EL PAíS › LOS ACTORES DE LA CADENA TRIGUERA SE ACUSAN POR LOS FALTANTES
Los exportadores y los acopios sostienen que no tienen stock de trigo; sin embargo, los panaderos los responsabilizan por la escasez que hizo subir el precio del trigo y, como consecuencia de ello, de los productos panificados.
› Por Sebastián Premici
En la última cosecha de trigo se produjeron 9 millones de toneladas para consumo interno, y en base a los lineamientos de la soberanía alimentaria se reservan entre 6,5 y 7 millones de toneladas. El remanente del total cosechado y el abastecimiento interno puede exportarse. “Teniendo en cuenta que hasta el momento se exportaron un millón de toneladas, trigo hay, poco pero hay, y está en manos de las cerealeras y los molinos, los grandes ganadores de esta etapa”, manifestó Pedro Peretti, director de la Federación Agraria, hoy enfrentado con la conducción de Eduardo Buzzi. El conflicto alrededor de este grano está tenido por la campaña electoral y por la pretensión de algunos sectores, como las cerealeras y las entidades agropecuarias de la Mesa de Enlace, para que el Estado se retire de la regulación del mercado interno.
En este contexto, los exportadores y los acopios sostienen que no tienen stock de trigo, sin embargo las miradas apuntan hacia este sector. El titular de la Cámara de Industriales Panaderos, José Alvarez, indicó a Página/12 que luego de la publicación de una resolución para aplicar la Ley de Abastecimiento, el precio de la tonelada de harina “bajó 1000 pesos”. “Es un error colgarse del precio de la harina para hacer política electoral, por lo menos para quienes nos sentimos parte del campo nacional y popular. Todavía hay amplios sectores que creen en el Estado y en las regulaciones”, sostuvo Peretti en un artículo publicado en su blog.
Las empresas exportadoras manifiestan que desde comienzos de marzo, cuando se redujo el cupo de venta de 5 a 3,5 millones de toneladas, estuvieron vendiendo el cereal acumulado, que llegaba a 1,9 millones de toneladas, y que de ese total quedarían entre 150.000 y 350.000 toneladas. Las compañías plantearon que al aumentar el precio de la harina, producto de la falta de trigo para la molienda, se produjo un efecto contagio, y aumentaron los precios de toda la cadena. En este sentido, llegaron a vincular un posible stockeo del trigo por parte de los productores como reserva de valor. Ahora, si los productores de trigo tuvieran almacenado el grano, ¿por qué no salieron a venderlo frente al incremento de su valor?
“Area sembrada y volumen cosechado son dos variables que se retroalimentan pero pueden o no incidir sobre el mínimo indispensable para el abastecimiento interno. Este año, a pesar de ser muy chica el área sembrada, no debería faltar el trigo para consumo aunque sí para la exportación”, manifestó Peretti.
Los panaderos y los consumidores son el último eslabón de la cadena. Cuando el Gobierno comenzó a aplicar las primeras medidas para controlar las exportaciones de trigo con el objetivo de “cuidar la mesa de los argentinos”, los dirigentes de la Mesa de Enlace argumentaban que dicho grano no tenía tanta incidencia en los productos panificados. Sin embargo, ahora parece ser el insumo mayoritario.
La incidencia del trigo en la elaboración del pan es del 10 al 15 por ciento. Si un kilo de pan alcanzó los 20 pesos, no fue responsabilidad exclusiva de la magra cosecha de 9 millones de toneladas. “Hasta que lleguemos a las elecciones nos faltan 2,5 millones de toneladas de trigo. El grano está, las empresas lo declararon, hay que preguntarles a las exportadoras y los acopiadores. La verdad es que el trigo para consumo interno está. Ayer bajó mil pesos la tonelada de harina”, señaló a Página/12 Alvarez.
Un dato ineludible es que la producción de trigo está concentrada, donde un 20 por ciento de los productores se quedarían con el 80 por ciento de lo cosechado. Hasta hace un año y medio, los permisos de exportación se distribuían al interior de la Cámara que nuclea a las multinacionales. Esto contribuyó a la fuerte concentración. Sin embargo, desde el Gobierno comenzaron a corregir el curso para darles mayor participación a las cooperativas. Para los dirigentes de la Mesa de Enlace no hubo ninguna corrección, sino “prebendas”.
“Es obligación de las organizaciones gremiales agrarias progresistas ver el fondo de la cuestión y no quedarse en la superficie. A no ser que hayamos cambiado de sujeto de representación y hoy seamos voceros de grupos económicos concentrados”, concluyó Peretti en alusión a la actual conducción de la FAA y la Mesa de Enlace.
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