”¿Qué pasa cuando una versión parcial, relativa de la realidad, se disemina, se comunica de manera permanente y envolvente a través del aparato comunicacional de un medio de comunicación concentrado?”, preguntó retóricamente el jefe de Gabinete de Asesores de la Secretaría de Comunicación Pública, Daniel Rosso. “Se produce un desequilibrio en el poder comunicacional que transforma a ese medio en una máquina de captura”, respondió de inmediato en lo que fue la exposición final de la presentación de su libro, Máquinas de captura. Los medios concentrados en tiempos del kirchnerismo. El politólogo Edgardo Mocca y el periodista Carlos Ulanovsky, que acompañaron al autor, elogiaron el ensayo: “Es un libro sociopolítico, un relato de procesos que permite la discusión”, señaló el comunicador. “Un homenaje teórico a la disputa que lleva a cabo la ley de medios”, describió el académico en una charla que se realizó en el salón Delia Parodi, del Congreso nacional.

Mocca primero, Ulanovsky luego, funcionaron de preámbulo al resumen que Rosso, en calidad de ensayista, realizó de la teoría que esgrime en el trabajo que lanzó a las librerías ayer por la tarde. En Máquinas de captura..., el funcionario del Ejecutivo plantea que los “exponentes de la política alternativa” en el país “están en peligro”. ¿Qué los amenaza? Las corporaciones mediáticas, esas “estructuras que manejan radios, canales de televisión, diarios” identificadas por Rosso con “máquinas de captura que envuelven en una malla de atributos negativos a los referentes de lo alternativo”.

“Están en peligro”, repitió con la mirada dirigida a la primera fila del público, donde estaban los diputados del Frente para la Victoria Roberto Feletti, que preside la Comisión de Presupuesto en la Cámara baja, y Juan Carlos Junio. Según el autor, “los mismos que exigen libertad de expresión, porque denuncian su falta en el país, son los que los dejan a ustedes sin esa libertad, encerrándolos en calabozos”, advirtió.

También estuvieron presentes el funcionario de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) Luis Lázzaro, el ex funcionario del Instituto contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) Claudio Morgado y el periodista Eduardo Blaustein, quienes asintieron desde sus lugares cuando el autor le bajó un poco el tono al escenario pesimista: “Hay muchas cosas que se pueden hacer para construir hegemonía alternativa” al accionar de esas “máquinas de captura”. En esa línea, rescató la promulgación “casi unánime” de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual como una de esas intenciones, aunque “su aplicación trunca” la vuelve, por el momento, según su entender, “insuficiente”.

“Es mucho lo que deberíamos hacer, y rápido, para tener alguna chance”, alertó luego, en referencia a la posibilidad de contrapesar el poder comunicacional, que hoy ve en manos de “la corpo”. Y posó su atención en la “comunicación política alternativa”, que puso en manos de “sindicatos, universidades, organizaciones políticas”: “Debemos continuar construyendo entre todos una escala política que sirva para contraponer a la escala económica” de las corporaciones.

Durante su exposición, Rosso dejó abierta la incógnita acerca de cómo podría darse la construcción que ansía. Y allí, en los interrogantes, situó Mocca un elogio especialmente dedicado al libro: “Este relato armónico deja preguntas abiertas por todos lados, por lo que merece ser motivo de discusión política y se convierte en un aporte al pensamiento de un tema central de la política mundial: los medios”. En ese sentido, el politólogo reveló que el libro “denuncia que la comunicación corporativa es una ficción exitosa”, por lo que “la batalla por la aplicación plena de la ley de medios –es decir, contra el grupo Clarín– se torna válida”: “Parte del futuro de una región, de la idea de la democracia, se juega en esa batalla”, sentenció y culminó: “El libro es un homenaje a esa disputa”.

A su turno, Ulanovsky aseguró que el aporte de Rosso es “necesario” en una época en que “la capacidad de entendimiento de la gente está permanentemente sometida a dobles estándares”. “El análisis de la realidad sectario nos exige estar alertas, Daniel nos pone alertas”, sostuvo.