El candidato a diputado nacional por el Frente Unidad para la Libertad y el Trabajo, Francisco de Narváez, descartó los rumores que lo dejaban afuera de las elecciones legislativas de octubre. En una sorpresiva conferencia de prensa, el diputado ratificó ayer su postulación frente a versiones que lo ubicaban plegado al Frente Renovador hasta otras que mencionaban un acercamiento con sectores oficialistas. Además, volvió a reclamar un debate con sus principales rivales en los comicios: Sergio Massa, Martín Insaurralde y Margarita Stolbizer.

“No”, respondió en forma rotunda De Narváez cuando le preguntaron insistentemente si había considerado renunciar a su postulación en octubre. Y argumentó: “No cambio mis ideas según el resultado electoral”. En ese sentido, insistió en que, pese al magro resultado que obtuvo en las primarias el Frente Unidad por la Libertad y el Trabajo –poco más de 10 puntos–, valoró que su espacio “dejó en claro que es una férrea oposición” y destacó que las elecciones que “cuentan son las del 27 de octubre”.

“Quiero agradecerles a las más de un millón de personas que viven en la provincia de Buenos Aires y nos acompañaron, y quiero decirles a ellos, mirándolos a los ojos, que desde lo más profundo de mi corazón soy candidato en octubre”, sentenció De Narváez desde sus oficinas porteñas. El diputado se mostró junto a los principales referentes de su espacio y a sus aliados que integran la CGT de Hugo Moyano, como el canillita Omar Plaini. La ausencia de los integrantes del grupo cegetista en el bunker de Unidad por la Libertad y el Trabajo el domingo pasado hacía suponer que las relaciones entre unos y otro no estaban en su mejor momento: en ese marco, Plaini se ocupó de asegurar que van a “seguir juntos” con De Narváez, de cara a las legislativas.

También acompañaron al empresario la tercera candidata a diputada, Claudia Rucci, y otros integrantes de la lista, como Gustavo Ferrari, Javier Castrilli, Alfredo Atanasof, Daniel Amoroso y Agustina Ayllon, esposa de De Narváez y primera candidata a diputada provincial por la octava sección electoral.

Si bien ayer De Narváez evitó críticas a Massa, no perdió oportunidad de deslizar indirectas: “No estoy en la carrera presidencial. Muchos usan a la provincia pensando cómo llegar a la Casa Rosada. Nosotros no somos un padrón electoral o un escalón o trampolín que se usa para saltar”, mencionó. Tampoco habló directamente del intendente de Lomas de Zamora y candidato del Frente para la Victoria, Martín Insaurralde. Para justificar su candidatura con la necesidad de “sumar oposición en el Congreso”, sí reconoció que “el Frente para la Victoria fue la fuerza política más votada desde la matemática, es así y eso es innegable”.

Además, el aún candidato a renovar su banca en la Cámara baja por la provincia de Buenos Aires aclaró además que no recibió “presiones” para bajarse de su postulación por la mala performance que registró en las primarias. “Quienes me conocen no se atreverían a presionarme”, remarcó para luego reconocer que “hubo menciones y operaciones” con las que se “anunciaba una posible deserción de la candidatura”. En los últimos días, sus asesores aseguraron a la prensa que desde el Grupo Clarín se había deslizado hacia adentro del armado denarvaísta el pedido de deserción de la contienda electoral de octubre, para no restarle a Massa votos opositores.

Francisco de Narváez adjudicó el escaso 10 por ciento que obtuvo el frente que lidera, que quedó en el cuarto lugar, detrás de la fórmula que integran Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín, a la falta de debate con sus oponentes. “Faltó el debate y una exposición más clara de los candidatos y cuáles son sus propuestas”, amplió luego de renovar su reclamo a Massa para que acepte sumarse a la discusión con Insaurralde y Stolbizer. En ese sentido, expresó que “faltan 75 días para el 27 octubre y esperamos que haya más debate que en esta primera parte”.