Los socialistas están dispuestos a defender la banca de senador por la minoría porteña que obtuvieron en la elección de 2001 cuando la lista del fallecido Alfredo Bravo se impuso a la del actual ministro de Justicia Gustavo Beliz. Para ello solicitaron audiencias al presidente Néstor Kirchner y al vicepresidente Daniel Scioli. También impulsan un proyecto legislativo de consulta popular para que los porteños definan si la banca en disputa pertenece a Susana Rinaldi, suplente de Bravo, o a María Laura Leguizamón, sucesora de Beliz en la boleta electoral.
“Los nuevos aires de transparencia y el deseo de construir un país normal tienen que llegar al Senado. Así como Kirchner convocó al Congreso para que le delegue superpoderes en el PAMI, no sería irracional que le reclame al Senado el respeto de la voluntad popular”, afirmó a este diario el diputado socialista Oscar González. Hasta el momento, la decisión se tomará el próximo 31 julio y en el ámbito de la comisión que preside la santacruceña Cristina Fernández de Kirchner. El dato pone de manifiesto que difícilmente al Presidente se le escapen los detalles que rodean el caso. No sólo por la presencia de su esposa en la comisión competente, sino porque quien se presentó ante la Justicia para reclamar la banca es nada menos que su ministro de Justicia. Cierto es que Beliz declinó ocupar la banca pero es una verdad de Perogrullo que, en los cuatro años que faltan de mandato, su suplente no revestirá en la vereda de la oposición ni mucho menos.
Los socialistas ponen al descubierto como pocos las incongruencias de Beliz, que en ninguno de los momentos previos a las elecciones objetó o se sintió perjudicado por que Bravo sumara los votos correspondientes a dos boletas; de la Justicia, que luego de haber obligado a Bravo a aceptar el apoyo de otra lista en la segunda instancia lo castigara por ello, y del oficialismo que pretende cerrar el tema tomando como palabra definitiva el fallo de la Corte Suprema.
“Tenemos la convicción de que en una democracia que se precie de tal, sólo puede proclamarse como senador nacional en una elección directa a quien obtuvo más votos. Cualquier otra interpretación que pudiera resultar plausible mediante un titánico esfuerzo intelectual no ocultará jamás el resultado nefasto de violentar la voluntad popular y de olvidar que el pueblo gobierna a través de sus representantes”, señalan los socialistas en los fundamentos del proyecto en el que reclaman la realización de una consulta popular. No debe haber muchos fallos que resulten tan enfrentados con el sentido común. Tan es así que resulta imposible no recordar lo que Arturo Jauretche, sin muchos pelos en la lengua, decía sobre aquellos que hacen complejas las explicaciones económicas: “Si te explican una vez y no entendés, si lo hacen dos veces y hasta tres y seguís sin entender, el problema no sos vos, sino que te están cagando”.