EL PAíS › RODOLFO TERRAGNO
› Por Sebastian Abrevaya
El ex senador Rodolfo Terragno está convencido de que quiere volver a ocupar una banca en la Cámara alta y dio la sorpresa al anunciar que el ex ministro de Economía y autor de la resolución 125, Martín Lousteau, lo acompañará a la cabeza de la lista de diputados. En diálogo con Página/12, Terragno aseguró que quiere ser un “facilitador” de políticas públicas y consensos en el Congreso. Evitó confrontar abiertamente con sus competidores de UNEN, Fernando “Pino” Solanas y Alfonso Prat Gay, y defendió a Lousteau como su compañero de lista de las críticas por su paso por el kirchnerismo.
–A algunos dirigentes les sorprendió la candidatura de Lousteau y a otros nos les causó mucha gracia el hecho de compartir un espacio con un ex funcionario kirchnerista que redactó la resolución 125...
–Sin duda que fue una sorpresa. El no era kirchnerista. Pensó que se iniciaba un proceso que fortificaba las instituciones, progresista, que a él le atraía y terminó muy decepcionado. Aparte de todo tuvo su combate con Moreno, que quería poner un 65 por ciento de retenciones. Pero es un error cuando se piensa que para encarar un proyecto común hay que coincidir en el ciento por ciento de las cosas; hay que tener un núcleo de coincidencias.
–Fue ministro de Obras Públicas, diputado, senador, jefe de Gabinete... ¿Por qué quiere ser senador nuevamente?
–No pensaba esto. Estuve cinco años sin dedicarme a la política. Me interesan mucho la función pública, la legislación. Si no planteás políticas de largo plazo, la redistribución del ingreso, la calidad educativa pasan a ser eslóganes si no hay un consenso. Y esa tarea de facilitador del acuerdo la promoví desde afuera, pero tengo que hacerla desde un lugar de poder en el Parlamento. Quiero promover acuerdos, consensos, pero en una campaña hay una necesidad de exagerar las diferencias. Ahora tengo que hacer ese doble juego de diferenciarme y buscar consensos. Si sos un candidato de la oposición, lo ven a uno muy blandito y muy conciliador les parece que no es un opositor verdadero.
–¿Por qué habría que elegirlo a usted por sobre los demás candidatos?
–Primero quiero decir que soy un gran defensor del sistema de primarias, fue una iniciativa de Kirchner pero soy un defensor. Termina con las listas sábanas, los candidatos a dedo, el imperio de los caudillos, elecciones internas que a veces son fraudulentas. Por suerte para mí, las listas que se inscriben en este espacio están con gente que yo respeto. La coherencia política de Pino, Carrió como luchadora contra la corrupción, Prat Gay con una formación sólida, Gil Lavedra que como jurista mandó presos a los militares. Me resulta muy grato competir con ellos. Yo puedo ofrecer una serie de proyectos nacionales porque siempre trabajé en esos términos. Además, tengo capacidad para ejecutar por mi experiencia tanto en el sector privado como público. He tenido fuertes disidencias, pero nunca tuve enfrentamientos con nadie en el Congreso. Esa actitud conciliadora me parece muy importante en este momento. Y si bien todos los candidatos son sumamente honestos, yo no me quedo atrás porque he tenido mucho poder y nunca tuve que ir a tribunales.
–Algunos señalan que los que ganen en 2013 quedan posicionados como presidenciales en 2015, ¿usted podría ser candidato?
–Depende de lo que ocurra con los otros. No hay democracia si no hay posibilidad de alternancia. Tiene que haber dos partidos capaces de llegar al poder. Ganar la Capital es mi objetivo porque la influencia del distrito es extraordinaria. Quién va a capitalizarlo, no lo sé, Sanz ya está en la carrera, Cobos va a ganar Mendoza. Es muy difícil adelantar un escenario. Si se diera la posibilidad, no lo descarto. Pero ése no es el objetivo.
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