Minutos antes de la medianoche de una larga jornada, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló ante su fuerza en el bunker del Frente para la Victoria y llamó a sus candidatos y militantes a “redoblar esfuerzos” de cara a los comicios de octubre. “Estamos en condiciones de mantener o aumentar la representación parlamentaria, tanto en la Cámara de diputados como en la de senadores”, se mostró confiada, a más dos meses de la fecha de los comicios. A sus espaldas, dos pantallas mostraban la proyección de votos y de bancas en juego a nivel nacional: dos ítem en los que el oficialismo aparece como un cómodo ganador.

La mandataria subió al escenario acompañada apenas por un puñado de figuras centrales de su gobierno y los principales candidatos del kirchnerismo en la ciudad y la provincia de Buenos Aires, a quienes felicitó por el resultado obtenido. Durante su mensaje destacó la participación y la normal realización de los comicios e hizo énfasis en la responsabilidad de gestión que pesa sobre la fuerza que conduce: “Tenemos la responsabilidad de garantizar la gobernabilidad y vamos a hacerlo”, prometió.

La tarde noche se había estirado desde que alrededor de las seis las primeras figuras fueron acercándose al Hotel Intercontinental, del centro porteño, donde una vez más el Frente para la Victoria decidió montar su base de operaciones el día de los comicios, hasta que al fin CFK subió al escenario instalado en uno de los salones del segundo subsuelo.

Cerca de allí, periodistas, prenseros y unos pocos dirigentes de segunda línea pasaban las horas intercambiando datos y caras que viraban de la preocupación a la alegría, dependiendo de qué noticias fueran llegando. Ajenos a todo, un grupo de doscientos militantes adolescentes no pararon de cantar y saltar en toda la noche, al ritmo de las canciones que sonaban por el sistema de audio, de Los Auténticos Decadentes a Estelares, de Los Redonditos de Ricota a Soda Stereo.

La Presidenta, que había arribado al hotel poco después de las ocho de la noche, se instaló en el piso 19 junto con familiares y allegados. Allí también estaban desde temprano el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli; el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini; y el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Un nivel más abajo, estaba el bunker de los candidatos y demás funcionarios, donde esperaron hasta las once de la noche, cuando bajaron a ocupar las primeras filas del salón donde hablaría Fernández de Kirchner minutos más tarde.

Cuando finalmente subió al escenario, CFK lo hizo acompañada por una selecta escolta. A su derecha, el gobernador bonaerense Daniel Scioli. A su izquierda, el intendente de Lomas de Zamora y primer candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, uno de los más animados. También estaban la presidenta de la bancada oficialista en la cámara de diputados y también candidata, Juliana Di Tullio; el vicepresidente, Amado Boudou; los candidatos porteños Juan Cabandié y Daniel Filmus; Abal Medina; el titular de la cámara baja, Julián Domínguez, y el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo: todas figuras centrales del armado kirchnerista en territorio bonaerense y en Capital.

En su discurso, la mandataria destacó en un primer lugar la importancia de la aplicación de la nueva ley electoral por segunda vez y primera ocasión en un comicio legislativo, ya que en 2011 se aplicó en elecciones presidenciales. También resaltó que la nueva norma permite dar acceso igualitario a los medios a todos los partidos. “Por lo menos durante los quince días de campaña”, chicaneó, en referencia al trato preferencial que algunos medios de comunicación le procuraron a ciertos candidatos.

CFK luego felicitó “al resto de las fuerzas políticas”, pero destacó pronto que el Frente para la Victoria es “la única presente en los 23 distritos” del país y además la más votada en todo el territorio argentino. También sostuvo que de mantenerse en octubre la performance del oficialismo en los comicios de ayer, estaría “en condiciones de mantener y aumentar la representación parlamentaria” en ambas Cámaras.

En ese momento se detuvo para destacar la actuación de sus candidatos porteños y bonaerenses. De Filmus y Cabandié señaló que “han hecho una excelente elección en un distrito difícil”, diagnóstico que se repetía debajo del escenario. Con los números que se perfilaban anoche, el kirchnerismo confía en octubre mantener una banca en el senado y aumentar la representación en diputados.

Respecto de Insaurralde, celebró que un candidato que “hasta hace un mes y medio sólo era conocido por el veinte por ciento de los bonaerenses” haya hecho una elección competitiva y aclaró que “todavía tiene entre un 20 y un 25 por ciento de desconocimiento”, por lo que llamó a “seguir trabajando” para descontar la ventaja que sacaba ayer el candidato del Frente Renovador, Sergio Massa.

“Lo importante es que sepamos lo que nos toca enfrentar como fuerza política que va a seguir profundizando”, arengó la mandataria, para regocijo de los militantes que celebraron con aplausos. “Esto –continuó, refiriéndose al resultado adverso, pero sin mencionarlo en ningún momento– nos obliga a redoblar el esfuerzo y la militancia. Faltan dos meses. Vamos a seguir haciendo lo que mejor sabemos hacer: trabajar y seguir dando las respuestas que tenemos que dar.”

Por último enfatizó: “No solo somos la primera fuerza nacional, además somos gobierno y eso nos da una responsabilidad muy grande. Porque en 2009 ganó otro candidato y fue diputado, pero los que tuvimos que seguir trabajando para solucionar los problemas y cambiarle la vida a la gente fuimos nosotros. Mi principal responsabilidad es mantener la responsabilidad. Sería muy fácil prometer lo que otros les prometieron, pero no esperen que vaya a prometer cosas que no puedo hacer. Este gobierno nunca ha prometido cosas que no puede hacer y hasta ha hecho muchas cosas que nunca había prometido”, concluyó.