Desde Ciudad del Vaticano

El Papa recibió ayer a los familiares en la residencia Santa Marta, el lugar donde vive en el Vaticano.
Imagen: Télam.

A poco de cumplirse 19 años del atentado a la mutual judía de Buenos Aires AMIA, que costó la vida a 85 personas, el papa Francisco recibió este viernes en el Vaticano a un grupo de familiares de las víctimas del ataque que, anticiparon, lo propondrán como candidato al Premio Nobel de la Paz, porque lo consideran un gran promotor del diálogo interreligioso. “El Papa nos dijo que podemos contar con él en nuestra exigencia de verdad y justicia en el marco de diálogo y comprensión para alcanzar la paz”, comentó luego Sergio Burstein.

El Papa los recibió en la tarde del viernes, durante una hora y media, en la residencia de Santa Marta donde vive en el Vaticano, en un día especial para él porque se presentó oficialmente su primera encíclica y se anunció que había firmado las canonizaciones de dos papas emblemáticos para la Iglesia, Juan Pablo II y Juan XXIII.

“Creo que el papa Francisco tenía muchas ganas de porteñismos”, dijo a Página/12 uno de los asistentes a la audiencia papal, al comentar lo largo que había sido el encuentro, como si al pontífice se le hubiera notado que extrañaba su ciudad. El grupo de familiares de las víctimas –nueve personas, en su mayoría judíos–, dijo haberse sentido muy emocionado y comprendido en esta charla con el papa argentino que los recibió con mucho afecto. Entre los asistentes estaba Graciela Furman, que perdió un hijo de 30 años mientras otro sobrevivió; Olga de Degtiar, que perdió un hijo de 21, y Rosa de Barreiros, que perdió un pequeño de cinco años que casualmente pasaba por ahí en el momento en que estalló la bomba. “Fue el momento más feliz de mi vida desde el día del atentado”, dijo Graciela Furman a un grupo de periodistas al contar lo que había sentido en el encuentro. Rosa de Barreiros contó que le regaló al Papa el guardapolvo de su pequeño Sebastián que guardaba como un tesoro. Francisco, contaron, se emocionó.

Pero en realidad todos ellos estaban emocionados porque apreciaban que el Papa en persona les hubiera prestado tanta atención cuando se sienten abandonados por su propia comunidad, según contaron. “Nos emocionó, nos impresionó la humildad, su compromiso. Nos escuchó con gran atención y emoción”, contó de su lado Degtiar. “La idea de visitarlo era encontrar una salida ante el desamparo que sentíamos de parte de nuestra comunidad. Queremos que se haga justicia, queremos conocer la verdad” sobre el atentado, dijo Sergio Burstein. Y agregó: “Judíos y católicos necesitamos respeto. Nuestra tarea en busca de la justicia y la verdad está basada en cuatro pilares: respeto, diálogo, justicia basada en la verdad y paz”. Cuando el Papa escuchó esto, contaron, les dijo: “En este camino los voy a acompañar”. “Cuenten conmigo –les habría dicho además– porque éste es el único camino para encontrar lo más rápido posible la verdad verdadera, que nos va a llevar a la justicia. Sólo así podrán encontrar la paz que buscan.”

Cuando era cardenal en Buenos Aires, Jorge Bergoglio estuvo presente en varias de las ceremonias que cada 19 de julio, día del atentado, hacen los familiares, recordaron algunos de ellos.

Daniel Komarovsky, integrante de Familiares y Amigos de Víctimas de AMIA, consideró de su lado que la única forma de acortar distancia en el mundo es promover el diálogo interreligioso. Y por eso propuso la candidatura del primer papa argentino al Premio Nobel de la Paz. Al escuchar la propuesta del grupo, Francisco habría dicho que nunca aceptaba título Honoris Causa ni otras distinciones, pero que tratándose de familiares de víctimas del atentado en la AMIA, no podía oponerse.