Tanto el bloque oficialista como el de la oposición sabían que no iba a ser una reunión tranquila: el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, asistió al Senado para defender su gestión al frente de la empresa y respondió a los senadores que le exigieron un pedido de disculpas por haber llamado “zánganos” –en un video de un encuentro con militantes de tres años atrás– al radical Gerardo Morales y al peronista disidente Adolfo Rodríguez Saá. “Usted, Recalde, es un cobarde que tendría que haber empezado pidiendo disculpas. Y no ser hipócrita, porque viene acá, lo tratamos de una manera y después va a un acto y nos agravia”, le espetó Morales. “Si alguien entendió que estas expresiones eran en menoscabo de las instituciones, pido disculpas”, dijo Recalde, luego de diferenciar su opinión “sobre las personas” del respeto por las investiduras de los legisladores, y retrucar que a él se lo había calificado como “corrupto” e “irresponsable”.

Casi cuatro horas duró el plenario de comisiones en el que Recalde presentó un informe sobre el manejo desde su estatización en 2008. Ya desde el arranque Recalde dio cuenta –elípticamente– del video conocido semanas atrás donde aparecía calificando como “zánganos” a Morales y a Rodríguez Saá y como “provocador asqueroso” al diputado del Partido Demócrata mendocino Omar De Marchi. “Siempre nos vamos nutridos de las críticas que se dan en este ámbito para mejorar. Hemos tenido siempre una relación respetuosa, más allá de algún discurso de tribuna de hace algunos años que han escuchado. Esperemos que esto siga así”, sostuvo Recalde y dio paso inmediato a su exposición acompañada de un Power Point.

El presidente de Aerolíneas Argentinas apuntó a la “catarata de mentiras” que se dicen sobre la empresa. “No sólo que Aerolíneas presenta sus balances, sino que es más controlada que otras empresas”, señaló y explicó que la audita tanto la Auditoría General de la Nación como la Sigen. Otro tramo lo dedicó a defender al personal y funcionarios jerárquicos de la empresa. “La gestión de Aerolíneas es profesional, técnica e integrada por expertos de la industria, con mucha experiencia y trayectoria y que vienen de carrera dentro de la empresa o de otras actividades del sector privado”, aseguró y enumeró los antecedentes profesionales de buena parte del organigrama de la empresa.

Recalde apuntó así contra las críticas por su pertenencia a la agrupación La Cámpora. “Aerolíneas no es una empresa del Gobierno ni un servicio público de un partido político. No sólo no son de La Cámpora, muchos son de otros partidos. Pero todos tienen la camiseta de Aerolíneas, la defienden a muerte, incluso quienes no están de acuerdo con este gobierno, entienden que trasciende un partido político”, remató.

Entre otras cosas, el titular de Aerolíneas recordó la actitud de los propietarios españoles que al pasar a manos del Estado habían dejado un patrimonio neto negativo de más de 1146 millones de dólares. En 2008, todavía con la gestión Marsans, había arrojado un déficit de 859 millones de dólares, mientras que a partir de la aplicación del “plan de negocios” terminó 2013 con una baja en términos absolutos y relativos: 250 millones de dólares de déficit, lo que representa un doce por ciento de la facturación. “Volamos más horas, ofrecemos más frecuencias dentro de la Argentina, dentro de la región sudamericana y en tercer lugar en los vuelos internacionales”, aseguró Recalde y precisó que se pasó de 142 mil horas de vuelo a 230 mil, que la frecuencia también aumentó –un 80 por ciento– y que la red es “mucho más federal” ya que hay actualmente 20 rutas que unen ciudades argentinas sin pasar por Buenos Aires.

“No somos vaciadores, ni despilfarradores. Con el presupuesto aprobado por el Congreso hoy tenemos una flota con un valor de 1335 millones de dólares”, completó. Además, explicó que le empresa tiene un gasto fijo de doce millones en salarios y diez millones por día en combustible. Como ejemplo del vaciamiento español, Recalde detalló que se llevaron el simulador de vuelo, lo que le significaba a la empresa invertir 25 millones al año para enviar a sus pilotos al exterior.

“Pensé que iba a empezar pidiendo disculpas. Eso lo hacen las personas que son serias, que son correctas, que entienden que no hace mal pedir disculpas cuando hay excesos. No le da al licenciado Recalde empezar por ahí, porque eso es lo que está pasando con muchos jóvenes de La Cámpora, que manejan muchos millones y tienen una soberbia que les impide demostrar que son buenas personas, si es que lo son”, disparó Morales al hacer uso de la palabra. Se le sumó atrás la peronista puntana Liliana Negre de Alonso, en representación de su jefe político. “La mayor palabra destituyente es semejante desprecio por quienes ocupamos una banca”, dijo. Respecto de la empresa, la oposición machacó sobre los recursos utilizados por el Estado. “Compartimos la reestatización pero no compartimos que en nombre de los destinos no rentables el Estado tire manteca al techo”, aseguró Morales, la voz central de la oposición sobre el tema, quien preguntó ¿por qué a pesar de tantos millones de subsidios y otras prebendas, Aerolíneas es deficitaria?

“El desafío es hacerla eficiente, aumentar el número de frecuencias y de vuelos y llegar a una empresa sustentable. Y si hay que sostenerla desde el Estado hasta que logre su autogestión hay que hacerlo. Es el camino que hemos elegido cuando votamos la ley”, concluyó el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Pichetto, quien instó a la oposición a seguir este camino como una “política de Estado”.