“Sería muy importante que de cara a todos los argentinos el doctor (Eduardo) Moliné O’Connor se haga presente en el Congreso y explique las razones que han llevado a fallos que son abiertamente opacos y oscuros en el país.” Así desafió ayer el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, al juez de la Corte Suprema a quien ahora le toca estar en el banquillo, igual que lo hizo en su momento cuando estaba bajo la lupa el ex líder de la mayoría automática, Julio Nazareno.
El dirigente de la Asociación Argentina de Tenis y “cerebro” de la mayoría leal a Carlos Menem dentro del máximo tribunal dijo a los movileros que lo esperaban a la mañana en la puerta de su casa, en Recoleta, que no piensa renunciar y que enfrentará los diez cargos que fueron formulados en su contra por la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados.
Al finalizar el encuentro con la Mesa del Diálogo Argentino que presidió, Beliz dijo que debería haber una audiencia pública con la presencia de todos los medios de comunicación en la que Moliné O’Connor rindiera cuentas “para que cada argentino pueda escuchar su descargo”. “Porque él –insistió el titular de Justicia– como miembro de la Corte ha tomado decisiones de naturaleza escandalosa.” Días atrás, Beliz cuestionó también que Moliné haya hecho gestiones ante la Justicia norteamericana en un intento por salvarse y anticipó que esa conducta podría calificarse como “traición a la patria”.
En los próximos días la Cámara de Diputados seguirá agregando cargos contra el supremo, hasta ahora cuestionado por los mismos expedientes que Nazareno (conocidos como los casos Meller, Macri y Magariños). Por lo pronto tiene tiempo hasta el jueves próximo para exhibir sus argumentos ante los legisladores que lo acusan. La fecha tentativa para el tratamiento en el recinto del dictamen acusatoria sería entre el 13 y el 20 de agosto, según informó el presidente de la Comisión de Juicio Político, Ricardo Falú. El próximo ministro en la mira de los diputados sería Guillermo López.