argentina a la Cámara de Apelaciones de Nueva York para pagarles a los fondos buitre tendrá las mismas condiciones que el canje de 2010. El viernes pasado, dos días después de la última audiencia sobre el caso, la Corte solicitó al Gobierno que precise antes del 29 de marzo los términos y plazos de su propuesta para pagarles a los inversores especulativos que litigan contra el país. El pedido se conoció durante el discurso de CFK en la Asamblea Legislativa. En ese momento, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, le hizo llegar la noticia al vicepresidente, Amado Boudou, escrita en el reverso de un volante de La Cámpora. Ambos funcionarios recibieron a Página/12 en el Senado y, si bien se mostraron cautos, ninguno ocultó su entusiasmo: “No somos triunfalistas, pero ahora estamos hablando de uno de los argumentos argentinos y no del pago del ciento por ciento en efectivo. El país tiene capacidad y voluntad de pago, pero tenemos leyes argentinas y un compromiso con los acreedores que no vamos a vulnerar”, afirmó Boudou. Se turnan para hablar y no se interrumpen: “Tratamiento igualitario es pagarles a todos de la misma forma y poner fin al tema. Por eso vamos a presentarle a la Corte una propuesta que esté en línea con la oferta que hicimos en 2010”, precisó Lorenzino.
El panel de tres jueces ya definió que el país debe pagarles a esos inversores especulativos, pero todavía no dispuso cómo. Argentina sostiene que no puede darles un tratamiento diferenciado y más favorable que al resto de los acreedores que participaron del proceso de reestructuración de la deuda. “Nosotros no vamos a hacer nunca una propuesta más desfavorable para Argentina que la que se llevaron los bonistas en 2010. Tampoco podemos hacerlo”, sostuvo Boudou. Los funcionarios prefieren no dar detalles de la propuesta que será presentada al tribunal el 29 de marzo, pero si la fórmula es similar a la de 2010, no solo se realizará una quita cercana al 70 por ciento, se reducirán los intereses y se extenderán los plazos hasta 2038, sino que tampoco se reconocerán los pagos del Cupón PIB correspondientes a los años anteriores. En el hipotético caso de que los jueces opten por una sentencia en ese sentido será necesario que el Poder Ejecutivo envíe un proyecto de ley al Congreso para levantar la Ley Cerrojo, que prohíbe un nuevo canje de bonos. Los funcionarios no ignoran que, por su naturaleza, los buitres no ingresarían a un nuevo canje de deuda: “Nosotros no estamos convenciendo a los buitres para que participen, estamos convenciendo a los jueces y por eso es una buena señal que la Corte le pregunte a Argentina qué quiere decir la oferta de 2010”, explicó Lorenzino.
–¿Qué interpretación hace el Gobierno del pedido de información sobre la propuesta de pago a los buitres realizado el viernes por la Cámara de Apelaciones de Nueva York?
Hernán Lorenzino: –El coro del desánimo que salió desde el día de la audiencia hasta hoy quedó en offside. Si uno se dejaba llevar por eso, teníamos un fallo absolutamente adverso para Argentina. En principio, el pedido de información plantea un panorama distinto y nos dice “quiero saber más sobre la fórmula de pago propuesta por Argentina”. No es un fallo, es una orden. Está pidiendo más información sobre uno de los argumentos centrales del país. Pudimos dejar instalado en el tribunal una visión distinta de la que venían dando el juez Griesa y los buitres. Ahora hablamos de uno de los argumentos argentinos y no de un pago del ciento por ciento en efectivo.
Amado Boudou: –La orden marca las diferencias de cómo se habría defendido Argentina en otra época y cómo lo hace en este proceso político. Se parece mucho a la discusión de la Fragata Libertad. Acá nos decían: “Tienen que pagar, tienen que pagar porque si no la Fragata no vuelve”. Y ahora nos decían: “Hay que ir con argumentos más livianos y tenerle miedo a la Corte”, y nosotros pensamos lo contrario. La respuesta de la Corte muestra que fueron receptivos para abrir una nueva discusión con más opciones.
–¿Cuál es la propuesta de Argentina?
Boudou: –La propuesta es muy clara y la dijo la Presidenta en la apertura de las sesiones. Nosotros tenemos capacidad y voluntad de pago, pero tenemos leyes argentinas que no vamos a vulnerar y tenemos un compromiso de negociación con los acreedores que no vamos a vulnerar. Nosotros no vamos a hacer nunca una propuesta diferente de la que se llevaron los bonistas en 2010. No vamos a hacerlo y no podemos hacerlo.
–La propuesta no puede ser mejor que la que se realizó en 2010.
Boudou: –No puede ser peor. Nosotros hablamos desde el lado argentino. Desde los sectores dominantes hablan desde el punto de vista de los acreedores.
Lorenzino: –La idea de pagarles a los buitres a través de un nuevo canje forma parte de la posición argentina desde noviembre del año pasado. No puede haber una fórmula de pago distinta de la que Argentina les dio a los bonistas que ingresaron al canje en 2010. No les vamos a dar a los buitres algo distinto de lo que le dimos al 93 por ciento de los acreedores, que entraron al canje. Cualquier reclamo de tratamiento igualitario debería ser satisfecho tratando a todos los bonistas que no ingresaron en los mismos términos del canje 2010. Esto es lo que vamos a explicarle a la Corte con mayor detalle.
–¿Cómo responderán al pedido de una garantía de cumplimiento de la fórmula de pago que ofrece el país? ¿Se va a levantar la Ley Cerrojo?
Lorenzino: –Veremos. Lo que tenemos que hacer es estudiar el pedido de información, elaborarlo y remitirlo a la Corte. Vamos a aclarar y describir en términos bien precisos la oferta que realizamos en 2010. Los cursos de acción los discutiremos y la Presidenta tomará una decisión. No tiene sentido adelantar nada.
Boudou: –Más allá de lo que se termine enviando a la Corte, la garantía de cumplimiento que tiene Argentina es su historia durante los últimos diez años. Todos los acuerdos que hizo en los últimos diez años los cumplió. En otra época también iban funcionarios argentinos a Estados Unidos a negociar: hicieron el Blindaje, el Megacanje, el Plan Brady y muchos más. Eran acuerdos que, cuando se firmaban, ambas partes sabían que no se iban a cumplir. Es más, Argentina está pagando deuda externa con reservas del Banco Central. Es una posición sobre cómo el país concibe el crecimiento con inclusión social. Esa decisión también mostró voluntad y capacidad de pago a los acreedores. Para la oposición y los medios dominantes, era un disparate, pero los acreedores lo vieron como una cuestión razonable. Hoy seguimos teniendo un nivel adecuado y aceptable de reservas, pero en lugar de endeudarnos para pagar deuda, usamos los fondos del BCRA.
–El ex presidente del BCRA Javier González Fraga afirmó que “Argentina enfureció a los jueces y quedó en el lugar de los chicos malos”.
Boudou: –Antes y después de la audiencia, se nos acercaron algunos abogados y opinólogos a decirnos que nuestro planteo era erróneo. Hay muchos actores de la vida política y económica argentina que siempre pretenden quedar como chicos buenos. A nosotros no nos importa si somos chicos buenos o malos, lo que nos importa es el resultado de las acciones para Argentina. No nos importa quedar bien en Nueva York o en el FMI; nos importa poder volver al país cumpliendo las instrucciones de la Presidenta, y con buenos resultados para los argentinos. Que hablen con tanta liviandad quienes llevaron sistemáticamente al país a crisis no deja de sorprenderme. Quienes son consultados como expertos por muchos medios, cuando fueron responsables de la política económica hicieron desastres mientras que nosotros somos “los reyes de la impericia”.
Lorenzino: –Tal vez los buitres esperan que lleguen al gobierno esos que hoy hablan y les paguen para que ellos puedan decir: “Se hizo justicia”. Pero la Presidenta se plantó ante el mercado financiero internacional y reitera que la solución es pagarles de la misma forma que a quienes ingresaron al canje.
–La reestructuración de la deuda permitió canjear el 92,4 por ciento de los bonos en default. Los fondos buitre no participaron de ninguno de los canjes, ni en 2005 y ni en 2010. ¿Por qué ingresarían ahora?
Lorenzino: –Nosotros no estamos convenciendo a los buitres para que participen, estamos convenciendo a los jueces, y por eso es una buena señal que la Corte le pregunte a Argentina qué quiere decir la oferta de 2010. Cuál es la fórmula de pago que asimile a los acreedores que no entraron con los que participaron. Estamos convenciendo a los jueces sobre la fortaleza de nuestros argumentos, no buscamos que los buitres entren o no en razones.
Boudou: –En 2010 ya se les ofreció que ingresen y no lo hicieron. No somos triunfalistas a partir del pedido de la Cámara, pero esperamos un fallo razonable como fue la renegociación del 93 por ciento de la deuda.
–¿Qué consecuencias tiene un mecanismo de pago como el que propuso el juez Thomas Griesa y reclaman los buitres?
Lorenzino: –Un fallo de esas características no pone fin a ningún tema sino que abriría muchos problemas. No soluciona nada, perjudicaría a todos y comenzaría una nueva saga de juicios. Los buitres que no entraron al canje 2005 y 2010 pero no están representados en esta demanda vendrían a pedir lo mismo. Quienes participaron de los canjes reclamarían igual tratamiento que los buitres, con demandas por una suma cercana a los 43 mil millones de dólares. El Bank of New York y todo el sistema de intermediarios también se verían afectados por la medida por ambos frentes: los bonistas que entraron al canje los demandarían por no darles su dinero y serían demandantes por los daños y perjuicios que recibirían. El criterio de tratamiento igualitario es pagarles a todos de igual forma y poner fin al tema. La visión del país es la única que busca terminar con las disputas, cualquier otra abre puertas para todos lados.
Boudou: –Si más de nueve de cada diez tenedores de deuda aceptaron una solución, lo más lógico es que la pequeña porción que no aceptó se equipare a la mayoría. Eso sería un tratamiento igualitario; es de sentido común. Hay fallos que pueden ser imposibles de cumplir. Pagarles a los buitres como propuso Griesa, el ciento por ciento en efectivo, es de cumplimiento imposible y además genera problemas sistémicos. Pero hay otra cuestión que es la de los mercados financieros: ¿hoy uno ve con más capacidad de pago a Argentina o a España? Argentina tiene más capacidad de pago que España, que es un país con altísimo desempleo, déficit fiscal y en cuenta corriente. Sin embargo, los mercados le prestan a menor tasa de interés. Si pensamos que la raíz de la mayor tasa de interés es la inseguridad jurídica, podemos comparar a Argentina con Bolivia, que ingresó en un proceso de reformas estructurales para su pueblo que realmente van contra el sentido de las finanzas y los mercados. Sin embargo, paga menos tasa que la que le ofrecen a Argentina. Entonces, ¿qué ocurre con Argentina? La respuesta es política. Ni las calificadoras de riesgo ni los mercados no responden a cuestiones transparentes y objetivas sino a posiciones ideológicas. Le quieren cobrar al país su política económica heterodoxa, que es exitosa, donde se administra el comercio exterior, se asignan recursos para el desarrollo productivo, se subsidia la energía para tener más competitividad que permita sostener el empleo. Además, Argentina no va a los mercados a tomar más plata. El crecimiento con inclusión social va en contra de lo que pretende el Consenso de Washington y las grandes instituciones financieras.
–¿No es exagerado plantear que una sentencia que indique al país pagar el ciento por ciento del reclamo en efectivo generaría una situación de riesgo sistémico?
Lorenzino: –La desconfianza del mercado es con la plaza financiera de Nueva York y no con Argentina. Lo que está en juego con ese fallo, además de la cuestión argentina con quienes no ingresaron al canje porque no quisieron, es si Nueva York mantiene su prestigio como plaza financiera internacional y puede seguir funcionando como centro financiero internacional para emisiones y reestructuraciones de deuda. Ese es el efecto sistémico.
Boudou: –No, acá no solo está involucrada Argentina y los buitres, acá están involucrados mecanismos de pago de deuda, entes reguladores, bancos comerciales y otros intermediarios e instrumentos necesarios para que estas operaciones sofisticadas y complejas se puedan llevar adelante. Inclusive están involucradas instituciones que están fuera de Estados Unidos, como los sistemas de clearing europeos. Por eso hay riesgo de problemas sistémicos. Hay más cosas en juego más allá de la pelea con los buitres.
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