EL PAíS › UNA IMAGEN NUEVA EN EL KIRCHNERISMO PORTEÑO
Con sólo 37 años, Paula Español, que acompaña a Daniel Filmus en la carrera por el Senado, ya ocupó importantes posiciones en el área económica. Desde esa perspectiva, resalta lo avanzado por el gobierno nacional, en contraste con la gestión de los opositores.
› Por Nicolás Lantos
Son las ocho de la noche de un viernes y casi todas las luces de este edificio de oficinas en Retiro están apagadas. Pero en el primer piso, donde funciona Cammesa, la empresa estatal encargada del mercado mayorista de energía eléctrica en todo el país, su titular, Paula Español, sólo interrumpe su trabajo para recibir a Página/12. Con antecedentes en los ministerios de Industria y de Economía, esta “militante de La Cámpora de casi 38 años”, según ella misma se define, es candidata a senadora por la Ciudad de Buenos Aires en la boleta del Frente para la Victoria que encabeza Daniel Filmus, afrontando su primer desafío electoral en un territorio difícil para el kirchnerismo. “Proponemos para la ciudad un modelo de desarrollo económico con inclusión social que está en los antípodas de las políticas que aplica la gestión macrista”, define Español, quien defiende la idea de “un Estado activo y presente, que dé respuestas a las necesidades de los ciudadanos, en particular, a aquellos más desprotegidos”.
–¿Qué puede aportarle desde su experiencia de gestión a la labor legislativa?
–No es solamente el aporte que puedo hacer como economista, alguien que viene desde la gestión, sino como alguien que tiene mucho contacto con la política, desde la militancia en la adolescencia hasta hoy. Lo que se plantea en estas elecciones es seguir acompañando este proyecto que se define desde el Ejecutivo pero que en el Legislativo necesita herramientas para seguir avanzando. En ese sentido me parece que el hecho de ser economista y de tener un conocimiento de distintas áreas de gestión va a facilitar las cosas.
–La ciudad de Buenos Aires ha sido un distrito esquivo para el oficialismo. ¿Cómo cree que puede convencerse a los porteños de acompañarlos?
–Nosotros proponemos para la ciudad un modelo de desarrollo económico con inclusión social como desde el 2003 venimos impulsando a nivel nacional y que está en los antípodas de las políticas que aplica la gestión macrista. En estos cinco años, ellos generaron un crecimiento de la deuda pública del 300 por ciento, mientras subjecutan partidas clave para mejorar la calidad de vida de la gente. En los últimos dos años se gastó en obras de la red pluvial sólo el 3 por ciento de lo que se invirtió en 2008, la partida presupuestaria para viviendas no solo disminuyó sino además se subejecutó en algunos años hasta casi un 50 por ciento, lo mismo sucede en el área de educación. Nuestro proyecto político y económico se basa en la generación de empleo y en un amplio entramado de políticas sociales. Esto, en la ciudad, implica el incremento del gasto social; la construcción de escuelas y la mejora de las condiciones edilicias; mayor inversión en los hospitales; una política seria para garantizar viviendas dignas que implica, entre otras cosas, la urbanización de las villas, y una política que ponga el foco en la zona sur de la ciudad. Se trata, en definitiva, de tener un Estado activo y presente, que dé respuestas a las necesidades de los ciudadanos, en particular, a aquellos más desprotegidos. Y esto, como dijo Néstor Kirchner en su discurso de asunción, constituye “toda una actitud política.”
–Desde su lugar de economista, ¿cómo evalúa las críticas que hacen sus colegas del establishment respecto de la política económica del Gobierno?
–Además de la gestión macrista, las declaraciones de sus economistas desnudan el proyecto de país y de ciudad que tienen. Piden una devaluación del 40 por ciento, cuando medio siglo de historia argentina demuestra que las megadevaluaciones son regresivas y que generan caída del salario real, del consumo y de la participación de los asalariados. Hablan de baja inversión por supuesta falta de certidumbre, cuando la Argentina alcanzó el record histórico de 24,5 por ciento del PIB. Son los mismos que hablan de la confianza de los mercados que se vivía durante la convertibilidad, cuando el promedio de esta tasa de inversión sobre el PIB fue del 18 por ciento. Dicen, incluso, que la política nacional perjudica a los jubilados cuando gracias a la moratoria previsional de 2005 se han incorporado 2,6 millones de nuevos jubilados y el aumento del haber mínimo en esta década acumula más de un 1300 por ciento, garantizado en los últimos 4 años por la Ley de Movilidad Jubilatoria.
–Hoy ocupa un cargo clave en el área energética, que arrastra desde hace años críticas desde la oposición.
–Mirá, la Argentina tuvo un crecimiento durante 10 años del 7 por ciento promedio y no hubo ningún corte de luz. Durante estos años se invirtió en la ampliación de la capacidad instalada de generación de energía eléctrica, se terminaron obras emblemáticas como Yacyretá y Atucha II. Se amplió también el sistema interconectado en un 50 por ciento. Eso es inclusión de provincias enteras y de regiones enteras que no estaban vinculadas al sistema. Se amplió la capacidad de los gasoductos con Bolivia para hacer uso del contrato de importación que tenemos. Se diversificó la matriz energética a través de los nuevos proyectos eólicos y la ley de energías renovables. Además, en general, quienes critican la política energética del Gobierno son ex secretarios de Energía de gobiernos anteriores, algunos incluso de la dictadura, que no solo en ciertos casos duraron semanas o meses en sus cargos, sino que durante sus gestiones había cortes de energía programados permanentemente. ¿Desde dónde critican?
–¿El tema de la reforma constitucional estará en la carrera electoral?
–No es ni siquiera un tema de discusión hoy en día. La Presidenta fue clara en que no busca la reelección, y además este no es un tema de campaña, aunque quieran instalarlo así. Los temas de campaña son cómo hacer para seguir profundizando este modelo y cómo lograr que a la década ganada le siga otra década ganada. La presencia o la ausencia del Estado, como dijo Kirchner en su discurso al asumir, constituye una actitud política. Ese es el eje del debate. Poner al Estado en el centro de la gestión.
–¿Qué significa para usted representar con su candidatura no solo al gobierno nacional sino a un recambio generacional?
–Si hay algo que marcó este proyecto político es que le devolvió las ganas de militar a la juventud. Volver a creer en un proyecto y sobre todo a creer que la política es una herramienta de transformación. Esa es la motivación que tuve toda mi vida y este espacio me da la posibilidad de llevarla a cabo.
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