Aunque los carteles que empapelan las calles, las entrevistas en todos los medios y los actos realizados por cada fuerza política lo disimulen, la campaña propiamente dicha todavía no empezó: la fecha señalada es el próximo domingo, cinco semanas antes de los comicios del 27 de octubre. Con esa señal de largada en mente, el Frente para la Victoria alista su estrategia para salir a competir por cada voto en la provincia de Buenos Aires, donde buscará reducir la distancia que le sacó el Frente Renovador en las primarias.

Eso se discutió el lunes por la noche en una reunión encabezada por el primer candidato a diputado en el distrito, Martín Insaurralde, donde se delineó el trabajo por delante: mayor participación de los demás candidatos en el día a día, más actos con la presencia de Cristina Fernández de Kirchner, repartir tareas para realizar varias actividades por día en distintos puntos de la provincia y la unificación de algunas consignas para evitar que otras fuerzas impongan la agenda fueron algunos de los puntos que se acordaron. También se discutió la agenda legislativa del bloque, haciendo énfasis en el debate sobre un régimen penal juvenil.

El encuentro tuvo lugar en un local del barrio porteño de San Telmo, con la presencia de todos los diputados nacionales de origen bonaerense que buscan su reelección en esta parada, más algunos otros legisladores clave del armado kirchnerista en la Cámara baja (como su presidente, Julián Domínguez) que todavía no tienen dos años de mandato. Fue, en los hechos, una reunión ampliada de “la peña” que Carlos Kunkel viene reuniendo desde hace tiempo y que funciona como espacio de debate para el sector más cercano al gobierno nacional de la variopinta bancada.

Se trató de una reunión “instrumental logística”, comenta uno de los asistentes a Página/12. Allí se analizó, sección electoral por sección electoral, el trabajo concreto que va a realizarse y se decidió que tanto los candidatos como los diputados en funciones van a tener una mayor participación en la campaña, sobre todo en aquellos distritos de donde vienen, donde tienen trabajo de base o son mejor reconocidos. Cada uno va a tener que estar más encima de la elección, no sólo con presencia en actos, sino también a nivel de planificación y logística. “La idea es que estén encima en las cuestiones políticas, pero también en los aspectos técnicos de la campaña: desde la publicidad hasta la decisión de dónde se lleven a cabo los actos”, explican desde el comando de campaña.

Otro de los objetivos es que la campaña se coordine de forma más ordenada y sea “menos caótica” que la que se realizó antes de las PASO. Con esa intención se armó una “grilla” para dividirse la provincia, de forma tal de “acercar a los candidatos” a sus electores. La idea es que cada uno en su zona haga una campaña “bien cercana al territorio, a nivel militante”, con un doble esfuerzo en aquellos distritos gobernados por un intendente opositor.

Según se dijo el lunes por la noche, la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la campaña va a seguir siendo fuerte: “Al contrario de lo que se dice, Insaurralde va a tener tantos o más actos con CFK que los que hubo antes de las primarias”, aseguran en el entorno del intendente de Lomas de Zamora. También se reforzarán las teleconferencias con distintas localidades del interior.

Scioli también participará intensamente en las actividades de campaña, aunque no irá junto a Insaurralde a todas partes como hasta ahora, sino que se desdoblará para llegar a más lugares de todo el territorio bonaerense: “Antes se necesitaba que estuvieran juntos porque Martín en el interior era más desconocido –explican cerca de Insaurralde–. Ahora esa etapa ya está, entonces el objetivo es abarcar más”.