Dom 10.03.2013

EL PAíS  › SE REALIZO EN PALERMO UN OFICIO INTERRELIGIOSO EN MEMORIA DE HUGO CHAVEZ

“Llamó al demonio por su nombre”

Representantes de distintas iglesias se congregaron en el homenaje. Concurrieron embajadores, intelectuales, militantes de la Tupac Amaru, la JP Evita, Unidos y Organizados y del PC. Luego se realizó un acto frente a la Embajada de Venezuela.

Católicos, protestantes, judíos y musulmanes se congregaron temprano en la parroquia porteña Santa Adela, para un encuentro interreligioso por el “paso a la eternidad de Hugo Chávez”. A la misa oficiada por pastores de todas las comunidades religiosas acudieron miembros de la Embajada de Venezuela, intelectuales, militantes de organizaciones sociales y políticas, y cientos de vecinos. En el tramo más aplaudido de la ceremonia, el musulmán Sheij Moshe Ali rememoró el enfrentamiento del mandatario bolivariano con la administración estadounidense de George W. Bush, y celebró que “cuando el pueblo se une y tiene dirigentes así, todo se puede lograr”. El evento luego se trasladó frente al edificio de la embajada, donde se dispuso un libro de ofrendas para que la gente deje su mensaje, y un escenario donde hablaron varios referentes.

Mientras en el interior de la parroquia, ubicada en pleno barrio de Palermo, comenzaba la atípica ceremonia, sobre la avenida Luis María Campos crecía la multitud de personas que acudían a homenajear al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez. Quienes llegaban se mezclaban entre las banderas de la Tupac Amaru, la JP Evita, Unidos y Organizados y el Partido Comunista Argentino (PCA), para poder escuchar por los parlantes colocados en la entrada, las palabras de los religiosos.

“Por el eterno descanso del presidente comandante Hugo Chávez Frías”, fue la primera línea que lanzó el sacerdote a cargo de la apertura, para desatar el aplauso generalizado, acompañado al grito de “viva el comandante” y “Chávez vive, la lucha sigue”. Luego se entonaron los himnos nacionales de Venezuela y Argentina interpretados en un formato de arreglo de cuerdas por la Orquesta Escuela de Chascomús. Una vecina de mediana edad rompió inmediatamente en llanto mientras le comentaba a su marido: “siempre se mueren los buenos”. El religioso luego rezó “por el pueblo hermano de Venezuela que empieza a transitar una nueva etapa de su vida institucional confiando en que Dios escucha la oración de sus hijos”.

Cada uno oró por el venezolano a su manera. El padre Eduardo Rodríguez dio “gracias a Chávez, quien quería lo que Dios quiere: al pueblo”. Su par de la Iglesia evangelista Pedro Roshon se refirió al “rol profético que asumió para toda la tierra latinoamericana”. El director de la Casa de la Difusión del Islam, Sheij Moshen Ali, destacó el accionar del mandatario contra el neoliberalismo y el rol de Estados Unidos en la región. “Expulsó para siempre a los banqueros del imperio”, lanzó y remarcó “su fuerza para dominar a los leones de hoy, predadores de los pueblos”. Celebró los enfrentamientos de Chávez contra el ex presidente Bush: “Llamó al demonio por su nombre, y dijo cuando dejó olor a azufre en las Naciones Unidas”. Este pasaje fue ovacionado y muchos se pusieron de pie exhibiendo una V con los dedos en alto. El musulmán concluyó que Venezuela, como Ecuador, Bolivia, Argentina y Brasil “son ejemplos de que todo se puede lograr cuando el pueblo se une y tiene dirigentes como Hugo Chávez”. Durante la ceremonia se leyó una adhesión de grupos de la comunidad judía, que estaban presentes, pero no hubo participación de un rabino porque era shabbat.

En representación de la delegación diplomática venezolana, habló la encargada de Asuntos Económicos y Cooperación, Carmen Mayorga Rollins, quien llamó a “bolivarianos y latinoamericanistas” a seguir “por encima del dolor y las dificultades en el combate por una patria grande, plena en igualdad y solidaridad”. Luego anunció la disposición frente a la embajada de un libro de ofrendas para que los vecinos dejen su mensaje, junto a una margarita blanca que les repartieron. Las hojas del volumen se plagaron de las frases “fuerza Venezuela”, “gracias Chávez”, y el revolucionario “hasta la victoria, siempre”. Mientras tanto, referentes culturales y sociales rindieron homenaje desde una tarima en la entrada del edificio.

“Nos decían que la ideología había muerto, y luego vino Chávez para llamar a las cosas por su nombre, hacer la Revolución Bolivariana y hablar de socialismo”, exclamó el líder del Movimiento Evita Emilio Pérsico, quien afirmó que “con Hugo, Néstor Kirchner, Lula da Silva y Evo Morales se empezaron a construir las revoluciones sobre los pueblos, ladrillo a ladrillo”. El sociólogo de Carta Abierta Carlos Girotti pidió acompañar “el dolor de los miles que recorren kilómetros para despedir al comandante”, y advirtió: “No confundan tristeza con debilidad, aquí estamos para continuar”. El embajador de Cuba, Jorge Lamadrid, trazó un paralelo entre la Revolución Cubana y la bolivariana. “Fidel Castro no dejó jamás morir el pensamiento del libertador José Martí, y lo mismo hizo Hugo Chávez con el máximo prócer de su patria, Simón Bolívar”.

Varios pensadores, afligidos por el dolor, optaron por hablar en público. Este fue el caso del politólogo Atilio Boron, quien consideró que fue “muy bueno un encuentro ecuménico con participación de los miembros de todas las comunidades religiosas”, y “la inmensa capacidad de convocatoria de la figura de Chávez”. “Militantes de todas las edades y procedencias políticas muestran la proyección extraordinaria de su figura –sintetizó–, no ha sido sólo un dirigente político o presidente de un gobierno amigo, sino una figura continental, y por eso fue tan combatido.”

Informe: Juan Manuel Frías.

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