Aunque todos deberán revalidar en octubre los votos que alcanzaron ayer en las PASO para hacerse de una banca en el Senado, el kirchnerismo logró sortear en esta primera fase un escollo que se le presentaba difícil: mantener mayoría y un ajustado quórum propio en el Senado. De acuerdo con los resultados de ayer en las primarias, el Frente para la Victoria y sus aliados renovarían 12 bancas de las 15 (11 propias y 4 aliados) que ponía en juego. De sostenerse esta tendencia, el oficialismo mantendría al menos 28 senadores K y 9 aliados, con lo que alcanzaría los 37 senadores necesarios para mantener la mitad más uno de los 72 miembros de la Cámara alta, a la que habría que sumar otros dos aliados circunstanciales que a veces respaldan sus propuestas. Los otros 33 senadores representan a distintas fuerzas opositoras.

El panorama previo no era fácil para el Frente para la Victoria en los ocho distritos electorales en los que se renueva en octubre un tercio del Senado: 24 bancas. El peor de los panoramas se daba anoche para el oficialismo en Neuquén –cuando todavía faltaban computar algunas mesas–, donde pone en juego dos bancas propias y una de los aliados provinciales del MPN. Aunque el MPN se alza con el triunfo neuquino, el sector del petrolero Pereyra –enfrentado con el gobierno nacional– se imponía en su interna, por lo que las bancas que obtiene en el Senado se alinearían con la oposición. Mientras que el FpV peleaba palmo a palmo con el panradical Compromiso Cívico Neuquino el senador por la minoría.

Por el contrario, el oficialismo nacional obtenía otras satisfacciones. En Salta y Santiago del Estero daba vuelta la ecuación. El FpV salteño se imponía en la elección y relegaba al Peronismo Federal, con lo que le arrebataría las dos bancas por la mayoría que hasta ahora mantienen. Los aliados del Frente Cívico Santiagueño se imponen en la provincia que gobierna y se quedaría con las dos bancas que ahora pertenecen a la UCR, que mantendría ahora una por la minoría.

Otra situación compleja se presenta en Tierra del Fuego, donde las tres bancas respondían a aliados del kirchnerismo (2 NE y 1 UF). Sin embargo, el FpV se impuso en las PASO fueguinas y, de sostener sus votos en octubre, se quedaría con las dos bancas por la mayoría. La otra pasaría a manos del opositor Movimiento Popular Fueguino.

Río Negro no era una parada sencilla. EL FpV ponía en juego dos bancas, que las mantendría sin mayores dificultades, mientras la UCR tendría que disputar la propia con el Frente Progresista que logró sacarle una ventaja al radical Ernesto Sáiz ganando la dura interna radical, aunque tendría que sumar necesariamente al resto de sus correligionarios para tener chances de retener su banca en la Cámara alta.

En Chaco y Entre Ríos, en cambio, el kirchnerismo no tuvo inconvenientes para ratificar la mayoría y conservaría sus dos senadores. La UCR haría lo propio con la banca por la minoría en el Chaco, pero resignaría a manos del ruralista Alfredo De Angeli la que ostenta por Entre Ríos.

La Ciudad de Buenos Aires presenta otras múltiples variantes. Sumados, la interna de UNEN logró imponerse al macrismo y al kirchnerismo. La gran incógnita es si UNEN consigue mantener la cohesión de una alianza que se muestra frágil y sobre todo la fidelidad de los votantes que en la interna votaron a los perdedores. Si Fernando “Pino” Solanas lograra en octubre sostener a los votantes de Alfonso Prat-Gay y el radical Rodolfo Terragno, obtendrían las dos bancas de senadores por la mayoría y el PRO la de la minoría. Pero el panorama no es tan alentador para el cineasta, donde su lema en UNEN cosechó –computadas casi el 90 por ciento de las mesas– 315 mil votos menos que el PRO y 110 mil menos que el FpV, donde Daniel Filmus dará pelea para tratar de mantener su banca.