EL PAíS › EN LOS COMICIOS DE HOY, SE RENUEVA LA MITAD DE LA CAMARA BAJA Y UN TERCIO DEL SENADO
En Diputados, la oposición arriesga más bancas que el oficialismo, que refrendaría su condición de primera minoría y conseguiría mantener un ajustado quórum. En la Cámara alta, en cambio, el kirchnerismo pone en juego más escaños que los opositores.
› Por Miguel Jorquera
Tras sortear el filtro de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto, distintos frentes y alianzas disputarán en los comicios legislativos de hoy los escaños que definirán la nueva composición del Congreso nacional hasta 2015, donde –a diferencia de esta elección– el futuro recambio parlamentario irá pegado a la boleta presidencial. Están en juego 127 bancas de diputados nacionales (la mitad de la Cámara baja) que se elegirán proporcionalmente en los 24 distritos electorales del país y 24 asientos en el Senado nacional –un tercio de esa Cámara– que se dirimirán en las ocho provincias. La oposición, que va fragmentada en distintas alianzas nacionales y locales, es la que más arriesga en Diputados, donde debe renovar las 80 bancas obtenidas en 2009, en su mejor elección durante la década kirchnerista, mientras que el oficialismo renueva 47. La ecuación se invierte en el Senado, donde el oficialismo pone en juego 11 bancas propias y otras cuatro de aliados que fueron elegidos senadores en 2007 –en la elección que consagró a Cristina Fernández de Kirchner como presidenta en su primer mandato–, frente a nueve de la oposición. De repetirse los resultados de las PASO, el kirchnerismo refrendaría su condición de primera minoría parlamentaria y mantendría –con el aporte de sus aliados más fieles– un ajustado quórum propio en ambas cámaras legislativas.
La elección reparte 127 bancas en la Cámara baja. Los cuatro principales distritos electorales del país –Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe– concentran algo más de la mitad (66). En la cima del podio está la provincia de Buenos Aires, que con 11,3 millones de electores (el 37 por ciento del padrón nacional) renueva 35 diputados nacionales. Allí también los distintos frentes y alianzas opositoras ponen en juego más bancas propias (23) que el kirchnerismo (12). Un reparto, que de acuerdo con el resultado de las PASO, se mantendría en iguales proporciones, aunque modificaría la representación parlamentaria entre las distintas fuerzas opositoras.
El Frente para la Victoria bonaerense renueva 11 bancas propias, incluidas las de dos díscolos que ya no tributan al oficialismo en el recinto, además de la banca que dejó vacante su aliado Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro) cuando asumió al frente de la Afsca. Aun consiguiendo la misma cantidad de bancas reforzaría su propio bloque.
El PJ disidente arriesga 11 escaños de tres sectores diferentes. El Frente Renovador, que triunfó en las primarias, se llevaría más que todo el peronismo anti-K: al menos 14 bancas, aunque de movida resignará tres que corresponden a los macristas que van en la boleta massista y que serán parte de la bancada PRO. Unión por la Libertad y el Trabajo, cuya boleta la encabeza Francisco de Narváez, es la que más escaños perdería en esta elección, ya que la alianza pelea ahora por sumar una o dos bancas a la que ya se aseguraría el propio Colorado. El Frente Progresista Cívico y Social, de acuerdo con las PASO, alcanzaría sólo la mitad de los ocho que renueva (cuatro la UCR; dos el GEN y dos la CC). En tanto, el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) pugna por alcanzar una banca en el Congreso.
Los porteños renuevan 13 bancas de diputados nacionales. Entre el PRO y Unen –si repiten el resultado de las primarias– se llevarán diez diputados divididos en partes iguales, con lo cual cada fuerza (en el caso de Unen sumados todos los partidos que lo integran) mantendría su representación en la Cámara baja. El kirchnerismo, en cambio, sumaría dos más a la única banca que renueva (Carlos Heller, de Nuevo Encuentro). Aunque aquí también, Autodeterminación y Libertad, de Luis Zamora, y el FIT aspiran a ingresar en el reparto.
Las provincias de Córdoba y Santa Fe reparten nueve escaños cada una, donde los oficialismos reafirmaron en las PASO su condición de favoritos. En Córdoba, el delasotismo obtendría cuatro bancas, tres la UCR, y el FpV y el PRO, que disputan el tercer lugar, se reparten las dos restantes (con lo que el kirchnerismo conservaría la única diputación que tiene por la provincia), mientras que el juecismo resignaría las tres que pone en juego. En Santa Fe, el Frente Progresista se alzaría al menos con cuatro, en tanto el FpV y el PRO pelean por escoltarlo y por el reparto del resto de las bancas, ya que las otras fuerzas figuran –en la previa– lejos de dar pelea.
En otros distritos importantes que reparten cinco bancas, el kirchnerismo tuvo un desempeño dispar. La UCR se impuso en las PASO de Mendoza y alcanzaría cuatro bancas en la Cámara baja, mientras el FpV, que lo secundó, obtendría dos, una más que la que posee, pero el FIT también quiere colarse en la disputa. El FpV de Entre Ríos, en cambio, se alzó con la victoria en las primarias y se llevaría tres bancas de diputados (dos más de las que ostenta), la UCR, una, y el peronismo opositor la otra.
En Tucumán, el FpV mantendría las tres bancas que renueva en la provincia y la UCR la propia. El kirchnerismo chaqueño retendría las dos propias y la UCR se llevaría igual cantidad. En Formosa, el FpV y la UCR seguirían repartiéndose una banca cada uno. El PJ pampeano, aliado del oficialismo, mantendría las dos propias, igual que la UCR con la suya. Río Negro repartiría un diputado para el FpV y otro para el radicalismo. En Tierra del Fuego, el FpV retendría la propia y la otra quedaría para el local MPF. La expectativa de la elección neuquina estará puesta en si el sector interno del gobernante MPN –que se impuso en las PASO confrontando con el gobierno provincial y nacional– logra mantener el mismo caudal de votos que en las primarias le adjudicaban las tres bancas en juego. En Catamarca, el FpV retendría la banca propia y el Frente Cívico resignaría unas de sus dos a manos del peronismo barrionuevista. El radical Frente Jujeño le ganó las PASO al FpV y le arrebataría una de las dos bancas propias. En La Rioja, se impuso el radical Frente Cívico y el FpV recuperaría la banca de Jorge Yoma, que ya enrolado en la oposición no logró ingresar al reparto. Las huestes de Rodríguez Saá vencieron al FpV en San Juan y se llevarían dos de las tres bancas de la provincia. En San Luis, en cambio, los Rodríguez Saá resignaron una de las tres bancas al Frente Progresista.
En Misiones, el Frente de la Concordia, alineado con el FpV en el Congreso, resignaría una de sus dos bancas a manos de la UCR y el PJ opositor se quedaría con la tercera. En Salta, tres fuerzas –FpV, el PJ anti-K y Salta somos Todos– se repartirían una banca para cada una. En Corrientes, el frente encabezado por la UCR conservaría las dos que tiene y el FpV, la otra. En Chubut, el FpV perdería una de las dos y se la llevaría el peronismo opositor que lidera Mario Das Neves. En Santa Cruz, si se repiten los resultados de las PASO, la UCR retendría las dos bancas que ya disponía y el kirchnerismo recuperaría la banca de la esposa del gobernador Daniel Peralta, que al mando del PJ se quedaría si nada.
Siete provincias –Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego– y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires elegirán 24 senadores. En cada distrito se repartirán dos bancas para la primera minoría y una para la segunda fuerza electoral. Si repite el resultado de las primarias, el oficialismo mantendrá un ajustado quórum propio en la Cámara alta.
El kirchnerismo tendrá dos paradas difíciles: Neuquén y la Ciudad de Buenos Aires. En la provincia patagónica, pone en juego dos bancas propias y una tercera en manos de los aliados del gobernante MPN. Pero en las PASO el MPN se impuso el sindicalista petrolero Guillermo Pereyra –enfrentado a los gobiernos nacional y provincial–, que se quedaría con dos bancas en el Senado que pasarían a tributar a la oposición parlamentaria. Mientras que el FpV deberá pelear con el panradical Compromiso Cívico Neuquino el senador por la minoría. La disputa porteña tampoco será sencilla: el kirchnerismo pone en juego la banca propia y la del aliado y ex CC Samuel Cabanchik. En la Ciudad, el PRO llegaría por primera vez a la Cámara alta con dos senadores, mientras el oficialista Daniel Filmus pelea palmo a palmo la renovación de su banca con Fernando “Pino” Solanas, de Unen. Por el contrario, el oficialismo nacional tendría satisfacciones en Salta y Santiago del Estero, donde puede dar vuelta la ecuación. El FpV salteño le arrebataría al peronismo federal las dos bancas por la mayoría que hasta ahora mantienen y lo relegaría a pelear el escaño por la minoría con el productor sojero Alfredo Olmedo, de Salta somos Todos. Los aliados del gobernante Frente Cívico Santiagueño también le ganarían a la UCR las dos bancas por la mayoría, mientras que otro candidato alineado con el gobernador Gerardo Zamora también podría arrebatarle la de la minoría.
El FpV fueguino conseguiría dos de las tres bancas que estaban en manos de aliados (dos NE y una UF), mientras que el opositor Movimiento Popular Fueguino se quedaría con la otra. En Chaco y Entre Ríos, el kirchnerismo no tendría inconvenientes para ratificar su condición de mayoría, con lo que conservaría los dos senadores, mientras que la UCR haría lo propio con la banca por la minoría en el Chaco pero resignaría la de Entre Ríos a manos del ruralista Alfredo De Angeli. En Río Negro, el FpV mantendría sin mayores dificultades las dos bancas que pone en juego, mientras que la UCR disputará la propia con el Frente Progresista.
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