Mar 24.06.2003

EL PAíS  › LA HIPOTESIS DEL ATENTADO A LA AMIA SEGUN INFORMES DE LA SIDE

La conexión iraní de la masacre

El diario español “El Mundo” publicó una versión del informe secreto de la SIDE, adelantado por Página/12. Las dudas sobre la relación con Irán.

› Por Raúl Kollmann

”La Trafic con la que se cometió el atentado fue alquilada por el agregado cultural de Irán en la Argentina en una concesionaria de autos usados ubicada en la avenida Juan B. Justo 7575. El explosivo, que fue TNT, se le compró a narcotraficantes colombianos en 1990, se pasó a Venezuela y desde allí se embarcó en la compañía naviera Iranian Shipping Lines con destino a Brasil. Después, tardaron tres años en ingresar los explosivos a la Argentina. Ibrahim Husein Berro, perteneciente a la organización fundamentalista libanesa Hezbollah, fue el autor material del atentado. En la mañana del 18 de julio de 1994, el día del atentado, llamó por teléfono a su familia en El Líbano para despedirse y les anunció que ‘iba a reunirse con su hermano’, que también se inmoló en 1989 en otro ataque suicida’.” Todo este relato fue publicado ayer por el diario español El Mundo, con el título de “La conexión iraní y los autores de las masacres de Buenos Aires”, supuestamente transcribiendo parte del informe secreto de la SIDE que en su momento fue adelantado por Página/12.
El extenso y minucioso texto publicado por El Mundo, algunos de cuyos fragmentos ya habían aparecido en el Diario Judicial de la Argentina, pone de relieve nuevamente las dificultades para verificar si lo que dice es cierto o una mentira típica de los servicios de inteligencia.
“No hay muchos elementos para determinar que se usó TNT, tal vez hubo una proporción bajísima. La base de lo que se usó fue nitrato de amonio. De manera que esa parte del informe es falsa –señala Osvaldo Laborda, comandante retirado de la Gendarmería que fue perito oficial en el atentado contra la Embajada y perito de parte en la AMIA–. Pero, además, sostener que se utilizaron 500 kilos es directamente delirante, porque el cráter hubiera tenido más de 50 metros, no se hubiera caído sólo la parte de adelante del edificio, sino todo el edificio y todos los edificios de los alrededores. La cantidad de muertos hubiera sido muchísimo mayor que la del atentado. No menos delirante es el relato que se hace sobre la trayectoria del TNT, que nosotros conocemos como trotyl. Lo llevaron de Colombia a Venezuela, de Venezuela a Brasil y de Brasil a la Argentina, corriendo enormes riesgos, cuando aquí se podía conseguir perfectamente. Y encima guardar el explosivo durante tres años, con el riesgo que implica, no le cabe en la cabeza ni al terrorista más loco”, redondeó Laborda.
Un criminalista consultado por este diario reflexionó sobre otro aspecto del informe: el alquiler de la camioneta. “En la Argentina no hay tradición de alquilar autos y menos todavía camionetas, de manera que semejante operación hubiera llamado la atención de inmediato. Y, encima, no hay antecedentes de alquileres en la avenida Juan B. Justo. Acá es evidente que se dibujó algo parecido a lo sucedido en Estados Unidos. La camioneta con que se perpetró el primer atentado contra las Torres Gemelas, el 26 de febrero de 1993, era alquilada. El camión con que se atacó el edificio oficial en Oklahoma, el 19 de abril de 1995, también era alquilado.
El eje central de todo el informe es que los atentados de Buenos Aires fueron decididos en la ciudad iraní de Mashad, “entre las 14.30 y las 18.30 del 14 de agosto de 1993” y con la presencia de la plana mayor del gobierno de Irán y del máximo líder religioso, Alí Jamenei. Como es obvio, semejante información es imposible de constatar y desde el punto de vista de las pruebas sólo se asienta en la declaración de un arrepentido, el llamado Testigo C, el funcionario de inteligencia Abdolghassem Mesbahi, quien se fue de Irán mucho antes de los atentados.
Para los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel, la versión les resulta hecha a medida en momentos en que se buscan argumentos en contra de Irán, pero ninguno de los especialistas consultados por este diario pudo responder a la siguiente pregunta: ¿Cómo se explica que desdeel surgimiento del régimen de los ayatolas, Irán sólo cometió dos atentados indiscriminados, con bombas contra civiles, y que los dos fueran perpetrados en Buenos Aires? Ni antes ni después se acusó a Irán de ningún atentado masivo, sólo se habla –también con pocas pruebas– de uno frustrado en Bangkok. “El informe de la SIDE, o al menos la parte publicada por El Mundo, se parece demasiado a los informes sobre las armas de destrucción masiva que, según la CIA, había en Irak”, concluyó el criminalista consultado por este diario.

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