EL PAíS › EL OPERATIVO, LOS ALE Y LO QUE DIJO TRIMARCO
Durante el juicio, Susana Trimarco acusó a “la mafia de los Ale” por el secuestro de su hija. Su abogado cree que el operativo surgió de los datos aportados en el juicio.
“Fue una sorpresa, nadie sabía que se iban a tomar estas medidas desde la UIF de la Nación”, dijo Susana Trimarco a Página/12, en relación con los allanamientos que realizara ayer la Unidad de Información Financiera, sobre el grupo de empresas de los hermanos Ale, en Tucumán. Los Ale habían quedado en el centro de las acusaciones durante el juicio por Marita Verón. “Es probable que la causa de Marita haya influido para que la UIF pusiera el foco en las empresas del grupo Ale”, dijo por su parte Carlos Garmendia, el abogado que representa a la familia de Marita Verón y que llevó adelante el juicio por el secuestro de la joven.
Desde hace once años, Susana Trimarco, madre de Marita, denuncia públicamente los vínculos entre el secuestro de su hija y las mafias nocturnas. Durante el extenso juicio que se llevó a cabo contra los trece acusados por el secuestro de Marita, Trimarco repitió las mismas denuncias en las que señalaba los negocios de la droga, de la prostitución, las líneas de transporte de su propiedad, campos, propiedades.
Ayer, Garmendia aclaró que los procedimientos que realizó la UIF fueron de oficio y en el marco de una investigación por lavado de dinero y negó que la Fundación María de los Angeles, creada por Trimarco, haya iniciado alguna actuación al respecto. De todas maneras, Garmendia aclaró que “es probable que la causa de Marita haya influido para que la Unidad de Información Financiera (UIF) pusiera el foco en las empresas del grupo Ale”.
Durante el juicio, Susana Trimarco había afirmado que en la desaparición, ocurrida en 2002, estaba implicada “la mafia de los Ale, quienes (entonces) fueron protegidos desde la Casa de Gobierno” provincial, que ocupaba Julio Miranda. “Ellos son los responsables del secuestro de Marita”, afirmó en esa ocasión Trimarco ante el tribunal de Tucumán, que finalmente absolvió a los trece imputados en la causa.
Durante los operativos de ayer en las empresas de los Ale, situadas en San Miguel de Tucumán, Concepción, Aguilares y Alberdi, se encontraron “armas y dinero sin declarar y documentación vinculada con el juego clandestino y la trata de personas”, informaron las autoridades, tal como señalara en la acusación durante el juicio Susana Trimarco.
“Todo Tucumán sabe cómo se manejan con la droga y la prostitución esos empresarios de la nada. Tienen empresas de remises, son dueños de campos, de líneas de colectivos, todos los negocios turbios, todos les tienen terror, miedo... Intentaron dos veces matarme, la semana pasada antes de viajar recibí amenazas de que me iban a matar. No puedo decir quiénes fueron, pero estoy segura”, sostuvo Trimarco.
En la prensa tucumana se describe a los Ale como un grupo con fuertes lazos con la prostitución y la trata, la política y el fútbol, liderados por Rubén “La Chancha” Ale y su hermano Angel “El Mono”, y el hijo de éste, Eduardo “El Monito”. La Chancha dirigió al club San Martín de Tucumán entre el ’99 y 2011. Desde agosto pasado está detenido por usurpación a mano armada y venta de una cosecha de 600 mil pesos en el mercado negro. La Chancha adujo problemas de salud, por lo que permanece bajo custodia en una clínica.
Los Ale también fueron mencionados en torno del caso de Paulina Lebbos (asesinada en 2006), relacionado con la trata. También los medios asociaron a los Ale con los casinos y las tragamonedas, además del narcotráfico. El único negocio en el que los Ale están vinculados en blanco es la gran remisería Cinco Estrellas, cuya dueña, María Jesús Rivero, ex esposa de Rubén Ale, estaba acusada como autora intelectual de la desaparición de Marita.
“Si ellos son inocentes –se preguntó Trimarco–, ¿por qué no la hicieron aparecer y quedarían como héroes? Si ellos saben todo, conocen a toda la mafia nocturna, saben todo lo que pasa, ¿por que no la hicieron aparecer?”
“Creían que en el juicio yo estaba interesada en la parte civil –dijo Trimarco a Página/12–. No quiero el dinero sucio de esos delincuentes que venden drogas, que matan mujeres. Yo quería que aparezca mi hija, y cuando fueron los alegatos, mi abogado me dijo cuánto íbamos a pedir y le dije: ‘No vamos a pedir nada’. Por eso Garmendia pidió un peso. Mi hija no vale ningún peso de éstos, quiero que me la devuelvan como sea. Ellos creen que voy a bajar los brazos, que no voy a salir... que me hagan amenazas... Yo sigo luchando por todas las chicas que se sentaron en el juicio y quedaron a la deriva, sin custodia. Les pedí seguridad a la señora Cristina, a la señora Garré. Voy a seguir poniendo la bandera adelante en la lucha contra la trata, voy a seguir luchando, no me importa que me maten.”
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