EL PAíS › LAS ESTRATEGIAS ELECTORALES DE LOS INTENDENTES DE LA UCR BONAERENSE
Gustavo Posse, el jefe comunal de San Isidro, anunció un acuerdo con el PRO. Su par de Junín, Mario Meoni, podría seguirlo y coquetea con Sergio Massa. La mayoría se mantiene alineada dentro del radicalismo. Posible ruptura en el bloque de diputados provinciales.
› Por Sebastian Abrevaya
Las piezas del radicalismo bonaerense aún no terminan de acomodarse luego de que el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, sacudiera el tablero y anunciara su acuerdo con Mauricio Macri y el PJ disidente de cara a las legislativas de octubre. La mayoría de los intendentes se mantiene encuadrado en la UCR y acompaña la idea de acordar con el Frente Amplio Progresista, que en la provincia lidera Margarita Stolbizer. Sin embargo, el conflicto se trasladó al bloque de diputados provinciales, donde Posse amenaza con armar un interbloque con el macrismo. Los jefes comunales que formaron parte del cobismo junto a Posse no miran con mucho entusiasmo la alianza con el PRO. El intendente de Pergamino, Héctor “Cachi” Gutiérrez, rechazó el armado de un gran frente anti K mientras su par de Junín, Mario Meoni, espera una definición de Sergio Massa.
A pesar del fuerte impacto mediático, el acuerdo Posse-Macri no generó, por el momento, un reacomodamiento en la dirigencia radical, que por estas horas empieza a trabajar en el armado de las listas distrito por distrito. Distintos referentes del radicalismo bonaerense aseguraron a Página/12 que la jugada del intendente de San Isidro no torcerá el rumbo del partido, ni será acompañado por los otros jefes territoriales entre los que se destacan Carlos Gorosito, de Saladillo; Miguel Lunghi, de Tandil; Juan Gobbi, de Chascomús; y Walter Battistella, de 9 de Julio, entre otros. “Posse va a recorrer para tratar de juntar algo pero no creo que le sea muy fácil. Solamente va a tener el apoyo de los sectores de la derecha en la provincia”, asegura un referente de la UCR bonaerense.
Uno de los pocos intendentes que no rechazó públicamente el acuerdo con el macrismo fue Battistella, de 9 de Julio, quien a pesar de formar parte del alfonsinismo compartía la idea de “hablar con todos los espacios”. “No tenemos que ser sectarios y abrir la cabeza”, dijo Battistella a fines del año pasado, en sintonía con el planteo de Posse. El otro que plantea una línea de acción similar es Meoni. “Más allá de las simpatías que uno pueda tener con el FAP, una alianza con ellos no nos convierte en una competencia electoral importante. Estaría en el 15 o 20 por ciento. No termina siendo una alternativa ni una base de sustentación para la presidencia en 2015”, aseguró a este diario Meoni, quien reclama que la UCR lidere un frente antikirchnerista amplio. Para el intendente de Junín hay que esperar aproximadamente hasta mayo para tomar una definición y recién entonces, si la UCR no cambia su posición, cada uno estará en condiciones de avanzar por su cuenta, como lo hizo Posse.
De cara a octubre el radicalismo tiene el desafío de repetir la elección de 2009, en la que con el Acuerdo Cívico y Social logró un 21 por ciento de los votos y cosechó cuatro bancas de diputados nacionales. Desde entonces, el alfonsinismo arrastra las huellas de la derrota electoral de 2011 y el fallido acuerdo con Francisco de Narváez. El cobismo se desintegró por la renuncia del ex vicepresidente a su candidatura presidencial. Por último, la vieja guardia, liderada por Leopoldo Moreau, logró recuperar algo de terreno. En la última interna el alfonsinismo se alió con Posse para enfrentar al espacio de Moreau. Aunque la Justicia anuló las elecciones y finalmente se evitó la interna, la alianza entre Alfonsín y Posse se rompió con el acuerdo macrista.
En los próximos días podría definirse la situación del bloque de diputados. “No podemos permitir que el bloque esté conducido por un diputado que quiere ir con el PRO”, asegura un hombre fuerte del alfonsinismo, en referencia a Walter Carusso, referente de Posse junto a Aldo Mensi y Roberto Filpo. Si esos tres legisladores conforman un interbloque con el macrismo, la UCR podría perder el lugar de primera fuerza de la oposición. Cerca del intendente de San Isidro, en cambio, aseguran que ellos no quieren romper el bloque sino conformar un interbloque con otras fuerzas. “A nivel legislativo no proponemos una ruptura sino conformar un frente lo más representativo y amplio posible. Los únicos límites tienen que ver con la conducta, hay que sumar a todas las fuerzas democráticas para generar una alternativa al kirchnerismo”, replicó un hombre cercano a Posse.
Las negociaciones de los próximos días decidirán si la fractura llegará también al Parlamento.
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