El ex presidente Carlos Menem fue absuelto ayer por el Tribunal Oral Federal Nº 4 en el juicio por omitir bienes en su declaración jurada de 2000, entre ellos dos cuentas bancarias en Suiza. Los jueces consideraron que la acción penal prescribió por el paso del tiempo, en coincidencia con el planteo que la defensa del actual senador por La Rioja había formulado al comienzo del proceso oral. La fiscal Fabiana León había rechazado el pedido de prescripción, pero en forma sorpresiva, durante la tercera audiencia del juicio y sin tomarle declaración indagatoria a Menem, los jueces Guillermo Costabel, Mario Posse y Patricia Mallo declararon de oficio “la nulidad parcial del requerimiento fiscal” y “la prescripción de la acción penal”. La causa se había iniciado en 2002 y demoró once años en concretarse el juicio. El tribunal dio a conocer sólo la parte resolutiva del fallo, en tanto los fundamentos se conocerán el próximo jueves.

Menem llegó a juicio luego de ser procesado en dos instancias anteriores por los delitos de omisión maliciosa de declaración jurada, falsedad ideológica e incumplimiento de deberes de funcionario público, porque en la declaración jurada que presentó el 6 de octubre de 2000 omitió informar sobre bienes de su propiedad. Entre ellos, se destacaban una cuenta en la Unión de Bancos Suizos (UBS) con 600 mil dólares, que el propio Menem reconoció haber abierto en la década del ’80 para depositar la indemnización que cobró por haber estado preso durante la dictadura, y otra cuenta en el banco de Gotardo, en el principado de Liechtenstein, a nombre de su ex secretario Ramón Hernández, con 6 millones de dólares. También llegó a juicio por no haber declarado una cuenta en el Banco de La Rioja con 34.863,67 pesos, un auto Fiat 147 modelo 1982, dos aviones ultra livianos, 231 acciones de Telecom, 1764 de Telefónica y otras 332 de Telefónica Móviles, dos departamentos en la capital de La Rioja y una camioneta Renault Traffic.

“No existe ninguna cuenta bancaria mía en el exterior, habría que averiguar cómo surge, yo no tengo la menor idea”, había dicho Menem en la audiencia inicial, hace dos semanas, luego de que sus abogados Pedro Baldi y Omar Daer solicitaran el sobreseimiento por prescripción porque los delitos ocurrieron en 2000. El ex presidente, acompañado aquella mañana por su hija Zulemita, consideró “totalmente infundados los argumentos de la Oficina Anticorrupción, que actuó como querellante, y de la fiscal León. Los jueces no llegaron a pronunciarse sobre los delitos en sí, ya que se impuso la prescripción por el paso del tiempo. La causa había dormido durante un lustro en el Tribunal Oral Federal Nº 1, y a partir de una resolución de diciembre del año pasado se mudó, junto con otras 17 causas, la mayoría por hechos de corrupción de la década menemista, al TOF 4. Los jueces del TOF 1 alegaron entonces que los expedientes corrían riesgo de prescribir y que ellos debían iniciar un juicio de gran envergadura: el de los crímenes en el marco del Plan Cóndor.

El ex mandatario de 83 años, que como senador conserva fueros parlamentarios, cuenta en su haber con una condena a siete años de prisión por el tráfico de armas a Croacia y Ecuador. También está procesado y en condiciones de ser juzgado por el pago de sobresueldos durante su presidencia, por haber obstruido la investigación del atentado a la AMIA y por su responsabilidad en la explosión en 1995 de las instalaciones de Fabricaciones Militares en la localidad cordobesa de Río Tercero, que dejó un saldo de siete muertos y numerosos heridos.