EL PAíS › PABLO FERREYRA, CANDIDATO A LEGISLADOR DE ALTERNATIVA POPULAR
Ferreyra afirma que desde la colectora al kirchnerismo por la que se postula se plantean “complejizar algunas discusiones”.
› Por Nicolás Lantos
“Vinimos a complejizar algunas discusiones que son clave en este distrito.” Así define Pablo Ferreyra, el primer candidato a legislador porteño por Alternativa Popular, la naturaleza de ese espacio, que se vincula al kirchnerismo desde una perspectiva de centroizquierda que, asegura, “quedó vacante” en la ciudad “por el eclipse de Elisa Carrió”, que arrastró hacia la centroderecha a las agrupaciones que solían ocupar ese sector del electorado.
Ferreyra saltó a la vida pública durante la lucha por el juicio y castigo a los responsables del asesinato de su hermano, Mariano, militante del Partido Obrero, por parte de una patota sindical, y esa circunstancia salió a la luz desde el momento en el que lanzó su candidatura, que fue duramente criticada por el Frente de Izquierda, por considerar que usufructúa el apellido que lleva para hacer campaña. “No me sorprende que salgan a pegarme por esto –dice–. Me vienen pegando desde el primer día que salí a hablar.”
–¿Por qué lo atacan?
–No me perdonan que simpatice con el kirchnerismo. Desde que comencé a encarar una lucha por el juicio y castigo de los asesinos de mi hermano intenté mantener una coherencia con lo que yo pensaba a partir del año 2008, cuando después de la crisis del campo me sentí muy identificado con la manera en que el Gobierno enfrentaba a las corporaciones. Siempre me han colocado en el ojo de la tormenta y me han pegado por eso, tanto desde la izquierda como desde sectores más reaccionarios de la derecha. Eso no va a ser un impedimento para que yo sea candidato.
–Sin embargo, es cierto que hubo cierto grado de responsabilidad del Estado en el asesinato de Mariano...
–La responsabilidad del Estado existe. Pero también es cierto que a las pocas horas del asesinato el Estado comienza a funcionar de manera correcta. La Justicia interviene rápido, hay una investigación muy buena, se consigue meter en cana a dos sindicalistas que todos los que critican al Gobierno decían que nunca iban a ponerlos en cana. Entonces yo creo que este caso muestra tanto las falencias del Estado como los puntos positivos, es paradigmático en ese sentido. Yo no hablaría de responsabilidad gubernamental sino de falencias estructurales del Estado que confluyen: terciarización, corrupción sindical, connivencia policial. Todas esas son deudas. Mi candidatura viene a poner en cuestión esas deudas. Son los temas que vengo a discutir en la Legislatura.
–¿Cómo está conformado Alternativa Popular?
–Más allá de las cabezas visibles de la lista, que representan a otros espacios políticos como el Partido Comunista o el Frente Progresista, yo represento a un grupo de organizaciones que están en el territorio trabajando sobre diversas problemáticas. Desde los talleres protegidos del Borda hasta la Kiki Lezcano, que lleva adelante la lucha por el esclarecimiento de ese caso de violencia institucional, pero además milita en los secundarios contra el avance del macrismo en la educación pública; La Colectiva, que es la agrupación de Cecilia Marchán que trabaja cuestiones de género y lleva el tema del aborto seguro, legal y gratuito en la Ciudad; la 17 de Agosto, que lleva el tema de urbanización de las villas; mis compañeros del Gleyzer... entre todos construimos un espacio político en Capital que tiene vínculos con el kirchnerismo pero no está en Unidos y Organizados, y que de alguna manera quiere integrarse a un movimiento popular que en estos diez años ha avanzado con una gran cantidad de cosas con las que estamos de acuerdo, y del que pensamos que debería profundizar otras.
–¿Se define como kirchnerista?
–Yo soy kirchnerista... no me gusta decir crítico porque me coloca afuera. Prefiero decir que soy un kirchnerista que complejiza ciertas discusiones.
–¿Los legisladores de Alternativa Popular tendrán su propio bloque o articularán con el bloque kirchnerista?
–Eso se va a debatir con todo el espacio. Incluso el programa electoral lo debatimos entre todas las organizaciones. Pero obviamente nunca vamos a dejar de dialogar con la fuerza política que puso eje a todas las discusiones en los últimos diez años, que es el kirchnerismo.
–La Legislatura es un órgano muy desprestigiado, ¿qué le pueden aportar?
–Existe ese imaginario que indica que la Legislatura es un lugar donde se cocinan negociados, y en parte es cierto. Nosotros queremos enfrentar a los sectores corporativos que buscan plasmar sus intereses ahí. Pero la idea es no sólo encerrarse en la Legislatura sino disputar también desde la militancia activa en la calle para que ejerza una presión sobre ese organismo que muchas veces está muy cuestionado.
–¿No va a ser difícil imponer una agenda local en dos años en los que el debate nacional va a ser muy fuerte?
–Nosotros vamos a dar un debate muy fuerte para ser una opción de los porteños. Sin perder un ojo sobre la política nacional, queremos encauzar los debates a límites de la ciudad de Buenos Aires. Eso lo haremos porque las organizaciones que forman parte de Alternativa Popular trabajan en la ciudad y viven en carne propia esos problemas: las inundaciones, los problemas edilicios. Eso hace que queramos enfocar el debate en la ciudad. Yo creo que va a ser complejo, pero hay que dar esa discusión.
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