EL PAíS
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Colaboración y expectativa
› Por Washington Uranga
Colaboración y expectativa” fueron las palabras usadas por un vocero autorizado de la Conferencia Episcopal Argentina para caracterizar la actitud institucional del episcopado católico ante el gobierno de Néstor Kirchner y ante la difusión periodística de versiones y rumores que hablaron de “preocupación” eclesiástica ante las primeras acciones del nuevo gobierno. Para quienes conocen así sea superficialmente la realidad de la Iglesia Católica es por demás conocido que resulta prácticamente imposible, en la mayoría de los temas, hablar de “la opinión de la Iglesia”, porque sobre gran cantidad de cuestiones –en particular en aquellas que lindan con lo social y con lo político– el abanico de opiniones es muy grande dentro de la institución eclesial y entre los mismos obispos.
Se puede hablar, sin embargo, de actitudes y de perspectivas que caracterizan al cuerpo episcopal ante cada una de las coyunturas y más allá de las diferencias. Las fuentes consultadas en este caso insisten en que la actitud de la gran mayoría de los obispos es de colaborar con el Gobierno, en particular en todo aquello que signifique mejorar la situación de los pobres. Lo anterior no implica cheques en blanco ni apoyos incondicionales, pero sí la voluntad expresa de trabajar conjuntamente en proyectos que puedan servir a la gente.
Este tema fue objeto de un diálogo personal que, a poco de asumir su cargo, tuvo la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, con el obispo presidente de Cáritas, Jorge Casaretto. En otros ámbitos, como el de la Justicia, el ministro Gustavo Beliz se ha preocupado de requerir la opinión de los hombres de la Iglesia para varias de las reformas que se están emprendiendo. La respuesta episcopal ha sido la de impulsar y promover los acuerdos y las iniciativas que se elaboraron en el marco del Diálogo Argentino. La actitud de gran parte de los obispos es de clara colaboración con todo aquello que –a su juicio– pueda aportar positivamente al país. Ello no les impedirá realizar críticas y advertencias, como lo hizo el arzobispo Villalba ayer en Tucumán. Vale destacar, sin embargo, que el único pronunciamiento formal que se ha conocido sobre el nuevo gobierno fue el producido por el obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo, junto con sus sacerdotes, para señalar su “público y expreso apoyo y reconocimiento” a las primeras medidas porque favorecen a “los sectores que antes no se tuvieron en cuenta y no fueron representados por sus gobernantes”.