Vie 12.07.2013

EL PAíS  › MARTA VASQUEZ, DE MADRES LINEA FUNDADORA, DECLARO EN LA CAUSA ESMA

“Exijo saber qué pasó”

Su hija y su yerno fueron secuestrados y llevados a la ESMA, donde nació su nieto. El ex marino Adolfo Scilingo reconoció a su hija en una foto que le mostró. “No perdemos las esperanzas de que algún día la verdad nos llegue”, dijo ayer.

Marta Vásquez es Madre de Plaza de Mayo porque a su hija mujer, María Marta, la secuestró un grupo de tareas de la Armada en mayo de 1976, cuando tenía 23 años y un embarazo de dos meses. Ayer, ante el Tribunal Oral Federal número 5, en el marco del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA, habló de la desaparición de su hija, de la de su yerno, César Lugones, y de la búsqueda de su nieto, cuyo nacimiento se habría dado en ese gran centro de terror y muerte durante la última dictadura cívico-militar. “Exijo saber por qué se la llevaron, quién dio la orden, quién la ejecutó, qué pasó con ella, dónde están sus restos”, concluyó su relato.

Vásquez, que integra la Línea Fundadora de Madres, comenzó su testimonio con un agradecimiento “a todos los que han hecho que llegue este momento”, en referencia al juicio del que participó, el tercero que analiza las responsabilidades de 67 represores por los crímenes de lesa humanidad contra más de 700 víctimas en la megacausa ESMA. Mostró unas fotos y comenzó a narrar: “Es María Marta, mi hija desaparecida el 14 de mayo de 1976 junto a César Amadeo Lugones. Ella tenía 23 años, era psicopedagoga. El tenía 26, era médico veterinario”, describió la Madre. El secuestro de la pareja ocurrió de madrugada. El grupo de tareas 3.3.2 de la Armada se los llevó de la casa ubicada en Emilio Mitre 1258 de la ciudad de Buenos Aires. Permanecieron detenidos de manera clandestina en la ESMA.

“Nunca voy a poder olvidar aquella llamada telefónica del 15 de mayo del ’76 a las 5 de la mañana”, ingresó en el momento en el que se enteró de lo que había ocurrido con su hija y su pareja. “Yo residía con mi marido (José María Vásquez) y un hijo menor en México, mi marido era diplomático. Cuando atiendo, mi hijo Alberto me dice: ‘Mamá, se llevaron a María Marta y César’. No entendía qué pasaba. Ahí le di el teléfono a mi marido y me fui a buscar a mi hijo Gustavo. Fui al otro teléfono. Era inútil, no sabíamos qué quería decir que se los habían llevado. No pudimos saber lo que era el horror que venía atrás”, continuó.

Ante el TOF número 5, detalló que la búsqueda la inició, sin éxito, su hijo mayor junto con Emilio Mignone, fundador del Centro de Estudios Legales y Sociales, cuya hija también permanece desaparecida. Su marido regresó al país para aportar manos al rastreo. “Hizo numerosas entrevistas, gestiones, pero no consiguió nada. Me acuerdo cuando el coronel (Leopoldo) Roualdes recibió a Mignone y a mi marido en el Comando 1. Les dijo: ‘Acá abajo, en esta mazmorra, tengo a los hijos de los compañeros y se van a pudrir, no van a salir nunca más’. Nos pareció una bestialidad, un horror”, sostuvo Marta. Ella, en tanto, se unió a la Federación Latinoamericana de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, con la que viajó y conoció a sobrevivientes de la ESMA. “Todos me dijeron que no tuviera esperanza”, mencionó, aunque remarcó que nunca abandonó la lucha: “Algo adentro mío me decía: ‘No abandones, tenés que seguir, si no recuperás a tus hijos vas a salvar a otro y abrir el camino para tus nietos y bisnietos, abrir el camino para el futuro, por eso he seguido hasta hoy en Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora”, dijo respecto de su integración al grupo.

María Marta estaba embarazada de aproximadamente dos meses. El parto se produjo dentro de la ESMA y fue atendido por Jorge Luis Magnacco, imputado en la causa. Al día de hoy, Marta Vásquez tampoco sabe qué fue del bebé ni dónde está. El dato más certero de su existencia, no obstante, lo obtuvo de la boca misma del terror. En el marco de una filmación de la BBC, Marta participó en una entrevista con Adolfo Scilingo, el genocida que reveló la existencia de los vuelos de la muerte y fue juzgado y condenado en España. En esa ocasión, la Madre le mostró fotos de María Marta y su pareja. “A la de César la miró un momentito y dijo ‘nunca lo vi’. Cuando vio la de Marta se le cambió la cara, se puso pálido. La seguía mirando y no me decía nada. Fue un segundo de espera intensa, de miedo, y de pronto me dijo: ‘Usted sabe ya que ella no está, pero su nieto sí’. Yo me enteré un tiempo después de que María Marta estaba embarazada. Me insinuó que ella había sido llevada en los vuelos (de la muerte). Me dijo algunos nombres para averiguar sobre mi nieto. Salí temblando”, recordó.

Hacia el final de su relato, Vásquez reiteró su insistencia en saber qué ocurrió con María Marta, César y el hijo de ambos: “No perdemos las esperanzas de que algún día la verdad nos llegue, de que alguien comprenda el horror que han cometido y lo den a conocer. Sean responsables y valientes por lo que han hecho: hasta ahora no demuestran valentía”, remarcó y concluyó: “Les digo a todos que los detenidos-desa-parecidos no se han ido: están con nosotros, son quienes nos han dado fuerza y apoyo”.

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