Volvió el amor. El líder de la CGT disidente Hugo Moyano elogió otra vez al jefe de Gobierno, Mauricio Macri. “El PRO ha dado muchas respuestas a la CGT en beneficio de los trabajadores”, afirmó. No aclaró de cuáles se trataban, aunque la más reciente fue la intervención llamativa de la Subsecretaría de Trabajo porteña, que conduce Ezequiel Sabor, en el conflicto de camioneros con la cadena Maxiconsumo. Sabor intervino oportunamente para darles a los sindicalistas una salida decorosa del conflicto. Moyano también se ocupó de comparar la distinta suerte de las paritarias docentes: “El peronismo de derecha que expresa De la Sota y el capitalismo que expresa Macri han dado el aumento que pedían los maestros”, ironizó sobre el discurso kirchnerista. “En cambio, los ‘progresismos’ no les dan a los maestros los aumentos que se merecen”, le apuntó al Gobierno, que cerró sin acuerdo la paritaria nacional.

En seguida, Moyano se dio cuenta de su error y se ocupó de rescatar al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien enfrenta un panorama más que complicado con los gremios docentes. “El gobernador Scioli no está pudiendo cumplir con la obligación de darles a los maestros el aumento que se merecen porque el gobierno nacional no le da los recursos que deberían ser parte de la coparticipación”, estimó el camionero, que ayer estuvo reunido con el titular de la CTA disidente Pablo Miceli, con quien acordó la creación de una confederación de gremios estatales.

La relación entre Macri y Moyano se cimentó luego de años de hablar pestes uno del otro. Lo que los acercó públicamente fue la ruptura del líder cegetista con el kirchnerismo, aunque en privado ya tenían varios acuerdos. Uno de ellos fue el que pergeñó Moyano con el ministro de Desarrollo Económico porteño, Francisco Cabrera, por el que el bloque PRO les votó a los recolectores de basura –agremiados en camioneros– un bono como indemnización por los contratos de recolección vencidos. Los trabajadores no fueron despedidos, pero cobraron una indemnización por cada cambio de contrato que hubo desde Manliba, una empresa del Grupo Macri. Para pagar esa indemnización la Ciudad se endeudó en 220 millones de pesos.

Otro de los acuerdos que denunciaron los opositores porteños fue el del Club Comunicaciones, que finalmente el Poder Judicial les dio a los socios y no a Camioneros. También se sospecha que la empresa Covelia –a la que se vincula con Moyano– puede llegar a aparecer entre los ganadores de la megalicitación del servicio de recolección de basura que el gobierno porteño sigue demorando. Covelia ya está en el negocio: les alquila camiones a las empresas que operan la zona de recolección estatal. La zona 5, que había sido pensada como una zona testigo, fue subcontratada a los privados por la gestión PRO. El camionero también podría influir en una licitación de parquímetros, que mantienen dos empresas que llegaron al negocio en la época de Carlos Grosso. Pese a que los docentes porteños le recordaron públicamente a Moyano los enfrentamientos que tuvieron desde que Macri es jefe de Gobierno, el amor del camionero parece ser inquebrantable.