Luego de seis semanas de distancia, ayer se volvieron a ver las caras. Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde almorzaron al mediodía en la quinta de Olivos, donde analizaron “todos los temas, incluido el PAMI y las internas partidarias”, según informaron desde la Casa Rosada. La comida se prolongó por varias horas y no fue a solas: también asistió la senadora y “primera ciudadana” Cristina Fernández de Kirchner. En la conversación, el Presidente y su antecesor “se pusieron de acuerdo en diluir cualquier tipo de conflicto”, como informó el ex vocero presidencial de Duhalde, Luis Verdi. Pero más allá del tono conciliador –un mensaje a sectores de las segundas líneas–, Duhalde confirmó su decisión de no abrir la lista de diputados nacionales de la provincia, que encabeza su esposa Chiche.
“Son cosas que ya están definidas. Hubo internas, se hicieron todos los pasos legales, no se puede modificar. Esto ya se hizo, no se puede toquetear”, habría planteado Duhalde en la reunión, reconstruyó luego Verdi en declaraciones a la agencia DyN. Además, el allegado al bonaerense insistió con la versión oficial de que “ni el ex presidente recibió comentarios de apertura de listas ni el jefe de Estado los hizo”. Aunque nunca trascendió un movimiento de Kirchner en ese sentido, fue uno de sus hombres –Eduardo Sigal– quien impulsó la idea de un frente más amplio. Esa movida implicaba que el PJ abriera espacios al centroizquierda.
Si en ese tema Duhalde convalidó lo que ya había anticipado a través de sus delegados, en todo lo demás se mostró “muy contento” con el rumbo elegido por Kirchner. Por ejemplo, tal como contó su ex vocero y ghost writer (escritor de los discursos presidenciales), le dijo a su sucesor que le parecía “muy bien la postura de haber iniciado su gobierno con una convicción mercosuriana muy fuerte”. También aprobó la “política pragmática respecto del Fondo y de las relaciones internacionales”. Asimismo, dedicaron mucho tiempo a analizar los próximos compromisos electorales del PJ, en los que Kirchner impulsa apoyar –en Catamarca y Misiones, por caso– a fórmulas electorales ajenas al “pejotismo”.
En el almuerzo, Duhalde repitió los elogios que había mandado desde Italia. Así, alabó al Presidente por el camino elegido que “le ha permitido recuperar la confianza de la gente”. Después de la comida, que terminó pasadas las cuatro de la tarde, Kirchner regresó a la Casa Rosada mientras que Duhalde llamaba por teléfono al gobernador Felipe Solá para proponerle una reunión. En ese momento, Solá se encontraba en La Plata presidiendo una mesa de trabajo sobre la seguridad con su gabinete. Con él estaban los ministros Federico Scarabino (Gobierno), Florencio Randazzo (jefe de Gabinete), Alfredo Meckievi (Justicia) y obviamente el ministro de Seguridad, Juan Pablo Cafiero. El gobernador interrumpió la charla y se retiró a las apuradas para viajar en helicóptero hacia Buenos Aires.
En la entrevista con Solá, Duhalde analizó la ola de inseguridad en el conurbano y examinó distintas estrategias electorales para la campaña en la provincia. Hasta ayer no se había realizado ninguna entrevista entre Solá y la primera candidata a diputados, Chiche, para consensuar un discurso común sobre la ola delictiva. Lo confió ayer a Página/12 un allegado muy estrecho de la ex primera dama. En el duhaldismo consideran que el estilo de campaña de Solá es muy “institucional” y que apunta más a los sectores medios, pero piensan que debe complementarse con otro tipo de discurso. Hasta que eso no se resuelva, Chiche se mantendrá en silencio y sólo romperá el mutismo en los primeros días de agosto.
Ese y otros temas fueron abordados ayer en otra reunión del Consejo del PJ bonaerense, que se desarrolló a partir de las siete de la tarde en la sede de Avenida de Mayo al 800. Mientras comenzaba ese encuentro, Duhalde y Solá se despedían sin dar demasiada información a los bonaerenses que se encontraban en los alrededores del Café Tortoni. Horas más tarde, los dirigentes del PJ resolvían expulsar a todos los peronistas del distrito que se presentaran por fuera de las listas oficiales del partido. Y también acordaban en rechazar que las listas extrapartidarias pudieran llevar la fórmula Solá-Giannettasio para gobernador y vice. Esa decisión implicaba una respuesta silenciosa al mandatario bonaerense, que aspiraba a que otras fuerzas políticas lo llevaran como candidato.
La sucesión de reuniones tuvo su capítulo final a la noche, cuando Solá se dirigió a la Rosada para reunirse con Kirchner en las oficinas del jefe de Gabinete, Alberto Fernández. A esa altura, mientras el Presidente y el gobernador conversaban sobre lo que habían hablado antes, Duhalde se preparaba para viajar a Pinamar, donde pasará el fin de semana a pesar de haber regresado recientemente de un mes y medio de vacaciones. Así, el balneario que conoce tan bien volverá a ser el centro de la política bonaerense.