EL PAíS
Nazareno pierde poder pero no reflejos para acomodar a la nena
El todavía presidente de la Corte Suprema, el riojano por adopción Julio Nazareno, se jugó a ascender a su hija Florencia y a nombrar a su futuro yerno. Sin embargo no consiguió las firmas de sus colegas.
› Por Irina Hauser
Cuando le quedaban menos de dos días para presentar su descargo ante la Comisión de Juicio Político, Julio Nazareno se jugó a darle un ascenso dentro de la Corte Suprema a su hija Florencia, hasta ahora secretaria privada. Pero el plan no salió como esperaba ya que, a pesar de los intentos, no consiguió el apoyo de todos sus antiguos aliados de la mayoría automática, lo que volvió a poner en evidencia su pérdida de poder dentro del tribunal. De todos modos no se rinde y firmó también el nombramiento de su futuro yerno, Cristian Pantaleón, como secretario letrado. Es parte del legado que pretende dejar antes de su renuncia.
El riojano por adopción puso a circular ayer una resolución para promover a su hija como prosecretaria administrativa, de manera que pueda quedar en un cargo firme cuando él se vaya, con un sueldo de unos 2000 pesos. Durante el día, a través de emisarios, se dedicó a sondear a varios de sus pares ya que necesita la firma de al menos cinco supremos para concretar el pase. Pero no consiguió suficiente respaldo. Quien sí suscribió el nombramiento fue su entrañable amigo y vicepresidente de la Corte Eduardo Moliné O’Connor, posible próximo candidato al banquillo en la Cámara de Diputados. A Pantaleón, el novio de la hija, lo designó secretario letrado, cargo por el que le corresponde un salario de por lo menos 3.000 pesos, según informaron funcionarios de la Corte.
Hasta uno de los mozos que suele atender las necesidades gastronómicas del despacho de Nazareno, ayer lo daba por renunciado. Con muchos años trabajando en la Corte, dice que a esta altura ha desarrollado un poderoso olfato. “En estos días el aire acá se corta con una gillette. Es evidente que está todo cocinado, cuando se habla tanto en los pasillos es porque ya está”, comentaba en confianza.
El presidente de la Corte planea terminar hoy de preparar su descargo junto con su abogado, Gregorio Badeni, y si nada altera los planes, hacia la noche entregarían la defensa a la Comisión de Juicio Político, adelantándose al plazo que en realidad vence mañana. A pesar de los mensajes del ministro de Justicia, Gustavo Beliz, quien dijo que “lo más importante es que el doctor Nazareno dé la cara”, los argumentos serían dados sólo por escrito. Una posibilidad que estudiaban apuntaba a pedir la nulidad de lo actuado por los legisladores que impulsan el enjuiciamiento, aunque también analizaban fundamentos como que un juez no puede ser juzgado por el contenido de sus fallos.
Al parecer, Nazareno quería resistir en su cargo por lo menos hasta el 4 de julio, fecha que fijó para tratar la redolarización de los depósitos en el llamado “Caso Lema”, el expediente con el que le declaró la guerra al gobierno de Néstor Kirchner y que terminó convirtiéndose en el motor que reactivó el juicio político en su contra. La realidad es que hoy por hoy el proyecto para declarar la inconstitucionalidad de la pesificación ya no tiene mayoría y ni siquiera es seguro que se pueda tratar el día que estaba previsto. Hasta el propio Moliné O’Connor le hizo saber que ya no tenía su apoyo para eso. Se suma, así, a Carlos Fayt y Adolfo Vázquez, que venían pidiendo cautela.
En medio de todo este escenario adverso, Nazareno perdió también las adhesiones que tenía hasta el lunes para declarar la inconstitucionalidad de la reforma a la Ley de Lemas de Santa Fe con las que el gobernador Carlos Reutemann apostó a impedir la unión de la oposición en las elecciones de septiembre (ver aparte). A último momento casi todos los ministros, menos Carlos Fayt y Augusto Belluscio, se volcaron a firmar una propuesta de Enrique Petracchi, que reconoce la constitucionalidad de la norma.
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